Nueve años para el hombre que maltrató toda la noche a su exmujer frente a sus hijos

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a nueve años de cárcel a José C. S. por maltratar a su expareja con un palo durante toda la noche y en presencia de sus tres hijos. El hombre llegó a la vivienda sobre las 23:00 y comenzó a insultar a la mujer. La llamó puta y la obligó a entrar en su dormitorio. Cogió un palo terminado en punta metálica y la golpeó durante horas. La obligó a ingerir benzodiazepinas, cocaína y opiáceos para que estuviera sedada y a las nueve de la mañana siguiente ordenó a su hijo pequeño que fuese a la tienda de abajo a comprar un candado, que utilizó para cerrar las cadenas con las que sujetó a su víctima por el cuello a las patas de la cama.

En un momento dado, el hombre ordenó a otra hija que vigilara a su madre para que no se escapara mientras él salía. Fue entonces cuando el pequeño decidió soltar a la maltratada. En cuanto lo hizo, la mujer huyó inmediatamente junto a los tres pequeños. Durante la investigación de los hechos, tanto ella como los chicos narraron los hechos tal y como los describe ahora la sentencia de la Sección 26 de la Audiencia Nacional. Sin embargo, los cuatro explicaron en la vista oral que todo aquello lo había hecho otro hombre, no su padre y exmarido. La víctima, además, rechazó la posibilidad de reclamar indemnización alguna para ella y su familia.

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Los magistrados que han redactado la resolución argumentan que han dado más credibilidad al testimonio de los cuatro damnificados durante la instrucción porque entienden que todos ellos en el juicio actuaron con temor a que el acusado o su entorno pudieran tomar represalias por decir la verdad. José C. S. ya había sido condenado por maltratar a la misma mujer cinco años antes. En concreto, el 1 de junio de 2013. Fue condenado por aquellos hechos a nueve meses de prisión y a no poder acercarse a su víctima a menos de 500 metros. El día del maltrato durante todo la noche, sin embargo, ya se había extinguido aquella prohibición hacía algo más de un año.

La nueva condena de la Audiencia Provincial prohibe igualmente al autor de las palizas acercarse a su expareja y sus hijos, a su domicilio, a su lugar de trabajo, al colegio y a cualquier otro lugar que ellos frecuenten. El condenado tampoco podrá comunicarse con las víctimas por cualquier medio de ningún tipo, así como mantener contacto escrito, verbal o visual durante los próximos cinco años. El tribunal considera especialmente grave que el condenado hiciera partícipes de su actuación a los pequeños al mandar a uno a comprar el candado y a otra a que vigilara a su madre. Entiende que esto conlleva un intento de inculcar a sus hijos una visión aberrante de las relaciones de pareja.