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Bescansa, Garzón, Beiras, ICV... Pablo Iglesias afronta la 'factura catalana'
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tensión en las alianzas y división interna

Bescansa, Garzón, Beiras, ICV... Pablo Iglesias afronta la 'factura catalana'

La dirección estatal pretende forzar una tregua navideña, evitando reuniones ejecutivas o convocar a los órganos de decisión, aunque la confrontación ya se está dando en los canales telemáticos

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, conversa con el diputado de la misma formación, Íñigo Errejón, al término de una sesión plenaria en el Congreso. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, conversa con el diputado de la misma formación, Íñigo Errejón, al término de una sesión plenaria en el Congreso. (EFE)

Un debate profundo respecto a la revisión de la estrategia política, especialmente en los referente a Cataluña, se cierne sobre Podemos. Los malos resultados cosechados en las elecciones del 21-D, con un descenso de once a ocho diputados, han abierto la veda a la modificación de una hoja de ruta que desde la dirección estatal se le ha puesto freno desde la misma noche electoral, aunque más con el afán de contener una lucha interna, o al menos que esta se visibilice públicamente, que de sortear el inevitable debate. De hecho, no son pocas las voces que comienzan a tomar posiciones y realizar sus propias lecturas críticas, además de que desde el pablismo ya hay quien reconoce que "las fuerzas del cambio deben redoblar esfuerzos y proponer estrategias nuevas ante el cambio de paradigma en la lucha de lo nuevo frente a lo viejo".

La dirección estatal pretende forzar una tregua navideña, evitando reuniones ejecutivas o convocar a los órganos de decisión aunque la confrontación ya se está dando en los canales telemáticos. Una forma de ganar tiempo y diseñar que evite una confrontación pública que hasta ahora solo había aireado la diputada Carolina Bescansa. Sus tesis fueron arropadas en privado por IU, principalmente en reuniones del grupo parlamentario, y Alberto Garzón se limitó a desarrollar su visión en alguna que otra entrevista. La fundadora de Podemos, que desde Vistalegre II carece de puestos de responsabilidad orgánica, puso en entredicho que el discurso de Podemos se orientase más a hablar a los independentistas que a España, mientras que el coordinador federal de IU advertía en las páginas de este diario que: "Hay gente que cuando hablamos de Estado plurinacional no entiende que el rebrote nacionalista catalán empuja al español y viceversa. Se alimentan mutuamente y eso lleva a que las cuestiones sociales se aparquen".

Pablo Iglesias valora los resultados electorales del 21-D.

El problema al que se enfrenta Pablo Iglesias, con las elecciones municipales y autonómicas en el horizonte, es doble. Por un lado, son evidentes las presiones para desembarazarse de la estrategia centrada en el referéndum pactado, que ha pasado factura hasta en el Cataluña, mientras que por otro, algunos de sus socios de las confluencias gallegas critican su falta de voluntad rupturista, siguiendo la línea del dimitido líder de Podem, Albano Dante, que se inclinan por apoyar abiertamente al independentismo de izquierdas. Este último es el caso de Anova y dirigentes históricos del nacionalismo gallego que pusieron las bases de la construcción de En Marea, como Xosé Manuel Beiras.

Tras pedir el voto para ERC o la CUP, Beiras responsabilizó de los malos resultados a Pablo Iglesias y el candidato de los 'comuns', Xavier Domènech, por "no querer comprender" que el independentismo catalán "era un aliado y no un adversario" de la izquierda rupturista. La consecuenca de este error, según lo calificó el líder de Anova, socio de Podemos en Galicia, "fue debilitar el bloque de la izquierda". La paradoja es que desde otros sectores de la formación se le recrimina a Pablo Iglesias precisamente todo lo contrario, es decir, una posición demasiado benevolente con las formaciones independentistas. No es la única paradoja, pues hay que subraya un exceso de populismo en la estrategia de los 'comuns' y quien defiende que este no se desplegó lo suficiente.

En otros socios territoriales, como es el caso de Compromís, formación con la que sellaron un pacto preelectoral, la posición es diferente

La reedición de las mareas gallegas —en las que además de Anova, que controla la alcaldía de Santiago de Compostela, se integran Podemos e Izquierda Unida— está en el aire. Principalmente después de que la secretaria general de Podemos Galicia, Carmen Santos, advirtiese en el contexto del 1-O en referencia a Anova, con quienes comparte grupo parlamentario en el Pazo do Hórreo, que se deberán "revisar las alianzas" si se entra en "cuestiones de diferencias indisolubles" sobre la configuración del Estado con sus socios.

En otros socios territoriales, como es el caso de Compromís, formación con la que sellaron un pacto preelectoral en las generales, la posición es diametralmente diferente. Su portavoz, Mónica Oltra, ya evitó arropar a los 'comuns' durante la campaña del 21-D, y previamente había soltado amarres con Podemos por sus diferencias sobre la estrategia territorial. Primero plantó la denominada Declaración de Zaragoza, que impulsó Podemos para reclamar un referéndum pactado, junto a ERC, PNV y PDeCAT, y después marcó distancias en cuestiones territoriales trascendentes como el cupo vasco o la comisión para la evaluación y modernización del modelo territorial pactada entre PP y PSOE, en la que sí participan los diputados de Compromís pero no los de Unidos Podemos.

placeholder La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

Finalmente, ICV y EUiA, que ya cuestionaron su falta de peso en la configuración de las listas de Catalunya en Comú, también afilan sus cuchillos contra Ada Colau después de unos resultados que los dejan al borde de la desaparición. En el caso de los ecosocialistas, por ejemplo, tendrán solo un diputado en el Parlament, siendo así la representación más ínfima de su historia. La apuesta por desarrollar el denominado "bloque histórico" sufre un duro golpe y suma incertidumbre a las tensiones que ya venía arrastrando, con uno de sus epicentros en la crisis de Gobierno de la confluencia de Ahora Madrid.

A la interna, la encargada de defender la actual hoja de ruta fue la portavoz adjunta de la ejecutiva de Podemos Noelia Vera. Durante la valoración de los resultados electorales la noche del 21-D lanzó el mensaje de que no se modificaría la estrategia, esto es, la defensa de la plurinacionalidad y de un referéndum pactado con el Estado. Con todo, una cuestión son las aspiraciones programáticas y otra la comunicación política, con sus tiempos y prioridades a nivel de agenda mediática.

Las tesis errejonistas de transformar Podemos en un "partido de orden" vuelven a ganar fuerza, así como las voces que reclaman revisar las hipótesis

El secretario de Organización, Pablo Echenique, también trató de desviar el debate de la autocrítica focalizando su lectura sobre el 21-D en el enemigo común. "Una de las conclusiones más obvias de estos resultados electorales es el estrepitoso fracaso del PP y personalmente de Mariano Rajoy", afirmaba en un texto enviado a través de un canal de su secretaría, al mismo tiempo que añadía: "La otra conclusión obvia es que la polarización entre el 'a por ellos' y el 'España ens roba', entre el 155 y la DUI, entre la represión y el 'procés' unilateral, hacen crecer a las derechas que, tras las diferentes banderas, machacan a la gente trabajadora".

Unas tesis que algunos representantes públicos de Podemos han calificado de engañosas, por un supuesto intento de "ponerse una venda en los ojos" para no admitir que no se ha sabido "ofrecer una alternativa" y ser percibidos por las mayorías sociales como una fuerza "atractiva, solvente y aglutinante". Las tesis errejonistas de transformar Podemos en un "partido de orden" vuelven a ganar fuerza, así como las voces que reclaman revisar las hipótesis. Su conclusión es que, por un lado, se debe hacer autocrítica y, por otro, reconocer que las cuestiones identitarias y territoriales han engullido a las sociales. O lo que es lo mismo, el denominado ciclo 15-M o la fase del "desborde" se ha agotado. Un escenario en el que las posiciones ambiguas o terceras vías, no proporcionan réditos electorales.

Un debate profundo respecto a la revisión de la estrategia política, especialmente en los referente a Cataluña, se cierne sobre Podemos. Los malos resultados cosechados en las elecciones del 21-D, con un descenso de once a ocho diputados, han abierto la veda a la modificación de una hoja de ruta que desde la dirección estatal se le ha puesto freno desde la misma noche electoral, aunque más con el afán de contener una lucha interna, o al menos que esta se visibilice públicamente, que de sortear el inevitable debate. De hecho, no son pocas las voces que comienzan a tomar posiciones y realizar sus propias lecturas críticas, además de que desde el pablismo ya hay quien reconoce que "las fuerzas del cambio deben redoblar esfuerzos y proponer estrategias nuevas ante el cambio de paradigma en la lucha de lo nuevo frente a lo viejo".

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