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Ramos Gordón, el pederasta leonés que se ocultó tras una sotana durante 30 años
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los abusos ya han prescrito

Ramos Gordón, el pederasta leonés que se ocultó tras una sotana durante 30 años

El programa de 'Salvados' de este domingo se centró en un caso de pederastia dentro de la Iglesia. El Confidencial sigue los pasos del acusado, que trabajó en pueblos de Castilla y León entre 1971 y 2016

Foto: El exsacerdote José Manuel Ramos Gordón, acusado de pederastia. (Foto: Bego Rodríguez / Bembibre Digital)
El exsacerdote José Manuel Ramos Gordón, acusado de pederastia. (Foto: Bego Rodríguez / Bembibre Digital)

"A su santidad el papa Francisco. Me permito robarle unos minutos de su tiempo, los necesarios para leer estas líneas nacidas desde el corazón de este exseminarista. La razón por la cual le escribo no es otra que apoyar a todos los que han estado callados y han sufrido el mismo maltrato físico y psicológico que yo, y que por miedo o vergüenza no han salido a la luz. Ha llegado el momento de unirnos y decirlo, porque lo que nos hicieron nos marcó y esos estigmas estarán ahí siempre".

Así comienza la carta que F.L. envió al Vaticano el 30 de noviembre de 2014, una misiva en la que relata los abusos sexuales que sufrió a manos del exsacerdote leonés José Manuel Ramos Gordón entre 1988 y 1989. Los abusos se produjeron hace casi tres décadas, cuando F.L. era menor de edad, pero estos no se conocieron hasta que el pasado enero 'La Opinión de Zamora' destapó el caso. La Dióceseis de Astorga, de la que depende el exsacerdote, explicó entonces que el acusado había reconocido los hechos, pedido perdón al denunciante y renunciado a sus cargos eclesiásticos.

Foto: El presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez. (EFE)

De todos modos, a día de hoy el caso está lejos de cerrarse, y es que desde la diócesis de Astorga confirman a El Confidencial que en los últimos once meses se han presentado más denuncias contra Ramos Gordón por pederastia. "Ahora está en manos del Vaticano. No podemos hablar del número de denuncias porque se está investigando bajo secreto pontificio", señalan. Por el momento, la Santa Sede ha recibido al menos dos cartas de hombres que acusan al exsacerdote de abusos sexuales cuando eran alumnos suyos. De todos modos, ambos aseguran que el número de víctimas que guardan silencio es mucho mayor. Y prueba de ello es que el pasado febrero 29 exalumnos de Ramos Gordón se manifestaron frente a la diócesis de Astorga para pedir justicia.

En el seminario desde los once años

Ramos Gordón nació el 19 de marzo de 1953 en Veguellina de Órbigo, una pequeña localidad de la provincia de León que a día de hoy apenas supera los 2.000 habitantes. Con tan solo once años, el exsacerdote ingresó en el Seminario Menor de San José de La Bañeza, una institución que se encontraba a unos 20 kilómetros de su pueblo natal y que fue inaugurada tres años antes de su llegada. En 1971, ya como mayor de edad, pasó a estudiar Teología en el Seminario Mayor Diocesano de Astorga, y allí fue ordenado sacerdote el 26 de febrero de 1978.

placeholder El colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria. (Foto: La Opinión-El Correo de Zamora)
El colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria. (Foto: La Opinión-El Correo de Zamora)

Ese mismo año, la diócesis de Astorga le comunicó su primer destino: el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria (Zamora), centro en el que ejerció como profesor y donde todos le conocían como Chema. Durante los siguientes nueve años, Ramos Gordón trabajó en este lugar, hasta que en 1987 sus superiores decidieron trasladarle. En ese momento nadie sospechó de su repentina marcha, pero el pasado febrero, poco después de que el caso de F.L. saliera en los medios de comunicación, un exalumno del Juan XXIII aseguró que Ramos Gordón había abusado de él cuando estudiaba en este centro, entre 1981 y 1984. En aquella época, el denunciante también era menor de edad.

Al igual que F.L., este segundo hombre envió una carta al Vaticano explicando lo ocurrido, misiva en la que señalaba los nombres de otros alumnos que también habrían sido víctimas de abusos sexuales por parte del profesor. En el texto, exigía además que se juzgase a quienes "encubrieron" los hechos, apuntando en este sentido a que los abusos eran "de dominio público en el colegio y en localidades limítrofes". Cabe señalar, sin embargo, que a diferencia del caso de F.L., Ramos Gordón todavía no ha reconocido lo aquí descrito.

Su vuelta al seminario como profesor

En 1987, el exsacerdote abandonó el colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria y volvió al centro en el que había pasado su juventud: el Seminario Menor de San José de La Bañeza. "Ejerció como profesor y tutor", explican desde la diócesis de Astorga. En esta institución, Ramos Gordón coincidió con F.L., la víctima que destapó sus abusos el pasado enero. "Aún puedo sentir el silencio de la noche de aquel dormitorio, el frío pero suave tacto de D. José Manuel Ramos despertándome. Allí, arrodillado en un lateral de la cama, suavemente me iba tocando los muslos, mis nalgas, con mucha delicadeza, despacio para que no me despertase. Todo era silencio mientras su mano avanzaba hacia mi pene", describe F.L. en la carta que envió al Vaticano en 2014.

"Aún puedo sentir el silencio de la noche de aquel dormitorio, el frío tacto de D. José Manuel Ramos despertándome, arrodillado en un lado de la cama"

En la misiva, la víctima explica además cómo en 1989 advirtió a los responsables del seminario sobre el calvario que estaba viviendo: "Los abusos por parte de D. José Manuel continuaban, tanto hacia mi persona como hacia mi hermano y hacia dos compañeros más. Tras hablarlo entre nosotros, decidimos contárselo (con mucha incertidumbre) al rector D. Gregorio, que quedó atónito ante las palabras de mi hermano y compañeros (he de decir que fueron más valientes que yo, ya que llegado el momento, me entró pánico y no entré). El rector ojiplático solo podía preguntarles '¿qué os toca?, ¿qué os toca?'".

Tanto F.L. como sus compañeros pensaron que aquella visita al rector pondría fin a los abusos, pero no fue así. "Nada más lejos de la realidad. Como si de una simple chiquillada se tratara, nadie hizo nada. El silencio por respuesta. Lo único que conseguimos fue entrar en un círculo de castigo", critica. De todos modos, poco después de que los alumnos explicaran a los responsables del seminario los abusos que estaban sufriendo, Ramos Gordón fue enviado a otro lugar. Y en esta ocasión, su nuevo destino no exigía tener contacto directo con menores.

Elegido "tabarés del año" en 2001

En septiembre de 1990, Ramos Gordón fue nombrado párroco de la comarca de Tábara, en Zamora, lugar en el que pasaría los siguientes 26 años. Además de la parroquia de este municipio, que a partir de entonces se convertiría en su lugar de residencia, el exsacerdote también se hizo cargo de los feligreses de otros pueblos cercanos como San Martín, Escober, Moreruela, Riofrío, Sesnandez o Ferreruela. Pese a tratarse de un periodo más extenso que el que pasó en Puebla de Sanabria o en La Bañeza, a día de hoy no se tiene constancia de que el exsacerdote cometiera delito sexual alguno en aquellos años. De hecho, Ramos Gordón se convirtió en uno de los vecinos más respetados de la comarca, hasta el punto de que en 2001 fue nombrado 'tabarés del año'.

placeholder José Manuel Ramos Gordón, el el centro de la imagen. (Foto: La Opinión-El Correo de Zamora)
José Manuel Ramos Gordón, el el centro de la imagen. (Foto: La Opinión-El Correo de Zamora)

El municipio quiso agradecerle con este premio sus esfuerzos para difundir el patrimonio histórico de Tábara, labor que culminó en 2015 con la apertura del Centro de Interpretación de los Beatos, un proyecto museográfico situado en la Iglesia de Santa María de Tábara. El exsacerdote mostró interés en el legado histórico del municipio desde su llegada al mismo en 1990, ya que ese mismo año se licenció en Geografía e Historia por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Dado su bagaje cultural, Ramos Gordón fue además nombrado delegado del Patrimonio del Obispado de Astorga, e incluso pudo colaborar en aquellos años con historiadores de prestigio como el estadounidense John Williams.

Por esta razón, cuando el 1 de julio de 2016 Ramos Gordón fue apartado de la parroquia de Tábara, sus feligreses no entendieron los motivos que habían empujado a la diócesis de Astorga a tomar esta decisión. "Nos hemos quedado un poco huérfanos", tituló un diario local la noticia sobre su marcha. La sorpresa entre los vecinos de Tábara llegó a tal punto que incluso organizaron un homenaje al exsacerdote antes de que dejara el municipio, para lo que se celebró una misa y un banquete el 17 de octubre. Por aquel entonces, nadie sospechaba que sus superiores le hubiesen apartado de la parroquia por pederastia.

El 'castigo' de la Iglesia

El 29 de enero de 2017, poco después de que se destapara el caso, la diócesis de Astorga emitió un comunicado en el que explicaba las medidas adoptadas contra Ramos Gordón. Según se aseguraba en el texto, la Congregación para la Doctrina de la Fe, que depende de la Santa Sede, llevó a cabo un "proceso administrativo penal" después de tener conocimiento de los hechos en 2014, ignorando así "la prescripción civil y canónica" de los abusos. Aunque en el comunicado se limitaban a decir que dicho proceso culminó con "la pena pertinente", desde la diócesis explican a El Confidencial que el 'castigo' consistió en la privación del oficio de párroco durante "un periodo no inferior a un año".

De todos modos, la diócesis de Astorga no mencionó en el texto el supuesto encubrimiento por parte de los superiores de Ramos Gordón, por lo que poco después, el 16 de febrero, el obispo se vio obligado a publicar un segundo comunicado en el que pedía perdón por el modo de actuar de la institución en aquellos años: "Humildemente, en nombre de esta comunidad diocesana, reitero la petición de perdón por el daño causado y una vez más expreso mi apoyo y cercanía a cuantos son víctimas de los abusos sexuales". Por otra parte, en el comunicado se hacía hincapié en que, más allá de la pena impuesta, el propio Ramos Gordón había pedido "la jubilación de todos sus cargos" en agosto de 2016, renunciando así a ser sacerdote el resto de su vida.

placeholder José Manuel Ramos Gordón muestra el libro que le regalaron en el homenaje celebrado en octubre de 2016. (Foto: La Opinión-El Correo de Zamora)
José Manuel Ramos Gordón muestra el libro que le regalaron en el homenaje celebrado en octubre de 2016. (Foto: La Opinión-El Correo de Zamora)

Sin embargo, al mismo tiempo que la diócesis de Astorga intentaba capear el temporal, otros hombres denunciaron los supuestos abusos sexuales que habían sufrido a manos de Ramos Gordón cuando eran menores, lo que obligo a la Congregación para la Doctrina de la Fe a reabrir el caso. Dado que la investigación todavía no ha terminado, este diario se ha puesto en contacto con la Conferencia Episcopal Española para saber las posibles penas a las que se enfrenta el exsacerdote, pero desde la institución no dan una respuesta concreta: "Depende del tipo de abuso que haya sido, de su mayor o menor gravedad, del tiempo que haya transcurrido, de si había circunstancias atenuantes o agravantes, de si estaba en sus cabales...", explican.

Ante esta respuesta, El Confidencial ha optado entonces por consultar a la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes, organización sin ánimo de lucro que ofrece ayuda a este tipo de víctimas. "Con los curas pederastas lo más habitual es que se les ponga una pena de oración y penitencia. También suelen dejar de tener asignada una parroquia, pero siguen siendo sacerdotes y pueden ir a misa y recibir la comunión", explica Miguel Hurtado, colaborador de esta organización y víctima de abusos sexuales por parte de un cura cuando era menor de edad. Teniendo en cuenta que Ramos Gardón dejó de ser sacerdote al renunciar a sus cargos en agosto de 2016, todo apunta a que la pena que imponga finalmente la Congregación para la Doctrina de la Fe se centrará en la oración y la penitencia.

A falta de que la Santa Sede tome una decisión, Ramos Gordón vive ahora en una residencia de Astorga con otros sacerdotes jubilados. Mientras tanto, sus víctimas tratan de organizarse para que todos los abusos sexuales que cometió salgan a la luz.

"A su santidad el papa Francisco. Me permito robarle unos minutos de su tiempo, los necesarios para leer estas líneas nacidas desde el corazón de este exseminarista. La razón por la cual le escribo no es otra que apoyar a todos los que han estado callados y han sufrido el mismo maltrato físico y psicológico que yo, y que por miedo o vergüenza no han salido a la luz. Ha llegado el momento de unirnos y decirlo, porque lo que nos hicieron nos marcó y esos estigmas estarán ahí siempre".

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