El Rey traslada a su heredera el "compromiso personal" de la Corona con España

“Hoy, Leonor, das un paso simbólico y muy significativo para tu preparación y tu futuro. Recibir este Toisón implica para ti unas responsabilidades especiales, que habrás de asumir inspirada por los valores e ideales más profundos”. La princesa de Asturias seguía atentamente las palabras del monarca en el Salón de Columnas del Palacio Real el día en que su padre cumple 50 años, que decidió celebrar en un acto solemne de imposición del Toisón de Oro —la más alta distinción otorgada por el Rey de España— a su heredera.

Al palacio acudieron el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y tres ministros —la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, Alfonso Dastis (Exteriores) y Rafael Catalá (Justicia)—; la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el del Senado, Pío García-Escudero; el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, y el fiscal general del Estado, Julio Sánchez Melgar. Estaba prevista la presencia del presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, pero, finalmente, no acudió por motivos evidentes relacionados con la crisis catalana y después de que el presidente del Parlament anunciara el aplazamiento del pleno de investidura sin renunciar al candidato Carles Puigdemont. También estuvieron algunos caballeros del Toisón, como son el exjefe de la diplomacia europea Javier Solana, el exdirector de la RAE Víctor García de la Concha y el ex secretario general iberoamericano Enrique Iglesias García.

Los invitados más especiales en esta ocasión fueron 20 niños de entre 11 y 14 años de las distintas comunidades autónomas elegidos a raíz de varias ediciones del concurso “¿Qué es un rey para ti?”. Después de que entraran al Salón de Columnas los poderes del Estado lo hizo la familia real al completo: el rey Felipe y la reina Letizia, la princesa de Asturias y su hermana, la infanta Sofía, y los reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía, que siguieron emocionados el primer acto oficial de su nieta. También acudieron la infanta Elena, la infanta Margarita y su esposo, Carlos Zurita; y los abuelos maternos de la heredera, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano.

El escenario no podía contar con mayor solemnidad, celebrándose en el mismo espacio que tantas otras ceremonias históricas, como la firma de la adhesión de España a la UE y la abdicación de don Juan Carlos. La princesa Leonor no perdió detalle de todo lo que sucedía y siguió con empeño las primeras palabras que su padre le dirigía en un acto oficial. “Deberás respetar a los demás, sus ideas y creencias; y amarás la cultura, las artes y las ciencias. Te guiarás permanentemente por la Constitución, cumpliéndola y observándola; servirás a España con humildad y consciente de tu posición institucional; y harás tuyas todas las preocupaciones y las alegrías, todos los anhelos y los sentimientos de los españoles”.

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El silencio era absoluto en el Salón de Columnas a excepción de los continuos ‘flashes’ de las cámaras fotográficas. Atendían la princesa Leonor y también su hermana. El Rey continuó: “Sé que hoy te pueden parecer muchas exigencias y responsabilidades, todas importantes y difíciles, pero debes saber que tendrás el apoyo de muchas personas que quieren lo mejor para España, para la Corona y para ti”. Al finalizar el discurso, la princesa de Asturias saludó y se fotografió junto a los niños invitados. La idea de la Casa del Rey era lograr una conexión intergeneracional para que el primer acto de la heredera no transcurriera entre autoridades y personalidades.

Felipe VI eligió imponer a su hija el Toisón de Oro coincidiendo con su 50 cumpleaños. No es la primera vez que el Rey celebra el día de su cumpleaños en circunstancias especiales. En varias ocasiones lo ha hecho estando de viaje oficial; en 2016, sin embargo, el festejo fue únicamente privado, y en 2017, el escenario elegido fue también el Palacio Real con motivo de la clausura de la conmemoración del IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes. Este, sin duda, también será difícil de olvidar, con la sombra de Puigdemont y el futuro de Cataluña sobrevolando la plaza de Oriente y trasladando los valores y las tradiciones de la Casa Real a su hija, la princesa heredera.