Sánchez exige a Rajoy que se someta a una cuestión de confianza si no hay PGE ni urnas
Aprieta más las tuercas al presidente y subraya que no puede vivir de la prórroga presupuestaria, asi que si no convoca elecciones, ha de pedir confianza a la Cámara por "responsabilidad"
Pedro Sánchez sube la apuesta. Estrecha el cerco sobre Mariano Rajoy y de paso también presiona a Ciudadanos e intenta liberarse de las apelaciones constantes de Podemos. Si el presidente del Gobierno no saca sus Presupuestos de 2018 adelante, y si no convoca elecciones, como le exige el PSOE, entonces le pide que se someta a una cuestión de confianza ante el Congreso. Pero que eso suceda o no depende exclusivamente del jefe del Ejecutivo. ¿Y si no ocurre? Los socialistas se quedan ahí. El secretario general no "descarta" presentar una moción de censura, pero también advierte de que no será presidente "a cualquier precio" y que en política no valen "atajos".
La dirección del PSOE lleva semanas bramando contra la "parálisis" del Gobierno, y considera que tiene que reaccionar ante el intento de Rajoy de seguir en La Moncloa aun en el caso de que sus cuentas de 2018 fueran tumbadas en el Parlamento. Sánchez ya dio un primer paso la semana pasada, en una entrevista con El Confidencial, para apretar las tuercas al Ejecutivo, al demandar al presidente la convocatoria de elecciones anticipadas en caso de que no logre sacar los PGE adelante. Pero, a la vista de que tampoco Rajoy parecía dispuesto a llamar a las urnas, el líder socialista anunció el siguiente salto en rueda de prensa en Ferraz y tras la reunión de su la comisión permanente de su ejecutiva federal.
Sánchez advierte de que no será presidente "a cualquier precio" y que no valen "atajos". Además, recordó que los números "no dan"
"Si Rajoy no aprueba los Presupuestos y no anticipa las elecciones, yo le exigiré que, por obligación con la ciudadanía y por responsabilidad institucional, tendrá que someterse a una cuestión de confianza", solemnizó ante los informadores. Este mecanismo está previsto en la Constitución en su artículo 112, el que señala que "el presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, puede plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general". La confianza de la Cámara se entiende otorgada si obtuviera la mayoría simple. Pero si se la niega, el jefe del Ejecutivo tendría que presentar su dimisión al Rey, que tendría que evacuar consultas para la investidura de un nuevo presidente, según lo dispuesto en el artículo 99. Por eso el propio líder socialista advirtió a Rajoy de que si pierde la confianza parlamentaria ya no tendrá "excusa" para no anticipar las elecciones.
La realidad parlamentaria "es la que es"
En efecto, la cuestión de confianza depende exclusivamente de la iniciativa del presidente. Así que la pregunta siguiente de los informadores era la lógica: como no está en su mano, ¿qué hará si Rajoy no accede? ¿Presentará una moción de censura? "No descarto nada", dijo primero. Pero a continuación vino casi a desdecir ese principio general. Porque reiteró que no será jefe del Ejecutivo "a cualquier precio", ya que "el país está por delante", y el PSOE por tanto hará una propuesta de gobierno "seria y rigurosa y solvente para que los ciudadanos, cuando llegue el momento de las urnas, confíen" en él. "Los atajos no valen. Hubo una ocasión y se perdió", recalcó, recordando así a su vez que hace justo dos años se produjo su investidura fallida, que no prosperó por la negativa de Podemos.
Advierte a Rajoy de que gobernar no es "vivir en La Moncloa" y de que tampoco es aceptable "trampear" con decretos para sacar partidas presupuestarias
Para que una moción de censura prospere, haría falta que la respaldara la mayoría absoluta del Congreso. 176 votos. Es decir, que se requiere más refrendo que para investir a un presidente, para lo que basta una mayoría simple en segunda votación. El pasado enero tanto ERC como el PDeCAT aseguraron que facilitarían la elección de Sánchez sin poner como condición un referéndum de autodeterminación. "No estamos en ese estadio —respondió el secretario general—. Pero incluso con esos números tampoco da". Y es que haría falta el concurso de Unidos Podemos y los partidos independentistas, socio arriesgado para el PSOE, y también del PNV. "Lo importante es decir las cosas como son y no engañar a la ciudadanía. La realidad parlamentaria es la que es", sostuvo. Fuentes de la dirección insistieron posteriormente en que el jefe de los socialistas no va a entrar "por la puerta de atrás" al Ejecutivo, ni tampoco está dispuesto a "palmar" de nuevo en el Congreso.
En todo momento, Sánchez procuró volcar toda la responsabilidad en Rajoy, desviando la presión sobre el PSOE. El líder socialista subrayó que gobernar "no consiste en vivir en La Moncloa", o "aferrarse" a la poltrona. O vivir "en funciones", el estadio "favorito" del máximo responsable del PP. Un presidente sin Presupuestos "no gobierna nada". De modo que si no tiene cuentas de 2018 y no convoca elecciones, someterse a una cuestión de confianza "es su responsabilidad" para con los ciudadanos y con la Constitución. Sánchez subrayó que lo que no es aceptable, por mucho que la ley lo permita, es prorrogar una y otra vez los PGE de 2017, Presupuestos que "consolidan los recortes" al Estado del bienestar.
El secretario general aprovechó para lanzar un aviso a Hacienda, por si tiene la tentacón de, en caso de que las cuentas no salgan, aprobar vía real decreto ley partidas presupuestarias extraordinarias para subir la paga a los funcionarios o a los pensionistas. No vale "trampear", advirtió. Le estaba diciendo que no podrá contar con el apoyo del PSOE.
Podemos apremia al PSOE a presentar la moción de censura
La coportavoz de la ejecutiva de Podemos, Noelia Vera, animó una vez más al líder del PSOE a presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy. La verdadera herramienta parlamentaria, según insistió, para “echar a Mariano Rajoy” y evitar “sus políticas de austeridad hasta 2020”.
Podemos volvió a reiterar su “mano tendida” a los socialistas, aun afeando la exigencia a Rajoy de presentar una cuestión de confianza porque “hay acuerdos en diferentes comunidades autónomas que funcionan bien y se deberían llevar al plano estatal”. En un contexto en el que no existe coordinación parlamentaria entre ambas formaciones, la coportavoz de Podemos criticó la propuesta de Sánchez sobre la cuestión de confianza porque “se contradice al sí mismo y a su programa electoral”, al entender que su promesa de “echar a Rajoy” solo se podrá materializar mediante una moción de censura que, para salir adelante, sería necesario el apoyo de las formaciones independentistas.
El líder socialista, por su parte, reclamó a Podemos que deje de hacerle "oposición a la izquierda" y se sume al PSOE a hacer "oposición a las derechas". Sánchez recordó que lo que separa a socialistas y morados es la defensa de estos del derecho de autodeterminación. El discurso territorial. Y, como apostilla, insistió en que quien ha expulsado a su socio del Gobierno es Ada Colau en Barcelona.
En el fondo, como decían otros miembros de la dirección, lo que pretende la cúpula es trasladar la presión al PP y a Ciudadanos. Visualizar la "inacción" de Rajoy y forzar a Albert Rivera a que se "retrate", y o bien auxilie al Gobierno y le apoye sus cuentas de 2018 o bien le deje caer y fuerce la convocatoria de nuevas elecciones. Al mismo tiempo, sirve a Sánchez para escapar del constante hostigamiento de los de Pablo Iglesias, que recurrentemente le acusan de no emprender una moción de censura. Para el PSOE, pues, este movimiento es estratégico, pero con escasas consecuencias prácticas, porque es muy improbable que el presidente se someta a una cuestión de confianza que podría no ganar.
"Ultimátum" a Rajoy en educación
La otra gran decisión de la ejecutiva de este lunes fue lanzar un "ultimátum" al Gobierno sobre el pacto educativo. Sánchez anunció que si mañana el PP no propone elevar la financiación del sistema público a los niveles de Europa, más del 5% del PIB, los socialistas se levantarán de la mesa y suspenderán su participación en la subcomisión parlamentaria que aborda la reforma de la enseñanza. El líder subrayó que aumentar los recursos para la educación pública es para su partido una "línea roja", de modo que si los populares no acceden, "no hay más que debatir" hasta que no se garantice una financiación "suficiente y necesaria". Porque lo que el Gobierno ofrece es "una falta de respeto a la educación y la mercantilización de la educación pública".
El PSOE no se preocupa por las encuestas, "está ocupado por las pensiones, la brecha salarial y los problemas de la calle". Las urnas ya "evaluarán"
Sánchez tuvo que responder asimismo a las diversas preguntas sobre las encuestas. La última, la que publica este lunes El Confidencial, que otorga una estimación de voto a Cs del 28,5%, a siete puntos de PSOE (21,5%) y PP (21,4%), con un Podemos descolgado (17%). Pero el PSOE no va a desviarse de su camino, insistió una y otra vez. "Esta semana hemos conocido tres [encuestas] distintas con distintos resultados y niveles de participación, pero el PSOE está ocupado por las pensiones, la brecha salarial y los problemas de la calle, y cuando vengan las urnas nos evaluarán a cada uno de nosotros". Los socialistas trabajarán "con humildad", con firmeza en su hoja de ruta, y construyendo un proyecto "europeísta, progresista y modernizador" para España.
En la dirección no creen que unas nuevas generales destapen que el 50% de los ciudadanos "sea de derechas", como sí apunta el panel político de IMOP para este diario, en la línea de otras encuestas. En todo caso, los sondeos probarían para Ferraz que la alternativa a PP y Cs se halla en el PSOE.
Y sobre lahuelga feminista del 8 de marzo, Sánchez adelantó que él participará en la manifestación convocada en Madrid junto a una nutrida representación de su ejecutiva. Su partido secunda los paros a los que han llamado los sindicatos.
Sánchez llama a los críticos a pronunciarse en los órganos, y no a través de los medios
Pedro Sánchez era consciente de que este lunes se le preguntaría por las duras palabras contra él del presidente asturiano, Javier Fernández, en una entrevista publicada ayer en 'El Mundo', en la que anunciaba que no acudiría a la escuela de gobierno programada para finales de la próxima semana. El dirigente autonómico entiende que los intentos de "unidad" del secretario general pierden "verosimilitud" al negarse a promover a Elena Valenciano como presidenta del grupo de los socialistas europeos.
Sánchez subrayó que había leído "atentamente" la entrevista y que por principio respeta las "opiniones" de los exlíderes y de los barones del PSOE. "Pero yo soy secretario general y me autoimpongo una serie de restricciones y consideraciones que creo que son buenas para la organización". "Si hay alguna discrepancia con ellos lo haré en los órganos internos de mi partido, no los airearé en los medios de comunicación", recriminó. El hachazo de Fernández sucedía al no de Alfredo Pérez Rubalcaba, en su caso también disgustado por el "veto" a la que fuera su número dos.
Aún está pendiente de conocerse si acudirán la presidenta andaluza, Susana Díaz, y el exjefe del Ejecutivo Felipe González. Sánchez recalcó que su cúpula no ha excluido a nadie y que "si ellos deciden no venir son ellos los que tendrán que responder" por qué lo hacen. Todos tienen las "puertas abiertas". Argumento que iba en lo línea de lo que él mismo afirmó en su entrevista con El Confidencial. Lo importante, subrayó, es que son muchos los que asistirán a la escuela de gobierno del 15 al 18 de marzo, "del partido y de fuera", y les agradeció el gesto.
Otro de los críticos es el exministro Ramón Jáuregui, que hoy, en una tribuna en 'El País', apremia a la dirección a intentar ganar el centro, porque si no no podrá vencer en unas elecciones. Sánchez insistió en que los dirigentes tienen órganos como el comité federal para expresar su disconformidad. Y él hará eso. Jáuregui, no obstante, no pertenece al máximo escalón de dirección.
El secretario general aprovechó su comparecencia para anunciar la creación de los Premios Manuel Marín a la trayectoria municipal, autonómica y parlamentaria, y que se entregarán a partir de ahora en la escuela de buen gobierno, que la dirección pretende institucionalizar a partir de ahora. Este año, la ceremonia se celebrará el mismo 18 de marzo, antes de la clausura de las jornadas. Marín, expresidente del Congreso y negociador de la entrada de España en la Unión Europea, falleció el pasado 5 de diciembre.
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