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El exlíder de la gestora celebra que Sánchez haya "rectificado" y pacte con Rajoy
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DESAYUNO INFORMATIVO EN MADRID

El exlíder de la gestora celebra que Sánchez haya "rectificado" y pacte con Rajoy

Fernández ve "sorprendente" que ahora el secretario general se abra a dialogar con el Gobierno cuando en primarias abjuraba de acuerdos con el PP. Encuentra ausencia de "proyecto" en el nuevo PSOE

Foto: Javier Fernández, durante su desayuno informativo de este 23 de enero en el hotel Ritz de Madrid. (EFE)
Javier Fernández, durante su desayuno informativo de este 23 de enero en el hotel Ritz de Madrid. (EFE)

Las heridas que dejaron aquellasprimarias federales del PSOE siguen sangrando, casi un año después. Por mucho que los barones, empezando por Susana Díaz, intenten contemporizar con Pedro Sánchez y este haya tenido que asumir que debe contar con ellos por cálculo electoral. Pero la quiebra que la competición interna dejó, la visión de dos partidos enfrentados, sigue estando presente, y hay discursos, como el de Javier Fernández, un presidente ya en retirada, que lo evidencian. Y eso que él es un hombre prudente, al que le gusta guardarse en público en ocasiones sus palabras más afiladas. Pero la distancia está ahí, y ciertos gestos y declaraciones del pasado siguen doliendo.

El dirigente asturiano y exlíder de la gestora, el órgano provisional que tomó las riendas del PSOE tras aquel infausto comité federal del 1 de octubre de 2016 que acabó por liquidar temporalmente a Sánchez y que, ocho meses después, acabó cediéndole el timón de nuevo, protagonizó este martes un desayuno informativo en Madrid presentado por un gran amigo suyo y confidente, Alfredo Pérez Rubalcaba. Era el primer foro al que acudía en la capital en casi un año, pues él ni siquiera quiso tomar la palabra en la apertura del 39º Congreso Federal, el que coronó a Sánchez de nuevo. De ahí la expectación, también porque casi a la misma hora el secretario general compartía foto en Sevilla con Díaz, en un claro síntoma de (impostado) deshielo. Fernández fue comedido, pero sí dejó entrever que algunos reproches que le lanzaron los sanchistas le disgustaron y hoy se han probado, a su juicio, algo falsarios.

[Consulta aquí en PDF de la intervención de Javier Fernández en Nueva Economía Fórum]

Óscar Puente, alcalde de Valladolid y hoy portavoz de la ejecutiva federal, aseguró en plenas primarias que la gestora que presidió Fernández, que prefería "mirar con el rabillo del ojo a la izquierda que estar con el culo en pompa hacia la derecha". Puente, en aquel momento uno de los hombres fuertes de la campaña del madrileño, condensaba en una frase controvertida el mensaje de los suyos: el ataque a los susanistas y a la dirección interina por 'entregarse' al PP. Este martes se le recordó esa frase al jefe del Principado, precisamente ahora que la dirección de Sánchez está dispuesta a acordar con Mariano Rajoy la reforma de la financiación autonómica y la política de agua. Después, también de haber tejido juntos el acuerdo de aplicación del artículo 155 de la Constitución para frenar la declaración de independencia de Cataluña.

No voy a juzgarlo, sí comprenderlo. Yo pacté [con Rajoy], está bien cuando se rectifica y se rectifica en la buena dirección


Es "sorprendente" que Sánchez se abra a pactos con el Gobierno, teniendo en cuenta las "posiciones que se mantenían" desde su candidatura en las primarias. Pero él lo celebra. "No voy a juzgarlo, sí comprenderlo. Yo pacté [con Rajoy], luego está bien cuando se rectifica y se rectifica en la buena dirección".

Foto: La presidenta andaluza, Susana Díaz, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, este 23 de enero en Sevilla. (EFE)

No habla "apenas" con Sánchez

No fue el único toque de atención dirigido al actual secretario general, con quien la relación está prácticamente rota. De hecho, reconoció que con Sánchez no departe con asiduidad —"apenas si hablo con él"—, y en concreto la última vez que conversaron por teléfono fue "hace un par de meses". El argumento que empleó para vestir esa falta de conexión es que él ya no es secretario general de la Federación Socialista Asturiana desde el pasado septiembre, de forma que la relación orgánica con Ferraz descansa sobre su sucesor en el partido, el sanchista Adrián Barbón, ya que él es simplemente presidente del Principado. "No estoy al frente de la FSA, y si lo estuviera hablaría con el secretario general del partido".

Avisa de que "un partido no puede prescindir de sus referentes por muy nuevo que se autodenomine", y reivindica la figura de González, Guerra o Rubalcaba

Pero también deslizó que Sánchez no cuida a los anteriores dirigentes, a lo que algunos llaman Antiguo Testamento del PSOE. Le recordaron los periodistas que Felipe González, en una entrevista la semana pasada en la SER, reconoció sentir "orfandad representativa". ¿Él también? "Me reconozco mucho en Felipe, aunque no esté ya en activo. En él y en otros dirigentes del PSOE. Todos, incluida la dirección actual, deben preservar ese activo, y estoy seguro de que están en ello. Felipe, Alfredo [Pérez Rubalcaba], [Alfonso] Guerra... Un partido no puede prescindir de sus referentes por muy nuevo que se autodenomine". Otra carga implícita contra Sánchez, que siempre que tiene la ocasión de recordar de que él y su equipo encarnan el "nuevo PSOE". Expresión que molesta a los que en su momento se alinearon con Díaz y con la gestora.

placeholder Fernández, junto a Alfredo Pérez Rubalcaba, este 23 de enero. (EFE)
Fernández, junto a Alfredo Pérez Rubalcaba, este 23 de enero. (EFE)

Las encuestas que auguran un gran crecimiento a Ciudadanos también afloraron durante el desayuno informativo. Fernández no se dijo muy inclinado hacia "el consejismo al PSOE últimamente". Pero sí comentó que lo "razonable" es que ni su partido ni ningún otro se deje llevar por el "miedo demoscópico", porque eso "lleva a posiciones cortoplacistas y a vivir del presentismo". El PSOE, a su juicio, debe defender una "visión estratégica, a medio plazo, y conlleva la elaboración de un proyecto, que están en ello". El presidente del Principado no habla de "lanzar propuestas, que está bien", sino de tener "un proyecto, que es otra cosa", puesto que esto implica dibujar un "un marco", unos objetivos. Eso es lo que él entiende que le falta al PSOE de Sánchez, aunque para curarse en salud dejó esa coletilla de que "están en ello".

Para configurar ese proyecto, "el PSOE debería hacer lo que siempre hizo", que es "actuar como un Jano político, con una mirada hacia Podemos para competir con él en igualdad y con otra hacia el PP para competir en materia de eficacia". "Así con ese proyecto es cuando debería conectar a través del liderazgo con una aspiración colectiva", mantuvo. Y si Sánchez consigue eso, será "un éxito", lo que él "desea". "No me atrevo a aventurar más en los mercados de futuros de la política", remachó, cauto, sin adentrarse en más honduras.

En lo que no puso pegas el exlíder de la gestora es en la cuestión catalana. Fernández se mostró "rotundamente de acuerdo" con la estrategia seguida por Ferraz. El dirigente asturiano advirtió de que la situación puede "ir a peor", y además el 'expresident' Carles Puigdemont, "siempre que tiene que elegir una alternativa, elige la peor". No obstante, sí observa "elementos positivos" en esta enorme crisis institucional, porque si bien es cierto que hay un "abismo" en la sociedad catalana, sí se ha puesto "en evidencia la fortaleza del Estado, su voluntad de permanecer", algo de lo que también son conscientes las fuerzas separatistas. Por añadidura, "se ha acabado el monopolio que tenían para sí los nacionalistas de identificarse con su comunidad". "Se ha acabado aquel antagonismo de que ser catalán era no ser español, ahora hay quien participa de la cultura y de la identidad catalanas sin participar en el proyecto político de los independentistas", remarcó.

Javier Fernández ve sorprendente que Sánchez negocie con Rajoy y le pide un proyecto

Reivindicación de Granada

Fernández centró su intervención inicial en la reforma de la Constitución y de la financiación autonómica. El dirigente reivindicó los avances de la 'Declaración de Granada' de 2013, el documento que alumbró la ejecutiva de Rubalcaba y en el que él fue una pieza clave —la ejecutiva actual no olvida Granada, por descontado, pero también saca pecho de los textos más pata negra de Sánchez, como la resolución del 39º Congreso y la 'Declaración de Barcelona' del pasado verano— y lanzó un importante aviso: hoy no será sencillo dar vida a esa revisión de la Carta Magna. "Soy partidario decidido de la reforma constitucional [...], pero admitamos que llevarla a cabo hoy es al menos muy difícil, y lo es por la inexistencia de un acuerdo básico entre los partidos que nos aporte la concordia necesaria para abordar una tarea de tal magnitud". Aquí el presidente se distanció de la visión de Ferraz, que sí empuja por ese cambio en la Ley Fundamental. Sin demora.

Fernández ve "muy difícil" una reforma de la Carta Magna ahora mismo, pero sí quiere una revisión de la financiación que no "constriña" el texto de 1978

Sin embargo, advirtió Fernández, lo que sí se puede cambiar es el sistema de financiación autonómica, aunque también entrañe riesgos porque la pugna entre las CCAA puede "exacerbar la competencia entre territorios" y eso "debilita" al Estado. "Hay razones poderosas para recelar de una modalidad federal que induce una tensión insostenible entre autonomía y solidaridad". Su propuesta es que el sistema sufra "ajustes que deben ir más allá de una mera revisión técnica". Ahora bien, "modificarlo en aspectos nucleares" es otra cosa, y en su opinión "no debería abordarse con carácter previo a la reforma constitucional" si no se quiere incurrir en el "riesgo de condicionarla, de constreñirla antes siquiera de iniciarla".

A preguntas de los periodistas, Fernández tocó otro asunto más marginal pero polémico en su tierra: la cooficialidad del bable, que defiende la dirección de Barbón pero con la que él no está de acuerdo. El presidente recordó que la cooficialidad supone que los poderes públicos den "la misma protección legal" a la lengua asturiana que al castellano, por lo que comporta "obligaciones". O a "imposiciones de algunos". "Quiero pensar que el planteamiento es por mantener la lengua pero no podemos eludir la existencia de grupos que van a pensar en el bable menos como un elemento de comunicación y más como un factor de identidad", añadió. Eso conlleva "riesgos". El dirigente concluyó asegurando que la FSA, como incorporó la propuesta en el último congreso, la llevará en su programa y el próximo candidato al Gobierno autonómico —y él no repetirá— tendrá que "asumirlo" y estar "de acuerdo con ello".

Javier Fernández avisa de riesgos identitarios si el bable se hace cooficial

Un "presidente saltimbanqui"

Rubalcaba, en su introducción, dedicó palabras cariñosas a quien considera un amigo de verdad, un "buen socialista", un hombre "serio, riguroso, tranquilo", autor de unos discursos "que a uno le gusta paladear". Todo lo contrario, comparó, de un "presidente autonómico saltimbanqui" como Puigdemont, "que trata de atraer la atención con sus permanentes volatines".

Rubalcaba aboga por que los constitucionalistas partan de un diagnóstico: "Reformar el Estado autonómico para fortalecerlo, y no debilitarlo"

El exvicepresidente del Gobierno subrayó que en las últimos años han hablado mucho de Cataluña, una crisis de la que él advirtió reiteradamente durante su corto mandato como jefe del PSOE, y que ha ido "cocinándose a fuego lento". El exministro del Interior apostó por que los partidos constitucionalistas con un "proyecto político compartido", que parta de un diagnóstico común, que hay que "reformar el Estado autonómico para fortalecerlo, y no para debilitarlo". Diagnóstico que, a día de hoy, entiende que no comparten. Y esa "es la clave".

Rubalcaba se refiere a Puigdemont como un "presidente autonómico saltimbanqui"

Hay tres cuestiones "insoslayables": que el Estado autonómico ha permitido abordar el conflicto territorial "como nunca" se había hecho; que ha corregido la "desigualdad" y que "ha venido para quedarse", que es "irreversible". Por tanto, "reformar el Estado autonómico para fortalecerlo sería el mejor diagnóstico de partida para un proyecto con el que disputar el espacio a los independentistas desde el mundo constitucionalista", argumentó. Y, en ese sentido, y coincidiendo con Fernández, el ex secretario general sostuvo que modificar el sistema de financiación es "clave", puesto que los Gobiernos autonómicos gestionan dos asuntos sensibles como la sanidad y la educación. Hoy no habló de su encuentro casual y discreto con la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, y el diputado Jordi Xuclà, que molestó a Ferraz y que condujo a que él denunciara, ayer en TVE, que la dirección le había puesto "como un trapo". La polémica entiende que ya está amortizada y que no merece la pena seguir ahondando en la fisura. Pero la comunicación con Sánchez continúa muerta. Al menos por ahora.

Rubalcaba aboga por la unión de los constitucionalistas en la reforma del Estado autonómico

Bajo perfil político de Ferraz para arropar a Fernández en Madrid

Es evidente que Javier Fernández no encarna el tipo de liderazgo que busca el "nuevo PSOE" de Pedro Sánchez. Y se lo hizo saber, por si no quedaba claro, este martes. Para el desayuno informativo de Nueva Economía Fórum, en el hotel Ritz, Ferraz envió una representación escasa y de bajo perfil, que llamaba la atención porque a fin de cuentas se trata de un presidente autonómico. En este caso, no obstante, tenía argumento al que agarrarse, pues Pedro Sánchez protagonizaba prácticamente a la misma hora en Sevilla otro desayuno informativo en Sevilla, al que acudió Susana Díaz y también parte de la ejecutiva federal.

 Al acto de Fernández se acercaron, por parte de la dirección de Sánchez, los responsables de Economía, Manu Escudero; Empleo, Toni Ferrer; Transición Ecológica para la Economía, Hugo Morán (asturiano, por cierto); Ciencia e Innovación, Paco Polo, y Cultura y Deportes, Ibán García del Blanco. Pero no estaban los pesos pesados de Ferraz, empezando por la número dos, la diputada asturiana Adriana Lastra —muy enfrentada al jefe del Principado, pero que se halla enferma—, y el tres, José Luis Ábalos, que se desplazó a Sevilla, igual que la cuatro, la cordobesa Carmen Calvo. Tampoco acudió la presidenta del partido, Cristina Narbona. Ni el nuevo líder autonómico, Adrián Barbón, porque tenía visita al occidente de la comunidad por la mañana y reunión de su ejecutiva por la tarde.  

Fernández sí estuvo arropado por dirigentes próximos, como la exportavoz en el Congreso Soraya Rodríguez, la ex vicesecretaria general y eurodiputada Elena Valenciano, el exparlamentario navarro Juan Moscoso o el expresidente asturiano y exdiputado nacional Antonio Trevín. Entre los asistentes también figuraban los portavoces socialistas en el Ayuntamiento y la Asamblea de Madrid, Puri Causapié y Ángel Gabilondo; la exministra Elena Salgado; el defensor del pueblo en funciones, Paco Fernández Marugán; el líder del PSOE-M, José Manuel Franco, y varios diputados nacionales, como Ricardo Cortés (exmiembro de la gestora), Ángeles Álvarez, Ana Botella, Ignacio Urquizu, Jesús Mari Fernández o Marisol Pérez. El Gobierno envió al secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón. Algunos asistentes al desayuno destacaban después que los miembros de la ejecutiva presentes apenas aplaudían a Fernández y se les veía incómodos. 

Las heridas que dejaron aquellasprimarias federales del PSOE siguen sangrando, casi un año después. Por mucho que los barones, empezando por Susana Díaz, intenten contemporizar con Pedro Sánchez y este haya tenido que asumir que debe contar con ellos por cálculo electoral. Pero la quiebra que la competición interna dejó, la visión de dos partidos enfrentados, sigue estando presente, y hay discursos, como el de Javier Fernández, un presidente ya en retirada, que lo evidencian. Y eso que él es un hombre prudente, al que le gusta guardarse en público en ocasiones sus palabras más afiladas. Pero la distancia está ahí, y ciertos gestos y declaraciones del pasado siguen doliendo.

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