Rovira paga la fianza de 60.000 euros impuesta por el juez del Supremo

La dirigente de ERC Marta Rovira ha pagado la fianza de 60.000 euros que impuso el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena tras tomarle declaración la pasada semana como imputada en la causa por rebelión y sedición que sigue por el 'procés'. La secretaria general de Esquerra ha abonado la cantidad fijada, a través de la denominada caja de solidaridad de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, dentro del plazo de 10 días fijado.

Tras interrogarla, el magistrado aseguró en un auto que Rovira tenía "una responsabilidad política de mayor nivel" que la de otros acusados, como Artur Mas, que quedaron libre sin caución ni medidas cautelares. En su escrito, volvió a reflejar los indicios que le constan contra la número 'dos' de Oriol Junqueras. Aseguró que no sólo es una de las cabezas de Esquerra sino que también asumía responsabilidades en el grupo parlamentario Junts pel Sí. "La importancia política de su figura resulta plenamente coherente con que la investigada tuviera una función decisoria en la concepción y en la ejecución del proceso soberanista que fue el centro de la actividad política durante la legislatura", decía.

Además, consignó otros indicios. Jalonó estas responsabilidades con declaraciones públicas en las que divulgó su iniciativa, como aparece en la agenda incautada a Josep Maria Jové en la que se la sitúa en reuniones "en las que se debatía la mejor estrategiaque debía seguirse para la independencia". No obstante el juez no ve en ella riesgo de fuga debido a su arraigo personal, familiar y laboral "y por su comportamiento en los últimos meses".

Sí hay, no obstante, peligro de que reitere el delito. "La posibilidad de que pueda retornarse a iniciativas que recurran a estrategias contrarias al orden penal para lograr la independencia de Cataluña" sigue sobre la mesa, describió y precisó que es así tanto por "el expreso discurso de algunos copartícipes" como por la existencia de indicios reflejados en algunos documentos en los que queda claro que la cúpula del 'procés' tenía intención de perseverar en sus planes por más que se produjera una reacción del Estado como la desplegada.