"En sanfermines de 2008 intentaron violar a mi hija y ella se resistió... Acabó asesinada"
Mientras se celebra el juicio de 'La manada', El Confidencial recuerda un caso de hace 9 años que conmocionó a Pamplona. En aquella ocasión, la joven se resistió a ser violada y el sujeto la mató
Madrugada del 7 de julio de 2008. Nagore Laffage, estudiante de Enfermería de 20 años, celebra el inicio de sanfermines en un bar del casco viejo de Pamplona cuando se encuentra con José Diego Yllanes Vizcay, de 27 años y médico residente de Psiquiatría en la Clínica Universitaria de Navarra. Tras varios minutos de conversación, la joven decide acompañarle a su piso, donde se cruzan con un vecino antes de entrar al domicilio. Poco después, a las 10:04 de la mañana, el 112 recibe una llamada de Nagore pidiendo auxilio desde la casa: "Me va a matar".
En torno a las dos de la tarde del día siguiente, una pareja se presenta en la casa de Nagore, en Irún, y empieza a tocar el timbre. Asun Casasola, la madre de la joven, mira por la mirilla y, al no conocer a ninguno de ellos, decide no abrirles. En ningún momento sospecha que se trata de dos policías. "El domingo [día 6] había hablado con Nagore y me dijo que no iba a salir. Por eso no me preocupé cuando le llamé el día 8 y no me cogió. Creí que estaría pensando que su madre era una pesada", explica Asun a El Confidencial. De todos modos, al poco de marcharse el hombre y la mujer de su casa, Asun recibió una llamada de la Ertzaintza.
"36 golpes"
Para cuando la madre de Nagore se enteró de que habían encontrado el cuerpo de su hija en una zona boscosa próxima a Orondritz, en el valle de Erro, Yllanes ya había sido detenido. Después de matar a la joven, el autor del crimen llamó a un amigo para pedirle ayuda, pero este decidió avisar a la policía, permitiendo así arrestar al sospechoso en un lugar cercano a la zona en la que apareció el cadáver. Tras ser puesto a disposición de la juez, Yllanes confesó el crimen.
En su declaración, el joven aseguró que todo había comenzado con un "malentendido", argumentando en este sentido que había bebido mucho y que al poco de llegar a su casa Nagore pensó que iba a violarla. De todos modos, los indicios que halló la Policía Foral en el lugar del crimen demostraron que la joven no se equivocaba. "El acusado desnudó a Nagore de forma violenta hasta quitarle su ropa interior, momento en el que esta le dijo que no quería continuar en esa conducta sexual", expuso el Ministerio Público durante el juicio.
"Nagore tenía 36 golpes: mandíbula rota, cráneo fracturado... Tú imagínate. Si no salió de la casa es porque le dio tal paliza que no pudo..."
Ante la negativa de la joven a acostarse con él, ambos protagonizaron un violento forcejeo en el baño y en el salón del piso, una pelea que acabó con Nagore siendo estrangulada por Yllanes. "Hay una pregunta que yo no he podido dejar de hacerme: ¿por qué no se dejó? Igual ahora estaría viva...", lamenta Asun. A punto de cumplirse diez años de la muerte de su hija, Asun sigue sin encontrar respuesta a esta cuestión. "Me imagino que en una situación así piensas: 'Si me callo, me van a decir que es que yo quería que me lo hiciese. Y si no me callo, me puede matar'. Pero no lo sé. Nadie sabe cómo vas a reaccionar cuando estás ahí".
Tras advertir que la joven no respiraba, Yllanes comenzó a pensar en cómo deshacerse del cuerpo, momento en el que llamó a su amigo para pedirle ayuda. Al darse cuenta de que nadie iba a echarle una mano, el joven decidió que la mejor opción era descuartizar el cuerpo, para lo que cogió un cuchillo y le cortó un dedo a Nagore. De todos modos, el autor del crimen se detuvo tras seccionar el índice de la joven, pasando entonces a idear una nueva estrategia: cogió bolsas de basura, envolvió el cadáver con cintas adhesivas y, sin que ningún vecino se diese cuenta, bajó el cuerpo al coche de su padre para deshacerse de él en Orondritz.
A la hora de reconstruir los hechos, Asun apunta además a los resultados de la autopsia. En este sentido, la madre de Nagore explica que el examen forense determinó que su hija no había sido violada, pero sí demostró la golpiza que le propinó el autor del crimen después de que ella se negara a mantener relaciones sexuales. "El cuerpo de Nagore tenía 36 golpes: mandíbula rota, cráneo fracturado... Y no murió por eso. Murió estrangulada. Tú imagínate una pelea de 36 golpes. Si no salió de la casa es porque le dio tal paliza que no pudo...".
"Me preguntaron si era ligona"
El 2 de noviembre de 2009 comenzó el juicio en la Audiencia Provincial de Navarra, donde un jurado popular compuesto por seis mujeres y tres hombres fue el encargado de escuchar a ambas partes. "Había tantas pruebas que estaba convencida de que no importaba que fuera o no un jurado popular", asegura Asun. Sin embargo, su opinión cambió después de tener que declarar ante ellos. "Desde ese momento pensé que el juicio era una mierda, que iba a salir como iba a salir".
Algunas personas también me decían que por qué subió a casa de Yllanes. ¿Que por qué subió? Porque era una persona libre y le daba la gana
Asun optó por no entrar en la sala hasta el 4 de noviembre, cuando estaba citada para declarar. "El juez dijo al jurado popular si querían hacerme preguntas sobre Nagore y sacaron tres papeles. El juez los cogió y dijo: 'Esta no te la pregunto. Esta segunda tampoco'. Y cogió el tercero y dijo: 'Bueno, esta tampoco te debería preguntar, pero te la hago. ¿Era tu hija ligona?'". Nueve años después, la madre de Nagore todavía se pregunta cuáles fueron las dos que descartó el juez por ser demasiado duras. "¿A quién estaban juzgando en ese juicio? ¿Qué tenía que ver eso con que la mataran?".
De todos modos, aquella no fue la única vez que Asun sintió que cuestionaban a su hija por lo ocurrido. "Algunas personas también me decían que por qué subió a casa de Yllanes. ¿Que por qué subió? Porque era una persona libre y le daba la gana. Nagore no arriesgó nada al ir con un chico que conocía de la Clínica a hacer lo que le diese la gana", critica Asun. "Me quedo con que la mayoría siempre me ha apoyado y que son solo unos pocos los que piensan esas cosas".
El 20 de noviembre, el juez condenó a Yllanes a 12 años y medio de prisión por un delito de homicidio con el agravante de abuso de superioridad y los atenuantes de reparación de daño y embriaguez. "Del jurado popular, seis dijeron que era asesinato y tres homicidio. Hacían falta siete", recuerda Asun. El 3 de julio de 2017, poco antes de cumplirse el noveno aniversario de la muerte de Nagore, Yllanes consiguió que se le concediera el tercer grado penitenciario, por lo que ahora solo vuelve a la cárcel para dormir.
Madrugada del 7 de julio de 2008. Nagore Laffage, estudiante de Enfermería de 20 años, celebra el inicio de sanfermines en un bar del casco viejo de Pamplona cuando se encuentra con José Diego Yllanes Vizcay, de 27 años y médico residente de Psiquiatría en la Clínica Universitaria de Navarra. Tras varios minutos de conversación, la joven decide acompañarle a su piso, donde se cruzan con un vecino antes de entrar al domicilio. Poco después, a las 10:04 de la mañana, el 112 recibe una llamada de Nagore pidiendo auxilio desde la casa: "Me va a matar".
- "Tenía los ojos cerrados", "A saber por qué lloraba": el juicio a la Manada, en 10 frases Jose Mari Alonso. Pamplona
- Risas, confidencias y protestas por el posible uso de popper... Así vive 'La manada' el juicio Jose Mari Alonso. Pamplona
- 'La manada', dudas sobre certezas Javier Caraballo