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Zapatero hace una llamada a la "unidad" ante la ausencia de líderes en el foro de Sánchez
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INAUGURACIÓN DE LA ESCUELA DE BUEN GOBIERNO EN MADRID

Zapatero hace una llamada a la "unidad" ante la ausencia de líderes en el foro de Sánchez

Sostiene que "todos" los socialistas han de contribuir a la "máxima cohesión" interna. Arropa al jefe del PSOE pero también le lanza un recado: ha de dar "espacio a todos", "querer a todos"

Foto: José Luis Rodríguez Zapatero, Pedro Sánchez y la eurodiputada Eider Gardiazabal, este 15 de marzo en Madrid, en la escuela de buen gobierno del PSOE. (EFE)
José Luis Rodríguez Zapatero, Pedro Sánchez y la eurodiputada Eider Gardiazabal, este 15 de marzo en Madrid, en la escuela de buen gobierno del PSOE. (EFE)

No deja de ser una paradoja que uno de los más fervientes apoyos de Susana Díaz en las primarias, José Luis Rodríguez Zapatero, se haya convertido hoy en uno de los exlíderes del partido que más intenta remar a favor de Pedro Sánchez o, al menos, disimular sus discrepancias con él. El que no quiere dar que hablar. Y el que incluso se permite la licencia de hacer un clarísimo llamamiento a la "cohesión" y a la "unidad" internas —una tarea de "todos", sin excepción— en un momento en el que más se duda de que las heridas de aquella guerra fratricida de hace un año hayan sanado. Pero eso fue lo que ocurrió este jueves.

Era el mejor arranque soñado para Sánchez. Se inauguraba la escuela de buen gobierno del PSOE, un foro que se extenderá hasta el domingo, cuando él mismo protagonizará la clausura, con el lastre de las ausencias. La imposibilidad de que se materialice la "visualización de la unidad recompuesta", objetivo que él mismo anhelaba cuando anunció las jornadas el mes pasado. Alfredo Pérez Rubalcaba se bajó del programa, igual que el presidente asturiano, Javier Fernández, como gesto de enfado con la dirección por haber apeado a Elena Valenciano de la carrera por el liderazgo del grupo socialista europeo. Luego Felipe González confirmó que tenía un viaje a Portugal, y el jefe del Ejecutivo valenciano, Ximo Puig, que el fin de semana grande de Fallas le impedía desplazarse a Madrid. Y por último se superpuso el oneroso silencio de Susana Díaz, que ni aun comenzado el foro este jueves había desvelado oficialmente si tomará o no el AVE, aunque por supuesto que Ferraz se malicia que ella no estará el sábado junto al resto de presidentes autonómicos socialistas.

El expresidente echa varios capotes al líder y valida su política en Cataluña, en el debate de pensiones o el rechazo a la cadena perpetua revisable


Bajo ese espeso ambiente se abría este jueves, en el distrito madrileño de Villaverde, la escuela de buen gobierno Jaime Vera del PSOE. Con Zapatero como invitado estelar. Y Zapatero cumplió sobradamente con Sánchez. Pero no solo con él. Porque aunque le echó numerosos capotes y defendió su estrategia (con pensiones, con el 155, con su política de pactos y hasta con su subrayado constante de no hacer caso a las encuestas), también enfatizó que el partido solo podrá volver a ganar si se da "espacio a todos", si se "quiere" a todos. Un aviso dirigido al secretario general, a quien los críticos acusan de practicar "sectarismo" con quienes no se alinearon con él en las primarias.

Foto: Pedro Sánchez y Felipe González, en su acto de fin de campaña de las últimas generales, el 24 de junio de 2016 en Madrid. (EFE)

A ponerse las pilas

El mensaje del expresidente era, pues muy potente. Para todo el partido, desde luego, aunque como era obvio la dirección se mostró ufana por la reivindicación de la estrategia de Sánchez y por el evidente toque de atención a los exlíderes y a los barones socialistas —singularmente Susana Díaz, la más beligerante— que no han tenido reparo en excluirse de la programada foto de la unidad de este fin de semana.

"Para ganar hay dos condiciones: que el partido tenga la máxima cohesión, y a eso tenemos todos que contribuir, y tener la convicción de ganar", dice

"Esta escuela de buen gobierno es una escuela de buen partido y para un buen partido. Y necesita una condición: ganar el Gobierno, y nosotros sabemos hacerlo. Hay que ganar. Y hay dos condiciones... No estaba en el guion, pero uno que ha ganado no se reprime", señaló Zapatero ante un Sánchez sentado en primera fila. Un Zapatero con buen humor y con la intención de hacer ver que era ese el mensaje clave de su primera intervención, antes del turno de preguntas. ¿Qué dos condiciones se requieren para vencer en las urnas? Una, "máxima cohesión, que el partido tenga la máxima cohesión, la máxima unidad, y a eso todos tenemos que contribuir, es una condición fundamental". "Y la segunda es tener convicción de ganar. Eso tiene que salir en esta escuela de buen gobierno. Os deseo un buen debate de un buen partido para un buen país y para un próximo buen Gobierno, Pedro, que debe ser el del PSOE".

Así, el expresidente llamaba a "todos" a trabajar por la "unidad", porque sin ella el partido no podrá volver a ser primera fuerza. Ese era un recado claro hacia los barones críticos. Pero al incidir en que hay que tener la "convicción" de ganar recuperaba uno de los eslóganes más clásicos de la campaña de Díaz en primarias, a la que no se le caía de la boca que ella tenía "ganas de ganar" al PP.

Minutos más tarde, en respuesta a algunos de los asistentes —en torno de medio millar se congregaron en La N@ve Boetticher de Madrid—, apuntaló ese mismo mensaje de unidad. "Cuando este partido se pone las pilas, este partido gana. Y sabemos ponernos las pilas, para competir internamente y para competir externamente. Somos auténticas máquinas. Vamos a poner a todo el partido en eso, dando espacio a todos y queriendo a todos", subrayó. Muchos han sido los reproches a Sánchez en los últimos meses por su falta de integración, por no ser "verosímil" su invocación a la unidad —en palabras de Javier Fernández—, y menos aún al haber cortado las alas a Elena Valenciano, ex vicesecretaria general del partido y dos de Rubalcaba, en el Parlamento Europeo, al no promover su candidatura para presidir el grupo S&D, cargo al que finalmente optan el alemán Udo Bullmann (al que respalda Ferraz) y la belga Kathleen van Brempt.

Foto: José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente venezolano, Nicolás Maduro, se saludan en el Palacio de Miraflores de Caracas, en Venezuela. (Reuters)

Zapatero trajo a colación la vocación del PSOE como "partido de mayorías" y que "ganar es tener un proyecto de país coherente, sólido y convincente". "No es tanto dirigirse a los jóvenes o a los mayores, ni decir que estamos más a la izquierda, es un problema de profundidad del discurso, de hacerse cargo del país ". También advirtió a Sánchez de que "un líder nunca se queja", sino que "promueve, estimula lo mas positivo, siempre con una visión positiva de las cosas". ​

El PSOE y los pactos

Zapatero lanzó gestos de cariño hacia la actual cúpula socialista casi desde que tomó la palabra, introducido por la eurodiputada Eider Gardiazabal (nieta, por cierto, del histórico presidente del PSOE, Ramón Rubial, fallecido en 1999). Agradeció la invitación, felicitó a los organizadores por el título elegido para su 'masterclass' —'Socialismo es democracia. Negociaciones políticas'— y por el programa diseñado para estos cuatro días: "Estoy contento de estar aquí, con los compañeros, y agradezco el título de la reflexión, porque me permite ir a los fundamentales de la política, del partido y de la democracia".

"Ganar es tener un proyecto de país coherente, sólido y convincente", sostiene, y avisa a Sánchez de que un líder "nunca se queja" y sí "estimula"

A partir de esa percha, el expresidente subrayó que siempre ha estado en el ADN del PSOE la política de los pactos, su voluntad inequívoca de "hacer país", de ponerlo por delante de los intereses partidistas. "El PSOE ha estado en todos los consensos, el que ha estado en todos los acuerdos y que más acuerdos ha propuesto desde el inicio de la democracia al día de hoy", sostuvo.

Desde esa premisa, Zapatero defendió una por una las principales banderas enarboladas por la actual dirección: la actitud hacia el desafío soberanista en Cataluña —"La España democrática no puede aceptar un fracaso colectivo. El PSOE tiene la responsabilidad decisiva de convertir el conflicto catalán en una nueva etapa de reformas y unidad de España en su gran diversidad y pluralidad [...]. El momento del diálogo llegará y lo hará el PSOE"—, el apoyo a la aplicación del artículo 155 de la Constitución —"Cuando las cosas se hacen desde la convicción, nunca le puede ir mal al PSOE"—, el refrendo a la "imprescindible" comisión territorial en el Congreso impulsada por Ferraz o la posición en el debate de las pensiones.

placeholder GRAF3063. MADRID, 15 03 2018.- El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (2d) y el exlíder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero (d), durante la inauguración de la Escuela Buen Gobierno Jaime Vera del PSOE, esta tarde en Madrid. EFE Juan Carlos Hidalgo
GRAF3063. MADRID, 15 03 2018.- El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (2d) y el exlíder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero (d), durante la inauguración de la Escuela Buen Gobierno Jaime Vera del PSOE, esta tarde en Madrid. EFE Juan Carlos Hidalgo

"No habrá debate creíble ni posible de mejora sin un debate serio", y hasta ahora no lo ha habido, a su juicio. "Defendemos el Pacto de Toledo, y si el Gobierno se lo cree, que esté dispuesto a escuchar las propuestas", apuntó, recordando que él, como jefe del Ejecutivo, y a diferencia de Mariano Rajoy, no tocó el Fondo de Reserva "como gesto de responsabilidad". Y puntualizó, frente a Rajoy, que congeló las pensiones en 2010 sí, "pero no las mínimas".

Arrimar el hombro con Rajoy

El ex secretario general defendió también sus leyes sociales, detrás de las cuales siempre había un "gran consenso social". Ese también debe ser el impulso que siga guiando al PSOE, recomendó: "Podemos y debemos llevar adelante todas las iniciativas, leyes transformadoras, reformas que tengan un gran acuerdo". Ahí fue donde incluyó la referencia al 8-M, a cómo el PP llega "tarde" a los avances sociales, o cómo le fustigó por proclamarse como un político "feminista", porque "el socialismo o es feminista o no es nada". También puso deberes a la actual cúpula: "Me quedé con ganas de hacer algo contundente contra la prostitución. Me gustaría ver al partido encauzando esa batalla con toda determinación y toda decisión".

Me quedé con ganas de hacer algo contundente contra la prostitución. Me gustaría ver al partido encauzando esa batalla

El PSOE, remarcó, "nunca ha tenido miedo al pacto". Con ningún actor político o social. Por eso "cuantas veces haya que arrimar el hombre con Rajoy, hay que hacerlo", porque si le va bien al país, "el PSOE se alegra". Era un espaldarazo, pues, al entendimiento con el presidente en materias clave, entente que también él la tuvo en sus años en La Moncloa. "Ya sabéis mi talante con Rajoy, con Pablo [Iglesias]...", bromeó.

Zapatero: "La prisión permanente no suma nada a hacernos una sociedad mejor"

La cadena perpetua revisable "no suma nada"

Por respaldar, también respaldó (aunque esto no era sorpresa) la postura contraria a la prisión permanente revisable. Zapatero mostró primero "todo" su "cariño, apoyo y comprensión" a las familias de las víctimas. Pero a la vez destacó "cuál es la tarea del legislador, de las instituciones, de la democracia, de la Constitución". La cadena perpetua "no suma nada" a la tarea de hacer "una sociedad mejor". Recordó que el rechazo a este castigo extremo es una cuestión "de fundamentales", de convicciones, que encaja con el artículo 25.2 de la Constitución, que invoca la necesidad de que las penas estén orientadas a la reinserción de los reos. "Hemos mantenido la posición coherentes con los valores constitucionales, y está bien que los sigamos manteniendo. No nos pueden decir que cambiamos en función de la coyuntura", dijo, en un mensaje evidente hacia Ciudadanos, que ha pasado de defender la derogación de la prisión permanente a asumirla y pedir un endurecimiento del acceso al tercer grado. "Manteniendo las convicciones es como tienes credibilidad", recalcó, tras pedir un "debate de la serenidad, y no de la angustia".

"Yo siempre estoy ilusionado. Espero que todos lo estemos [...]. Si el PSOE está convencido, convence, y si está decidido, la gente se decide con él"

Zapatero volvió a derrochar "talante", optimismo... y lanzando gestos de conciliación hacia los dos PSOE. En el fondo, hiló una intervención de invocación a la unidad que se parecía mucho a la defensa de Sánchez que Felipe González hizo en abril de 2015, en época de turbulencias internas. "Yo siempre estoy ilusionado. Espero que todos lo estemos. De verdad que es fundamental", aseguró antes de quitar hierro a los malos sondeos, que él también padeció cuando estaba en la oposición: "Quienes cambiamos las encuestas somos nosotros. Lo que opina la gente del PSOE es lo que intuye o siente que se dice en el PSOE. Tenemos ese poder y esa fuerza. Si el PSOE está convencido, convence. Si el PSOE está decidido, la gente se decide con él, como todo en la vida", remachó, antes de desear que esta escuela de buen gobierno Jaime Vera, que tiene vocación de continuidad, se convierta en una "escuela de buenos ganadores". Otro pellizco de monja a Sánchez, envuelto en un discurso claramente favorable a Ferraz.

Zapatero: "El momento del diálogo con Cataluña llegará y lo hará el PSOE"

Ferraz, desde luego, así lo sintió. Se felicitó del discurso del expresidente. De su llamamiento a la unidad y de su mensaje indisimulado a los exlíderes del partido y los barones críticos. "Si no vienen, ellos sabrán. Nosotros hemos invitado a todos", decían en el núcleo duro. Quién sabe. Quizá después de la intervención de Zapatero, Díaz destape sus intenciones y se decide a viajar a Madrid. Este jueves ella aún no había abierto la boca. Y eso que la escuela ya estaba en marcha. Pase lo que pase, el desdén hacia Sánchez es ya más que evidente.

Ábalos arranca unas jornadas en un ambiente aún frío aunque con alto número de participantes

1.050 participantes inscritos, un 25% de ellos sin carné socialista. Y unos 150 ponentes que dirigirán los 16 talleres, cuatro 'masterclass' y dos diálogos. Son las cifras de esta escuela de buen gobierno Jaime Vera, que este jueves arrancó en La N@ve Boetticher del madrileño distrito de Villaverde, al sur de la capital.  "Un espacio de formación, de reflexión y de encuentro con la sociedad", en palabras del secretario de Organización, José Luis Ábalos, y que también es una reivindicación de la gestión de los gobiernos socialistas. 

Ese ejemplo fue mentado por el número tres en la inauguración oficial de las jornadas, introducido a su vez por la jefa de la delegación socialista en Bruselas, Iratxe García. Ábalos subrayó en la apertura que la sociedad se moviliza porque anhela un cambio, como están demostrando pensionistas y mujeres, dos sectores que para el PSOE han de ser referentes. "La sociedad se está movilizando, aspira un cambio y nosotros tenemos que ser quienes referenciemos ese cambio". 

El secretario de Organización abrió un foro que arrancó frío, con menos de medio millar de asistentes. No se cubrieron expectativas. Se habían dispuesto unas 500 sillas, pero no se llenaron todas. Ni en la intervención del número tres ni en la de José Luis Rodríguez Zapatero. En la cúpula disculpaban la baja afluencia por el día, la hora (el expresidente comenzó su discurso pasadas las siete de la tarde), y la lejanía con el centro de la capital. Habrá que ver si el entusiasmo y la concurrencia crecen según se vayan consumiendo etapas.

En los siguientes días desfilarán por la escuela Joaquín Almunia, Javier Solana, referentes como Abel Caballero y José Blanco y al menos cuatro de los siete presidentes autonómicos socialistas: Javier Lambán (Aragón), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Francina Armengol (Baleares) y Guillermo Fernández Vara (Extremadura). Estos tienen programada una mesa redonda el sábado por la tarde con Patxi López de anfitrión. El tema, la España autonómica. 

No deja de ser una paradoja que uno de los más fervientes apoyos de Susana Díaz en las primarias, José Luis Rodríguez Zapatero, se haya convertido hoy en uno de los exlíderes del partido que más intenta remar a favor de Pedro Sánchez o, al menos, disimular sus discrepancias con él. El que no quiere dar que hablar. Y el que incluso se permite la licencia de hacer un clarísimo llamamiento a la "cohesión" y a la "unidad" internas —una tarea de "todos", sin excepción— en un momento en el que más se duda de que las heridas de aquella guerra fratricida de hace un año hayan sanado. Pero eso fue lo que ocurrió este jueves.

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