Los audios desvelan los fantasmas de Nacho: Rajoy, Cifuentes, Aguirre, Villar Mir...
Las grabaciones de Lezo al expresidente madrileño muestran a un político resentido con sus excompañeros y acusando a Rajoy de participar en un montaje para inculparle en el cobro de comisiones
Está retirado de la vida política. De manera obligada, defenestrado por Génova. Pero los fantasmas de su pasado siguen sobrevolando la cabeza del otrora poderoso Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid. Los audios del caso Lezo, grabados por la Guardia Civil en el despacho que González tiene en la calle Alcalá, desvelan a un político resentido y con muchas cuentas pendientes con excompañeros del PP, sobre todo con Mariano Rajoy y con Cristina Cifuentes. También muestran a un González calculador, que está intentando montar las piezas de un complejo rompecabezas, que él define como "montaje", que dé sentido a uno de los episodios que más daño le han hecho en su vida política, el famoso viaje a Colombia el verano de 2008 en que fue espiado. "Tengo tantos enemigos", se lamenta.
No sabe en esos momentos, aunque algo sospecha, que ese viaje, ocurrido hace nueve años, forma parte de la investigación que en enero de 2017 (la fecha de los audios) está llevando a cabo el juzgado de instrucción número 6 de la Audiencia Nacional sobre los oscuros tejemanejes de González y sus colaboradores en el Canal de Isabel II, la mayor empresa pública de la región. Los investigadores habían bautizado la operación policial como Lezo, en honor al almirante español Blas de Lezo, que se enfrentó a la Armada británica en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, el mismo destino del viaje de González en 2008.
Las grabaciones demuestran que a González le siguen quedando amigos. Dos de ellos, Luis Vicente Moro (exdelegado del Gobierno en Ceuta) y Eduardo Zaplana (exministro con Aznar), pasan por su despacho y se convierten en confidentes de los miedos de González. "Llevo muchos años dando vueltas a esto", señala a ambos, que acuden por separado y que reciben el mismo mensaje por parte de González: su viaje a Colombia fue un montaje. "Yo no tengo cuentas en Suiza", reitera. "Esto me lo hizo Villar Mir", en alusión al dueño de la constructora OHL.
La película que idea González en su cabeza tiene una secuencia clara: Villar Mir pagó el espionaje que sufrió en Colombia... por venganza de Rajoy. ¿Por qué? Todo empieza en 2007, cuando el Gobierno del que él era vicepresidente decide construir un tren que una Móstoles con Navalcarnero, una licitación que gana OHL. "Esperanza, en toda esa locura de obras que hicimos, decide hacer un tren, y este [el empresario Juan Miguel Villar Mir] presenta una oferta brutal y dice que él asume el riesgo y ventura de toda la obra, más de 300 y pico millones. Lo que me sospecho es que alguien pues les pidió un dinero y ese dinero lo deben de pagar. Y Villar Mir le dice a Lapuerta [extesorero del PP], del que era socio porque le daba pasta, que han dado el dinero. Y como Lapuerta siempre me odió porque no le dejé meter mano en las cuentas de Madrid...", explica González, que está convencido de que Villar Mir le acusó de llevarse la comisión del tren.
El expresidente madrileño asegura que no tiene nada que ver con el soborno de 1,4 millones de euros que Villar Mir pagó por llevarse las obras del tren y que acabaron en una cuenta suiza. Lo que ya está investigando la Audiencia Nacional. Tras la adjudicación de esta faraónica obra (hoy un fracaso que está en los tribunales), llegan las elecciones generales de 2008 (que pierde Rajoy) y el congreso del partido en Valencia en junio de ese año. "Es cuando yo tengo la confrontación con Rajoy (...) tengo con él una agarrada en el despacho de cojones y a partir de ahí es donde empieza la cacería", señala.
Una cacería pergeñada por Rajoy que tuvo la ayuda de Villar Mir. "He comido en secreto con Bárcenas, y Luis Bárcenas me dice que todo el tema contra mí empieza porque se produce una reunión entre Mariano, Álvaro Lapuerta y Villar Mir en la que dicen que yo me he llevado el dinero... acojonante", señala González. "Villar Mir de todas formas es mal compañero para lo que sea", le responde Zaplana. "Es un hijo de puta", sentencia González. "Estos hijos de puta me montan esta historia", en relación al viaje de Colombia.
Para González, Villar Mir pagó a los espías y estos montaron un vídeo (que difundiría la SER en 2009) "con unas cosas que no dijimos, sobre unas cuentas suizas, unas empresas panameñas. Todo un montaje", reitera. Como ese viaje se produjo en agosto de 2008, fue la venganza perfecta que urdieron Rajoy y Villar Mir para atizar a González. ¿Quién informó a los 'conspiradores' de su viaje a Sudamérica? Según González, fueron Francisco Granados y Javier López Madrid (yerno de Villar Mir), que se enteraron de todo en una cena celebrada a principios de agosto en la que González, inocentemente, contó que iba a hacer un viaje para finales de ese mes para visitar al presidente colombiano Álvaro Uribe.
"Todo esto lo estoy hilando ahora. Nos mandan a los detectives que nos graban y nos siguen. Lo preparan, lo empaquetan y se lo dan a finales de año a la SER y a 'El País', que lo sacan en enero de 2009. Lo que los espías sobreimpresionan en el vídeo, yo pensaba que era un invento", señala González, que con el paso del tiempo averigua que hubo una operación para pagar la comisión. "Una operación económica que piensan que es mía y me imputan a mí". González asegura que tras la bronca que tuvo con Rajoy, "sabía que me iba a matar".
"¿A dónde llega ese dinero? Me cuenta López Madrid que Adrián de la Joya [un empresario amigo] se lo queda. Han debido estar todos metidos porque en su momento me dijeron que el que también se llevaba pasta era López Madrid", explica González, que asegura que "lo que le pide el cuerpo es pagar a quien sea para acreditarlo", pero que no tiene dinero. "¡Fíjate los hijos de puta cómo funcionaban!. Este es un circuito que se lleva por delante a todo Dios", le dice a Zaplana. Durante varios momentos de las grabaciones González carga con dureza contra Rajoy: "Es un tío con complejos, un hijo de puta (...) quiere superar a Franco en la Presidencia del Gobierno".
González también tuvo palabras para Esperanza Aguirre, su mentora en la Comunidad de Madrid. Está claro que no acabaron bien, aunque mantienen el contacto. La califica de "hija de puta", a la que había mandado "a tomar por culo" en los tejemanejes internos del último congreso regional del PP de Madrid. González le relata a Zaplana que Aguirre le llamó para pedirle consejo, ya que quería que Íñigo Henríquez de Luna (concejal del PP en el Ayuntamiento de Madrid) diera la batalla contra Cifuentes en las primarias internas, pero sin que relacionasen al edil con ella.
Aguirre sabe que González no tiene cariño a Cifuentes, otra "hija de puta" que le ha quitado los abogados de la comunidad en la causa judicial que estaba abierta por el espionaje. Pero para González Luna es "un tonto de los cojones", que no tiene ningún recorrido político y al que ha recomendado que pase de Aguirre y que busque "el apoyo de Soraya" [la vicepresidenta del Gobierno] para, literalmente, "tocar los huevos a la otra" [por Cifuentes]. Gonzalez añade que quien está apoyando a Cifuentes es Cospedal y que todo se lo ha contado "Antoñito", en referencia a Antonio González Terol, alcalde de Boadilla y diputado nacional.
González y Zaplana tienen muy mala imagen de Aguirre. "Los demás somos el puto servicio, con mejor o peor trato. Te usan, eres el servicio, un ser que molesta. (...) Esperanza sabe que está muerta y yo se lo he dicho mil veces. Ella lo sabe, pero todo le importa un pito salvo ella. Y en este estatus, que cree que es una mierda, pero ella necesita el servicio. Tiene tres secretarias para comprar las medias, atender a la tía Malu, hacerle todos los recados y las que llevan los regalos de los niños. Tiene un chófer que la lleva y la trae. Tienen 40 para de vez en cuando echarles una bronca", señala González.
Los dos amigos (González y Zaplana) también tienen palabras para Alberto Ruiz-Gallardón, otro "hijo puta". Comentan con sorna una reciente intervención del exalcalde de Madrid en un debate organizado por FAES, en que dijo que el PP había perdido los valores y los principios del partido. Zaplana comenta que ha comido con Aznar y que a este le gustaron las palabras de Gallardón: "Lo de los principios y los valores. Lo que no ha hecho él [por Gallardón], porque los demás....", señala un molesto Zaplana.
Está retirado de la vida política. De manera obligada, defenestrado por Génova. Pero los fantasmas de su pasado siguen sobrevolando la cabeza del otrora poderoso Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid. Los audios del caso Lezo, grabados por la Guardia Civil en el despacho que González tiene en la calle Alcalá, desvelan a un político resentido y con muchas cuentas pendientes con excompañeros del PP, sobre todo con Mariano Rajoy y con Cristina Cifuentes. También muestran a un González calculador, que está intentando montar las piezas de un complejo rompecabezas, que él define como "montaje", que dé sentido a uno de los episodios que más daño le han hecho en su vida política, el famoso viaje a Colombia el verano de 2008 en que fue espiado. "Tengo tantos enemigos", se lamenta.