Es noticia
Dormido y con dos pistolas en el pecho: así cazó la Guardia Civil al asesino Igor el Ruso
  1. España
el ministro impone la medalla roja a los caídos

Dormido y con dos pistolas en el pecho: así cazó la Guardia Civil al asesino Igor el Ruso

Un ejército de voluntarios del instituto armado que estaban de libranza se movilizó en escasos minutos al conocer que habían asesinado a dos compañeros

Foto: Decenas de agentes se unieron al operativo de búsqueda del asesino. (EFE)
Decenas de agentes se unieron al operativo de búsqueda del asesino. (EFE)

El 5 de diciembre un dramático suceso interrumpió la paz de los 2.000 habitantes de la localidad turolense de Albalate del Arzobispo. Dos vecinos de 70 y 40 años se personaron ensangrentados en las dependencias de la Guardia Civil y denunciaron que un desconocido les acababa de disparar cuando trataban de acceder a la casa del mayor de ellos. Ese mismo día comenzó un dispositivo policial que duró hasta la madrugada del pasado viernes. Los escasos agentes con que cuenta el instituto armado en la población peinaron el monte en busca del pistolero tanto cuando había luz solar como cuando caía la noche. Sin descanso. Había un loco suelto y tenían que cazarlo lo antes posible.

Sin embargo, el fugitivo era hábil y escurridizo. Pasaban los días y no terminaban de dar con él hasta que el jueves por la tarde dieron con su paradero. Dos parejas de agentes en otros tantos coches, uno camuflado y otro oficial, cercaron al sospechoso en torno a una casa de campo en la que se había atrincherado. Equipados con chalecos antibalas, los dos funcionarios que iban de paisano se acercaron pistola en mano y con cautela al inmueble. El fugitivo, sin embargo, los encañonó con un fusil desde la oscuridad. Era experto en tiro y no falló. Apuntó a la zona que no cubría la prenda protectora e hirió de muerte a ambos.

Foto: El operativo desplegado por la Guardia Civil en Andorra (Teruel). (EFE)

Sus dos compañeros se quedaron petrificados. Las tinieblas les impedían hacer movimientos en falso, dado que cualquier error acabaría con ellos también en el suelo. No sabían si el pistolero seguía apuntando o si Víctor Caballero y Víctor Romero —los agentes caídos— seguían o no con vida. Pidieron ayuda por radio y trataron de obtener información sobre lo que pasaba. No fue de hecho hasta pasados 15 minutos de los disparos cuando confirmaron que la zona era segura y decidieron acercarse a los cuerpos aún vivos. En seguida llegó la ambulancia, que trasladó a los agentes hasta el centro de salud de Andorra (Teruel), donde llegaron todavía vivos pero muy graves. Los médicos, de hecho, no pudieron hacer nada por salvarles la vida.

En pocos minutos, las emisoras de radio de los coches patrulla y de los cuarteles ardían. "Han asesinado a dos compañeros en Alcañiz y a un civil —el vecino de la localidad José Luis Iranzo—; el asesino va fuertemente armado con dos pistolas que ha sustraído a los compañeros", escuchaban los agentes que en ese momento se incorporaban al servicio. "El autor ha huido en un Mitsubishi 'pick up' verde con matrícula CKT y viste uniforme militar", decía otro funcionario. En ese momento, la fibra de los guardias civiles que escuchaban la alerta se encendió.

Decenas de miembros del instituto armado reaccionaron inmediatamente a la llamada, tanto los que estaban en la provincia de Teruel como los que se encontraban en localidades limítrofes. Podían haber sido ellos y, por solidaridad, tenían que actuar. Al fin y al cabo, todos eran un mismo cuerpo. Muchos que estaban en sus días libres, fuera de turno e incluso de vacaciones se personaron en las dependencias a las que pertenecían, se enfundaron el uniforme y se pusieron a disposición de sus jefes con la única idea de encontrar cuanto antes al pistolero por los fríos y oscuros montes turolenses.

Más tarde, alrededor de las 2:45 horas, agentes que venían de Castellón localizaron un vehículo accidentado que coincidía con la descripción del que utilizó el sospechoso para huir, un Mitsubishi 'pick up' verde. Fue en el Maestrazgo, a 90 kilómetros de donde se había producido el tiroteo. En concreto, en el kilómetro 95,5 de la A226, en el término municipal de Cantavieja, cerca ya de la provincia de Castellón. Los guardias cercaron rápidamente la sombría zona y montaron un nuevo dispositivo de vigilancia. Con enorme precaución, fueron haciendo cada vez más pequeño el círculo policial. Por fin, deciden entrar en el área donde se había producido el accidente.

Foto: El operativo desplegado por la Guardia Civil en Andorra tras el asesinato de dos compañeros y un civil. (EFE)

El cuerpo del fugitino yacía en el suelo, a unos metros del vehículo. La cautela se hacía cada vez más necesaria. Los agentes comprobaron que el hombre estaba dormido o desmayado —quieto, en cualquier caso—, tumbado boca arriba y con las dos pistolas que había arrebatado a sus víctimas sobre el pecho. Con extrema rapidez, le redujeron. Fuentes de la investigación creen que, al perder el medio que tenía para huir, pudo quedarse agazapado con el fin de esperar para detectar otro vehículo y, en ese tiempo, se quedó dormido, también como consecuencia del alcohol que llevaba en el cuerpo y al que aún olía.

Norbert Feher, de origen serbio, es un exmilitar con grandes destrezas tanto en artes marciales como en el manejo de armas largas y cortas e incluso tiro con arco. Estaba buscado por la policía y los servicios secretos italianos por diversos asesinatos, agresiones sexuales y robos. Mantuvo aterrorizada a la zona de Emilia Romaña durante meses hasta el punto de que el propio ministro del Interior, Marco Minniti, tuvo que salir a la esfera pública para tranquilizar a la sociedad y asegurar que las fuerzas de seguridad no descansarían hasta atrapar a Feher, también conocido como Igor el Ruso.

Víctor Romero y Víctor Caballero recibieron horas más tarde la medalla con distintivo rojo. El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, que se desplazó hasta la zona, se la concedió después de que lo solicitaran, entre otros, la Asociación Unificada de Guardias Civiles, que aglutina a la mayor parte de los funcionarios.

El 5 de diciembre un dramático suceso interrumpió la paz de los 2.000 habitantes de la localidad turolense de Albalate del Arzobispo. Dos vecinos de 70 y 40 años se personaron ensangrentados en las dependencias de la Guardia Civil y denunciaron que un desconocido les acababa de disparar cuando trataban de acceder a la casa del mayor de ellos. Ese mismo día comenzó un dispositivo policial que duró hasta la madrugada del pasado viernes. Los escasos agentes con que cuenta el instituto armado en la población peinaron el monte en busca del pistolero tanto cuando había luz solar como cuando caía la noche. Sin descanso. Había un loco suelto y tenían que cazarlo lo antes posible.

Guardia Civil Teruel
El redactor recomienda