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Rajoy rechaza cambiar la Constitución para "hacerse el simpático con quienes no lo son"
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DURANTE EL ACTO DE CONMEMORACIÓN DE LA CARTA MAGNA

Rajoy rechaza cambiar la Constitución para "hacerse el simpático con quienes no lo son"

El presidente del Gobierno añadió dos pegas diferentes cuando se le preguntó por la posibilidad de que se llevara a cabo una modificación de la ley de leyes

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante las declaraciones que realizó en el Congreso de los Diputados. (EFE)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante las declaraciones que realizó en el Congreso de los Diputados. (EFE)

Mariano Rajoy aportó este año dos pegas añadidas a la añeja cuestión de todos los aniversarios de la Constitución y su presunta necesidad de cambiarla: que la verdadera reforma constitucional ya se produce por la vía de la UE y que no entiende el interés de algunos en contentar a los independentistas con esa reforma. Para el presidente del Gobierno, la teoría de adaptar la ley de leyes al gusto de los que quieren liquidar España equivale a "hacerse el simpático con los que no lo son".

Foto: Unas 12.000 personas, según la Guardia Urbana, se han manifestado en Barcelona en defensa de la Constitución. (Reuters)

El jefe del Ejecutivo repitió el mismo mensaje que llevaba preparado sobre la reforma constitucional propuesta por el PSOE, desde hace dos legislaturas y sin concreción alguna, con una respuesta igual de ambigua. Rajoy insiste en que le planteen primero qué fundamentos o artículos quieren cambiar y que le expliquen al mismo tiempo con qué fuerzas políticas se puede pactar. De entrada, un tercio del Congreso, el compuesto por Podemos, los independentistas y los nacionalistas, lo que proponen es acabar con el marco constitucional vigente y con los principios de la unidad de España y de la soberanía nacional.

Según reiteró el presidente del Gobierno en la media docena de corrillos que reunió en torno a su persona durante hora y media, la reforma del marco jurídico llega ya de la Unión Europea con su proyecto de unidad entre los Estados y en todo lo que afecta a la vida diaria de los ciudadanos. Como ejemplo, citó la creación de los bonos para sostén del sistema bancario o la política de Defensa común, además de la constante transposición de directivas obligatorias para todos los parlamentos nacionales.

Rajoy insistió en desligar cualquier cambio en el ordenamiento legal de las aspiraciones de los independentistas catalanes de conseguir algún privilegio añadido a cambio de aplazar su proyecto de secesión. Primero espera a que pasen las elecciones del día 21 para retomar en enero las negociaciones para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado y también para abrir conversaciones con el PSOE sobre la reforma del sistema de financiación autonómica. "Espero que el Partido Socialista quiera, porque yo con 137 diputados no puedo", remachó.

Mariano Rajoy, sin prisa para una reforma constitucional

El presidente del Gobierno aprovechó la presencia de Pedro Sánchez en el salón de los Pasos Perdidos del Congreso para mantener una breve conversación con el dirigente socialista, básicamente para comentar la reciente entrevista del jefe del Ejecutivo con Theresa May en Londres. Es lo que explicó después Sánchez. Rajoy prefirió anotar que ahora se lleva mejor con el jefe del principal partido de la oposición.

Rajoy insistió en desligar cualquier cambio de las aspiraciones de los independentistas catalanes de conseguir algún privilegio añadido

Sobre el panorama de la legislatura después del 21-D, el líder del PP reiteró que está dispuesto a agotar la legislatura en cualquier caso y que no entiende el debate sobre su continuidad al frente de la futura candidatura de su partido."¿Qué debate es ese? ¿Por qué no me voy a volver a presentar? No he hecho nada malo", bromeó.

Como siempre ante situaciones complicadas, y pese a los malos pronósticos de las encuestas, Rajoy insistió en que está muy tranquilo y con buen ánimo, tanto ante las elecciones catalanas como ante lo que venga en el resto de la legislatura.

Mariano Rajoy aportó este año dos pegas añadidas a la añeja cuestión de todos los aniversarios de la Constitución y su presunta necesidad de cambiarla: que la verdadera reforma constitucional ya se produce por la vía de la UE y que no entiende el interés de algunos en contentar a los independentistas con esa reforma. Para el presidente del Gobierno, la teoría de adaptar la ley de leyes al gusto de los que quieren liquidar España equivale a "hacerse el simpático con los que no lo son".

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