El Gobierno ve imposible aprobar los Presupuestos y sus iniciativas legales
El Ejecutivo se queda solo en votaciones en el Congreso y no logra atraer a Ciudadanos, ni al PSOE ni al PNV para sacar adelante sus iniciativas
Rafael Catalá, ministro de Justicia, se lamentaba con un diputado de Unidos Podemos de la decisión de Ciudadanos de no apoyar finalmente en el pleno una proposición de ley del PP, a pesar de haber estado muy cerca del acuerdo. El Gobierno fue derrotado el martes por la noche en una votación para admitir a trámite una iniciativa sobre el Registro Civil, aparentemente neutra ideológica y políticamente, pero con la importancia de resultar el ejemplo del panorama parlamentario y de la legislatura. Y eso que el ministro se implicó en la negociación e intervino en la tribuna, pese a que los miembros del Gobierno no suelen hacerlo cuando son proposiciones de los grupos.
Un panorama que lleva a fuentes de La Moncloa a empezar a admitir la posibilidad de que no haya Presupuestos para 2018 si o hay un cambio radical del resto de partidos, no solo porque siga abierta la brecha en Cataluña, sino porque puede no haber acuerdo con Ciudadanos y con PNV, los socios que le permitieron sacar las cuentas de 2017. El propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sostiene que es posible gobernar con sucesivas prórrogas presupuestarias y será Ciudadanos quien tendrá que rectificar su posición, que incluye, entre otras condiciones, la petición de cese de una senadora imputada que el PP se niega a conceder.
El Gobierno se quedó solo en la citada votación sobre el Registro Civil, después de una tarde de nervios del Ejecutivo y el PP por los pasillos del Congreso. Catalá intentó primero el apoyo del PSOE para testar esa estrategia de La Moncloa de buscar acuerdos con los socialistas. Pero los socialistas Margarita Robles y Juan Carlos Campo le dijeron que no por estrategia política, según el PP, y porque según el PSOE se volvía al modelo de registro de 1957. La portavoz socialista reprochó a Rafael Hernando otras actuaciones, como la presentación de enmiendas para impedir indultos para condenados por rebelión, y la conversación terminó en desacuerdo. El ministro llamó a la puerta de Ciudadanos y los de Albert Rivera respondieron igual y por los mismos motivos estratégicos.
El Ejecutivo también lo intentó con el PNV para completar la mayoría de un hipotético acuerdo con Ciudadanos, y estuvieron cerca del acuerdo porque el ministro se comprometió a salvar con enmiendas las dudas competenciales de los nacionalistas vascos. Pero como Ciudadanos se echó atrás, todo se le desmoronó al Gobierno y la proposición de ley del PP fue derrotada por los votos de todos los demás grupos. Hasta Irene Montero, portavoz de Unidos Podemos, estuvo a punto en algún momento de dar la abstención de su grupo, pero también se echó atrás al comprobar la posición contraria de Ciudadanos, y el PP se quedó solo.
El Ejecutivo ve el ejemplo de lo que puede pasar en otros asuntos, como los de Justicia o los económicos. O el del pacto del agua, que asegura que tiene casi cerrado con el PSOE. La estrategia de Mariano Rajoy de reaccionar con iniciativas puede venírsele abajo. También la de buscar apoyo en el PSOE como alternativa a Ciudadanos.
Con los Presupuestos Generales del Estado ocurre algo parecido. El Gobierno lo intentó sin éxito con el PSOE con el pretexto de la financiación autonómica. Y ahora espera a que haya Govern y se levante el 155 para empezar a negociar con Ciudadanos y PNV. Pero el clima es tan poco propicio como que La Moncloa ya coloca el mensaje de que “tampoco ocurre nada, porque ya hay un Presupuesto prorrogado y lo importante será en julio aprobar el techo de gasto, y para las cuentas de 2019 ya veremos a final de este año”. La Moncloa quiso avanzar con el PNV, pero los nacionalistas respondieron que primero debe levantarse el 155 y verse un pacto con Ciudadanos. Por el momento, los de Albert Rivera han decidido poner también en su punto de mira al PNV, rectificando lo que ocurrió hace pocos meses, cuando no se metieron en el acuerdo del PP con el partido vasco.
En ese mismo pleno del martes y el miércoles ha sido visible ese clima de acuerdo imposible y de legislatura fallida. Mientras hablaba un diputado del PSOE en la tribuna, el Diario Oficial de Sesiones recoge la siguiente anotación: “El señor Girauta Vidal: ¡Sinvergüenza!”. Y algún diputado socialista creyó escuchar la expresión “hijo de puta” procedente del mismo origen.
Ciudadanos logró enfrentarse a casi todos y quedarse solo en su propuesta de comisión de investigación sobre los atentados de Cataluña, limitación de uso de lenguas oficiales o renovación de RTVE, entre otros. Pero a Ciudadanos no le importa ser el travieso de la clase, el más odiado. Lo busca y, según el Gobierno, lo podría hacer con los Presupuestos fallidos de 2018. Y el PNV ve complicada su posición de posibles acuerdos con el Gobierno si a la vez Ciudadanos hace campaña contra los nacionalistas vascos.
"Vaya socios que tenemos, con los que no vamos a ninguna parte", concluyó sentenciando Rafael Catalá en reproche a Ciudadanos en el pleno de este miércoles.
Rafael Catalá, ministro de Justicia, se lamentaba con un diputado de Unidos Podemos de la decisión de Ciudadanos de no apoyar finalmente en el pleno una proposición de ley del PP, a pesar de haber estado muy cerca del acuerdo. El Gobierno fue derrotado el martes por la noche en una votación para admitir a trámite una iniciativa sobre el Registro Civil, aparentemente neutra ideológica y políticamente, pero con la importancia de resultar el ejemplo del panorama parlamentario y de la legislatura. Y eso que el ministro se implicó en la negociación e intervino en la tribuna, pese a que los miembros del Gobierno no suelen hacerlo cuando son proposiciones de los grupos.