¿Dónde están las dos mujeres de Asturias? Todo apunta a una desaparición voluntaria

Las desapariciones de Lorena Torre García y Concepción Barbeira Mariño, los pasados 1 y 2 de marzo en Gijón y Avilés respectivamente, siguen siendo una incógnita para los investigadores de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Ambos responsables de las pesquisas han descartado en principio que exista una conexión entre los dos casos. Niegan que haya elementos que apunten a la existencia de un autor común o que hagan pensar que obedecen a un mismo 'modus operandi'.

De hecho, fuentes de ambas investigaciones aseguran que con los indicios que hay en este momento resulta más viable pensar que se trata de dos desapariciones voluntarias. Desde la Policía Nacional explican que actualmente la investigación sobre la desaparición de Lorena apunta a que se fue de forma voluntaria. "Ella tenía una rutina que repetía cada día después de salir del trabajo, y aquella noche la incumplió", explican las fuentes policiales consultadas. "Dejó el trabajo a las 10 de la noche, se fue a casa, se cambió, cogió el coche y se fue frente a un restaurante de la playa de Gijón", relatan las citadas fuentes, que añaden que la mujer se dejó el teléfono móvil y otras pertenencias en el coche antes de desaparecer. El vehículo fue localizado en el aparcamiento de El Rinconín, donde se perdió la pista de Lorena.

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La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional de Gijón trata de reconstruir en estos momentos las horas previas a la desaparición de Lorena. Los agentes están tomando declaración a la familia, a sus amigos, a sus compañeros de trabajo y a los testigos que la vieron tras salir del centro comercial Alcampo en el que estaba empleada. Además, rastrean también los últimos mensajes que envió y recibió desde el teléfono móvil en las horas previas a su desaparición. Y lo mismo hacen con las llamadas.

Las mismas fuentes explican que se trata de una mujer reservada, pero que en ningún caso sufría problemas de ningún tipo, que tenía pareja, aunque no vivía con ella, y que residía en casa de sus padres, que fueron precisamente quienes dieron la voz de alarma cuando empezaron a echar de menos a su hija aquella noche lluviosa y ventosa del pasado 1 de marzo.

Tanto la Policía Nacional como Salvamento Marítimo —que ha puesto a disposición de la búsqueda un helicóptero—, Protección Civil y la Policía Local están centrando la búsqueda de Lorena en el litoral de Gijón. Un dispositivo similar al que estos días trata de localizar a Concepción Barbeira, también en la costa, aunque en la de Avilés. Ayer, un nuevo operativo salió a rastrear los acantilados y las playas. Esta última mujer también se dejó el bolso en su coche antes de desaparecer el pasado 2 de marzo, un día después que Lorena.

Según fuentes de la Guardia Civil, Concepción dejó incluso las llaves puestas en su vehículo y las puertas del mismo abiertas, detalles que inicialmente podrían hacer pensar en una desaparición forzosa. Sin embargo, estas fuentes también apuntan en sentido contrario. En concreto, desde el instituto armado aseguran con rotundidad que hasta el momento no han encontrado "indicios de criminalidad", con lo que hoy por hoy ningún elemento apunta a una hipótesis diferente a la de la voluntariedad. "No descartamos nada, pero en este momento está así la cosa", explican fuentes de la investigación.

Lorena, de 40 años, vestía un plumas verde, pantalón vaquero y botas en el momento de su desaparición. A Concepción, de 46 años, se le perdió la pista en el trayecto de su casa en San Adriano (Castrillón) al trabajo en el hospital San Agustín de Avilés, donde no llegó a incorporarse. Esta última mujer mide 1,60 y es de complexión delgada. Los medios sacaron a relucir la historia de estas dos mujeres junto a la de Paz Fernández Borrego, una gijonesa de 43 años desaparecida el pasado 13 de febrero, porque en un principio parecía que podía haber alguna relación entre los tres casos. Sin embargo, los investigadores descartaron cualquier vínculo.

El cuerpo "con ropa" de Paz apareció el pasado martes en el embalse de Arbón. La Guardia Civil confirmó su identidad después de que un hombre que hacía piragüismo se topara con el cadáver. La posterior autopsia determinó que la mujer había sufrido "una muerte violenta", aunque hasta el momento no se han hecho públicas las causas concretas del fallecimiento. La gijonesa fue localizada a 12 kilómetros de donde fue vista por última vez el pasado 13 de febrero. Su vehículo apareció junto al hospital de un pueblo vecino y la última señal de su móvil fue en Busmargalí, una localidad naviera situada a unos ocho kilómetros al sur de Navia.