Es noticia
Remondo, el pueblo del PP gobernado por mujeres: "No creemos en las cuotas"
  1. España
TIENE 300 HABITANTES Y ESTÁ EN SEGOVIA

Remondo, el pueblo del PP gobernado por mujeres: "No creemos en las cuotas"

Solo en 39 municipios el consistorio está formado únicamente por mujeres. Este es el más grande y, aunque no lo reivindican, sí sienten que su gestión es distinta a la de los hombres

Foto: La alcaldesa de Remondo (centro) y cuatro de sus cinco concejalas. (M. Z.)
La alcaldesa de Remondo (centro) y cuatro de sus cinco concejalas. (M. Z.)

Remondo, en Segovia, es un pueblo más de la meseta española. Nada diferencia sus casas, sus calles ni sus paisajes de los pueblos que lindan con él. Sus gentes se dedican casi en exclusiva a la agricultura y a la ganadería, aunque sacan algo también de las resinas y de las piñas —cuando hay—, y de dos empresas de comercialización de verduras. Tan solo tiene 300 habitantes y un bar donde congregarlos a todos.

Sin embargo, Remondo es único en España. Este pueblo que linda con Valladolid es el más grande cuyo ayuntamiento está formado solo por mujeres. Una alcaldesa y cinco concejalas del Partido Popular acaparan toda la corporación desde hace más de cinco años, aunque insisten en que “es todo casualidad”.

[Especial 8-M: Día Internacional de la Mujer]

Todo empezó cuando a María José González, la ahora edil, le tocó formar su candidatura en 2007 después de que el Partido Popular en el que milita la llamase para presentarse a las elecciones. "Aunque en los pueblos, eso del partido, como que da un poco igual...", advierte. En sus primeros mandatos contó también con hombres, pero en las legislaturas que siguieron fueron bajándose del carro municipal. Así, empezó a tirar de amigas y desde 2011 los plenos solo tienen nombre de mujer.

Aquí no somos extraños: si coges y asfaltas un trozo y el otro no, ya se enfadan contigo, con tu marido y con tus hijos

“Es un pueblo pequeño y la gente es reacia a presentarse a las elecciones, así que tuve que convencer a mis amigas”, explica con sencillez la alcaldesa. En principio consultó también con dos hombres, pero no quisieron ocupar un puesto rodeado de mujeres. Por eso, a uno le sustituyó su madre y a otro su mujer. Todas ellas, eso sí, tuvieron que preguntarlo en casa porque en los pueblos la política no es solo cosa de uno: “El ayuntamiento da muchos disgustos, por eso tienes que consultarlo con el entorno familiar. Aquí no somos extraños: si coges y asfaltas un trozo y el otro no, ya se enfadan contigo, con tu marido y con tus hijos”, explica Blanca García, una de las concejalas.

Varias de ellas son amas de casa y compaginan su trabajo a tiempo completo en su familia con el del ayuntamiento, por el que no reciben ningún tipo de remuneración. Siguen manteniendo, eso sí, su café diario en el bar después de comer, aunque ahora los temas de los que hablan son los que afectan al pueblo. “La gente bromea con que hacemos los plenos en el bar, ¡pero es que nos hemos juntado toda la vida aquí! Además, así ahorramos calefacción y luz”, bromean con un café delante.

placeholder El pleno del café. (M. Z.)
El pleno del café. (M. Z.)

Más ahorradoras y cercanas

Cuando abrieron la puerta del ayuntamiento, con lo primero que se encontraron fue con un consistorio totalmente endeudado. Eso, y unas cuantas escaleras. “Esto una mujer no lo habría hecho así”, reflexiona la alcaldesa nada más entrar al edificio y subir al primer piso, donde los ciudadanos deben hacer cualquier gestión. Ni siquiera ocupa su despacho: se lo ha cedido a la secretaria, "que necesita más privacidad".

Creen que la gestión con los ojos de una mujer sí se diferencia a la de los hombres, y desde que están en el poder han llevado a cabo reformas e inversiones con un corte social y pensando en la comunidad. Así, han hecho accesible la plaza eliminando los escalones que dificultaban llegar a la iglesia, han cambiado la calefacción en el centro social por una más eficiente, han reformado el centro médico y han puesto internet en el colegio, entre otras mejoras que no son casuales. “Al final, son sitios a los que nosotras vamos a menudo, por lo que sabemos mejor cómo están y qué necesitan”, explica la concejala Sara Lozano. “También está todo mucho más limpio y el entorno en general ha mejorado porque nosotras nos fijamos más”, añade Blanca.

placeholder

Además, ahora las cuentas municipales tienen superávit, porque lo de ahorrar, dicen, también se les da mejor a ellas. “Somos todas mujeres de agricultores; ingresamos una vez al año y con eso hay que tirar, por lo que estamos acostumbradas a administrar”, explica Blanca. Desde que tomaron las riendas del municipio empezaron a recortar y a no invertir si no era con subvenciones de la diputación. Por no gastar, no gastan ni en contratar a alguien para montar las fiestas del pueblo. Ellas mismas se encargan de preparar escenarios y atracciones, aunque también piden ayuda a sus maridos e hijos. Además, han cambiado el alumbrado a bombillas de led y el saneamiento que estaba deteriorado, para que no tuviese tantas fugas de agua y se redujesen las facturas.

Somos todas mujeres de agricultores. Ingresamos una vez al año y con eso hay que tirar; estamos acostumbradas a administrar

En 10 años han cambiado radicalmente la única política que conocía Remondo, donde desde 1991 había gobernado el mismo alcalde, también del Partido Popular. Justo antes del relevo vino la etapa de 'vacas gordas', cuando los municipios podían gastar casi sin control, y la época del ladrillo, que no pasó de largo en Remondo. “Antes digamos simplemente que se hicieron muchas inversiones que igual no eran lo que el pueblo necesitaba...”, explica Lozano, que, junto al resto, no quiere entrar a valorar la anterior gestión.

Ninguna de las concejalas tiene un área concreta, si no que toman las decisiones entre todas e informan de cada gestión por un grupo de WhatsApp. "Hay más comunicación y colaboración entre nosotras que antes", explica la alcaldesa, que fue concejala anteriormente. Huyen de la palabra 'mandar', aunque no saben bien cómo definir su labor para Remondo. “Tampoco nos gusta 'gobernar'... Es más bien gestionar los recursos que hay”, explica González.

placeholder Remondo, en Segovia, tiene 300 habitantes y linda con Valladolid. (M. Z.)
Remondo, en Segovia, tiene 300 habitantes y linda con Valladolid. (M. Z.)

Solo en 180 pueblos son mayoría las mujeres

A todas ellas les gustaría ver a una presidenta del Gobierno, pero solo “si vale”, y reniegan de las políticas de cuotas. "No entiendo por qué tiene que ser 40-60 o 50-50 si no tienen la capacidad...”, explica González, quien tampoco se considera feminista ni hará huelga este jueves por el Día de la Mujer, aunque sí acudirá a un encuentro de alcaldesas y concejalas de la zona. “Es verdad que las mujeres tenemos que luchar por nuestros derechos, estoy completamente de acuerdo con la igualdad, pero a mí lo del feminismo… Me suena radical", señala la alcaldesa. "También podrían decirme a mí que vaya igualdad con este ayuntamiento todo de mujeres...". Sus compañeras comparten esta opinión: “Eso de tanto 'la mujer', 'la mujer' lo llevo muy mal, no necesitamos favores, somos suficientemente valiosas y con capacidades”, apunta Blanca.

placeholder

Aun así, ninguna sabe encontrar una explicación a por qué su ayuntamiento es una excepción en toda España. Según los datos analizados por este periódico, solo en 39 municipios de los 8.124 que hay en España el consistorio está formado solo por mujeres, y únicamente en dos hay más de cuatro concejales: Alcázar del Rey, en Cuenca, con cinco concejalas, y Remondo. La política rural suspende en paridad, que solo se da en 83 localidades (un 1%), mientras que en 1.152 las mujeres son mayoría (un 14%).

Tampoco en el pueblo lo viven como algo excepcional. “En general estamos contentos con cómo lo están haciendo. Yo creo que las mujeres son mejores gobernando porque son más responsables, pero está claro que tampoco todo el mundo piensa igual, y claro que a veces hay algún comentario por ser mujeres... Como en todos lados”, explica Francisco a la salida del almacén donde trabaja. “Yo lo veo bien, soy mujer, así que me parece estupendo y siempre se han portado bien conmigo cuando he necesitado algo”, señala otra vecina.

placeholder Los vecinos valoran más la gestión de la alcaldesa que la del anterior edil. (M. Z.)
Los vecinos valoran más la gestión de la alcaldesa que la del anterior edil. (M. Z.)

“En eso también es diferente, nosotras somos más accesibles que los hombres: hablamos con todo el mundo, lo mismo nos da jóvenes que señoras, porque nos paran por la calle para comentarnos cualquier cosa”, explica Blanca. “Aquí los alcaldes lo somos 24 horas, los 365 días del año, y si es bisiesto 366”, bromea la alcaldesa. Pero también por esa cercanía se sienten a menudo más cuestionadas: “A muchas nos pasa que cuando llegamos a casa, pues el marido nos dice que para qué nos metemos en esto, porque sus amigos han estado criticando algo que hemos hecho y claro, no les gusta”, señala una de las concejalas. “Al final no hablo del ayuntamiento en casa y ya está”.

“Se atreven a criticar más lo que hacemos por ser mujeres, eso sí es verdad. Quizá con los hombres como que se callan más”, comparten entre todas. "En el cargo va la carga, que se dice", apunta la alcaldesa, quien todavía no se ha planteado si se volverá a presentar a las siguientes elecciones. “Pero nosotras lo hacemos porque queremos", añaden, "incluso cuando tenemos que hacer cosas que no nos apetecen, si lo hacemos es por Remondo".

Remondo, en Segovia, es un pueblo más de la meseta española. Nada diferencia sus casas, sus calles ni sus paisajes de los pueblos que lindan con él. Sus gentes se dedican casi en exclusiva a la agricultura y a la ganadería, aunque sacan algo también de las resinas y de las piñas —cuando hay—, y de dos empresas de comercialización de verduras. Tan solo tiene 300 habitantes y un bar donde congregarlos a todos.

Feminismo Segovia Noticias de Castilla y León
El redactor recomienda