El Gobierno prepara ya el primer paquete de medidas de intervención del 155

El Gobierno prepara desde ayer por la tarde la redacción final del primer paquete de medidas de intervención de competencias de la Generalitat, una vez despachadas en el Senado las maniobras de Carles Puigdemont sobre una convocatoria de elecciones en Cataluña después descartada. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, abandonó la comisión del Senado que encarriló la autorización para aplicar el artículo 155 de la Constitución y lo hizo aquejada de una evidente ronquera, pero también para cerrar el guion del Consejo de Ministros. Se ahorró escuchar la segunda intervención del portavoz del PDeCAT, Josep Lluís Cleríes, y las penúltimas elucubraciones sobre los planes de los secesionistas.

La Cámara Alta votará hoy a favor de facultar al Ejecutivo para que restaure el orden constitucional, estatutario y legal en Cataluña “de forma proporcional y gradual”, pero sin esperar a lo que puedan acordar Puigdemont, Oriol Junqueras, Carme Forcadell y la CUP hoy mismo sobre su declaración de independencia. “Seguiremos con el 155 hasta el final como teníamos previsto”, reiteraron anoche en el Grupo Popular, según las instrucciones recibidas de sus jefes desde que el Consejo de Ministros tomó la decisión el sábado pasado.

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Además de destituir al presidente de la Generalitat y a todos sus consejeros, los primeros decretos con medidas de intervención afectarán a relevos y nombramientos de la policía autonómica (Josep Lluís Trapero y su equipo), la Hacienda catalana (recaudación y ejecución presupuestaria) y el órgano que centraliza los servicios informáticos de la Generalitat. El procedimiento para intentar que la televisión y la radio autonómicas continúen como ejes de la propaganda y la agitación a favor del golpe separatista suscita más dudas: limitarse a instar a sus responsables a que se atengan al respeto a los principios de la pluralidad y a los valores de la Constitución o directamente relevarlos.

Para contentar a los socialistas y vistos los bandazos de los independentistas, el PP admitió que puede matizar hasta esta misma mañana el texto sobre la intervención. Pero en fuentes gubernamentales no esperaban rectificación alguna del presidente de la Generalitat. Ya contaban con que Puigdemont amagara al final con un anuncio de elecciones sin concretar más.

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En el Gobierno tenían previsto, en caso de confusión o dudas en el PSOE, enviar al presidente autonómico un requerimiento, por la vía del Senado o del propio Ejecutivo, para que confirmara la convocatoria de esos comicios, si bien lo hacía por la Ley Orgánica de Régimen Electoral General, y si suponía la vuelta de su gabinete al orden constitucional. Suponía invitarle a un paso atrás en toda regla que parece impensable pese a la crisis interna entre los separatistas.

Para el Grupo Popular está claro que Puigdemont sigue empeñado en estirar el golpe separatista y que no quiere, no puede o no le dejan sus socios volver a la ley por mucho que hasta en sectores de la antigua Convergència le presionen para evitar con unas elecciones anticipadas la aplicación del artículo 155.

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En cualquier caso, el Gobierno está decidido a sacar adelante con el apoyo del PSOE esa autorización del Senado que le permitirá desde este sábado vía abierta para controlar después los principales resortes de poder de la Generalitat.

Mariano Rajoy podrá evaluar a partir de ese momento cómo reacciona el bloque separatista, si hay o no más dimisiones o división entre ERC, el PDeCAT (también en distintos sectores de la antigua Convergència) y la CUP. Además, la entrada en vigor del 155 y la previsible reacción de los separatistas de proclamar su república pondrá en marcha a la Fiscalía, un nuevo factor para acompasar la intervención, los relevos y nombramientos de altos cargos a partir de este fin de semana.