"Cataluña tenía en un almacén unas obras que pueden revivir los Monegros"

“¡Justicia!”, “¡Vivan los bienes de Sijena!”. Los gritos eran sonoros pero aislados. Los vecinos estaban tan absortos viendo cómo las 43 obras de arte eran descargadas una a una del camión que, más que alborozo, lo que reinó en el monasterio de Santa María de Sijena (Huesca) el día en que sus bienes más preciados regresaban tras 47 años en Cataluña fue el silencio. Y luego, completada la operación, ya sí estalló el júbilo entre los 150 vecinos de Villanueva de Sijena que se acercaron al lugar.

El alcalde, Alfonso Salillas, no pudo contener el llanto en el poco más de una hora que duró el operativo. “Tengo una emoción grandiosa. Estoy deseando mostrar a todos los españoles las 37 obras que han estado medio siglo encerradas en un almacén. Nosotros vamos a exponerlas al mundo porque es lo que se merecen. No exagero si digo que el retorno a casa de estos bienes puede revivir los Monegros”, afirmó a este diario. En Villanueva de Sijena, un pueblo muy envejecido de 512 habitantes, todo el mundo sueña con que estas piezas, entre las que destacan las siete que había expuestas en el Museo de Lleida (tres cajas sepulcrales únicas en el mundo y cuatro relieves en alabastro) sean la garantía de futuro del municipio.

Si bien era un día para el jolgorio (“lo celebraremos como diga el alcalde”, clamaban los vecinos), también hubo tiempo para las pullas a Cataluña. Sobre todo para el museo de Lleida por haber perdido una de las piezas. Nadie entendía cómo se ha podido extraviar un lienzo del siglo XVIII, el que tendría que haber hecho 44. “Es incomprensible que haya desaparecido una pieza, pero ya lo aclararemos”, lanza Margarita Atarés, la tendera del pueblo. “Hoy es un día muy emotivo, un orgullo. Es como recuperar a un hijo que ha estado 50 años fuera”, prosigue su marido, Martín Nogués, agricultor.

El asunto del lienzo extraviado se suma a los dos manteles de altar extraviados por el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) en el primer traslado a Sijena de las 53 piezas (que fueron solo 51) que custodiaba el museo barcelonés, traslado que se realizó en julio de 2016. El abogado del ayuntamiento de Sijena, Jorge Español, lo tiene claro: “Habrá que solicitar al museo de Lérida que diga dónde está y si no responde se le pedirá que se indemnice por el precio de la pieza”. El alcalde Salillas lo toma con resignación: “Estamos acostumbrados a oír que los museos de Cataluña son los más seguros y el mejor sitio para que estén los bienes de Sijena y resulta que no paran de desaparecer obras. En el MNAC fueron dos, ahora una, y eso sin olvidar que en 1981 ya desapareció el relicario más valioso del monasterio”.

"Oímos que los museos de Cataluña son los más seguros y resulta que no paran de desaparecer obras", denuncia el alcalde de Sijena

“Ahora la siguiente batalla judicial es la de las pinturas murales que tiene el MNAC. Me temo que ahí habrá más alboroto al tratarse de Barcelona y la Generalitat se va a resistir mucho más, aunque el litigo es más sencillo porque solo es recuperar unas piezas que están en depósito, la titularidad no es suya”, adelanta Español, que responde al uso que Carles Puigdemont y el universo independentista han hecho en campaña de la decisión del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, de hacer cumplir la sentencia provisional del juzgado número de 1 de Huesca que exige el retorno de las obras a Aragón. “Ellos hablan de una humillación a Cataluña pero el expolio y la humillación la cometieron ellos llevándose las obras”, afirma el abogado. Y el alcalde apostilla: "En Lleida al menos han podido protestar. A nosotros ni siquiera nos dieron esa opción en 1970 porque se llevaron las obras sin consultar a nadie".

Alboroto en Lleida

Las piezas reclamadas hace 20 años llegaron después de una pequeña batalla campal en Lleida que se empezó a fraguar con una concentración a partir de la noche del domingo. Tensión que contrastó con el ambiente 77 kilómetros al oeste, en Sijena, donde para amenizar la espera, cinco vecinos cantaron guitarra en mano recuperando el mejor espíritu de José Antonio Labordeta una canción cuyo estribillo, coreado hasta la extenuación, reza: “Sí, Sijena, sí, por justicia y dignidad, la verdad y la razón de tu lado están”. Junto a ellos, una docena de agentes de la Guardia Civil escoltaban el monasterio de forma distendida junto a unidades de la Policía Nacional.

La mayoría de vecinos optó por suavizar tensiones con Cataluña, pero otros, como Paco Parellá, del pueblo de Albalate, se mostraron menos diplomáticos. “Cataluña quiere quedarse con todo lo que hay a este lado de su frontera y no tienen límite”, aseguró, y dijo que los catalanes “han metido mucho dinero en convertir todo desde Caspe en parte suya y poder hacer y deshacer a su antojo, pero esto es Aragón y ya vale de que nos tomen por tontos”.

Mayte Pérez, consejera de Cultura del Gobierno de Aragón, insistió en que “no ha habido ninguna complicidad con el Gobierno central, al contrario. Esto no tiene nada que ver con el artículo 155, es más bien a pesar de ellos”, aseguró la política turolense del PSOE, que resumió lo acontecido con una sola palabra: “Justicia”.

“Era una injusticia de hace más de 100 años”, clama María, vecina de Sijena, aunque su amiga Rosa le matiza: “No seas exagerada, que han sido 20”. Pero María no se arredra: “Esto viene de antes de la Guerra Civil, cuando ya nos robaron y quemaron piezas”, asegura. María también es muy beligerante con la actuación de las autoridades y políticos catalanes: “Vienen a reírse de nosotros cada dos por tres a Fraga o a Barbastro y a reclamar cosas que no les corresponden de nuestras catedrales”.

Ya en el pueblo, un conjunto de casas pequeño (entre las que se cuenta la natal de Miguel Servet, el otro gran atractivo turístico junto al monasterio) en medio de una naturaleza abierta y más bien terrosa, está el único restaurante del pueblo, La Bodega. Allí, su propietaria, María Jesús, califica el día como “histórico” y dice que está “muy contenta”, pero también dice que tiene que trabajar, que el local está lleno de periodistas de Aragón, que les tiene que dar de comer y que “un lunes como este sin ser fiesta no es normal y ahora vienen los del segundo turno”. Aún no están las piezas expuestas y en Villanueva de Sijena, en mitad de los Monegros, ya empiezan a no dar abasto con las visitas.