Santamaría defiende la aplicación del 155 y el PSOE vuelve a exigir urnas a Puigdemont

El 155 sigue su tramitación, pero todo queda a la espera de lo que suceda en las próximas horas. El Ejecutivo de Mariano Rajoy mantiene su plan mientras los socialistas, su principal apoyo en la complicada hoja de ruta para la intervención de Cataluña, imploran a Carles Puigdemont que convoque elecciones y "evite el desastre", aunque esa posibilidad, encendida durante buena parte del día, parece apagarse.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, defendió este jueves en el Senado, en la comisión conjunta de la Comisión General de las Comunidades Autónomas y la Constitucional, la autorización solicitada por el Ejecutivo para intervenir las competencias de la Generalitat, y lo hizo sin alusión alguna a las dudas de Carles Puigdemont sobre sus próximos pasos. Se limitó a calificar de irresponsable al 'president', describir sus violaciones de la Constitución, el Estatut de autonomía y los derechos de la oposición en Cataluña; además de hacer hincapié en el deterioro que ha supuesto para la convivencia de los catalanes, su prosperidad y la estabilidad económica de la comunidad y de todo el interés general.

Sáenz de Santamaría, con voz ronca y la mitad de los miembros del Gobierno sentados en primera fila de la comisión, cumplió con el trámite de defensa de la petición del Gobierno destinado a los cuatro objetivos marcados por Mariano Rajoy: devolver la Generalitat a la ley, recuperar la convivencia en Cataluña, restaurar la normalidad institucional y frenar el deterioro de la situación económica. El Ejecutivo, esgrimió, cumple con una obligación "legal, democrática y política".

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La vicepresidenta insistió en que es urgente acabar con “el desgobierno de los independentistas” y hacerlo con las medidas establecidas en el artículo 155 de la Constitución, “graduales, proporcionales y limitadas en el tiempo”. Recordó en ese punto que habrá elecciones en Cataluña en cuanto se dé esa situación de normalidad constitucional y paz social que permita llamar a las urnas, antes de seis meses, según establece la solicitud del Gobierno.

La vicepresidenta esgrime que el Ejecutivo cumple con una obligación "legal, democrática y política" y no hace alusión a los vaivenes de Puigdemont

Sáenz de Santamaría se comprometió a “rescatar Cataluña” de la ilegalidad y la "irresponsabilidad política" y el caos sembrado por Puigdemont y sus socios por la vía de la intervención de las competencias de la Generalitat, y abrir una nueva etapa que suponga "el principio del fin de una reiterada desobediencia a la ley".

Sobre el diálogo pedido pero nunca aplicado por el presidente de la Generalitat en los sucesivos pasos de desafío a la ley, desobediencia al Tribunal Constitucional o a los jueces, la vicepresidenta del Gobierno recordó que Puigdemont sólo aspiraba a imponer por la vía de los hechos consumados su “referéndum sí o sí” para situarse fuera de la Constitución y consumar la ruptura de España.

Los socialistas, mientras, se aferraban a la última rendija disponible antes de que el pleno del Senado autorice al Gobierno, mañana viernes, la aplicación del 155. El último aliento. Por eso el portavoz en la Cámara Alta, Ander Gil, insistió durante su intervención en la comisión conjunta en hacer un llamamiento a Puigdemont. "En las últimas horas del penúltimo día todavía está en su mano. Le interpelo en nombre de los socialistas, aunque no esté hoy aquí, para que convoque elecciones y evite el desastre del que España y Cataluña tardarán mucho tiempo en recuperarse". Reiterando que "lo peor solo es inevitable cuando ha sucedido", el senador del PSOE exigió al jefe del Govern que "actúe". Eso sí, le afeó que "no puede tener credibilidad" quien pide diálogo y luego rehúsa acudir a la Cámara a explicarse.

Gil defiende las tres enmiendas del PSOE, que buscan la "reversibilidad" del 155, que el Gobierno no intervenga TV3 y que la aplicación sea gradual

Gil defendió las tres enmiendas presentadas por el PSOE [aquí en PDF] en el trámite de aprobación del 155. Con ellas, el principal objetivo del partido de Pedro Sánchez era garantizar la "reversibilidad" de las medidas y ofrecer "una última salida antes de caer en el precipicio". Pero el abismo, tras el anuncio del 'president' de que descartaba la convocatoria de autonómicas, estaba más cerca.

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El primer cambio que piden los socialistas es que se excluya del paquete de medidas del 155 la intervención de la radio y la televisión públicas catalanas por parte del Ejecutivo. Dicho de otro modo, que TV3 no pase a depender del Gobierno. El PSOE esgrime que esa modificación va "en consonancia" con la ley 5/2017, la que aprobaron las Cortes el mes pasado y que supone la vuelta a la despolitización de RTVE, al exigir mayorías cualificadas en la elección del consejo de administración. El Gobierno seguía dándole vueltas a esa propuesta y quedó con los socialistas en hacerles llegar una transacción.

"Todo puede volver a su cauce"

La segunda tiene que ver con la "reversibilidad" de la intervención de Cataluña. Los socialistas plantean que se suspenda la entrada en vigor de las medidas del 155 si el 'president' finalmente convoca elecciones autonómicas anticipadas, siempre que se celebren conforme a la Ley Electoral estatal (la Loreg, ya que la comunidad no dispone de una legislación propia) y al Estatut. Hacerlo supondría esa "vuelta a la legalidad" que reclaman los dos principales partidos. Este es el punto con el que el Ejecutivo de Rajoy discrepa, pues ha entiende que no basta con la convocatoria de unos comicios para desactivar el 155. Cree que esa redacción no impide que Puigdemont pueda proclamar la independencia de Cataluña.

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La última propuesta del PSOE es que la aplicación sea gradual —es decir, que el Gobierno despliegue haga una "utilización proporcionada y responsable de las medidas" autorizadas por el Senado, modulando" su puesta en marcha—, que se puedan admitir "modificaciones o actualizaciones de las medidas", o incluso "anticipar su cese si cesasen las causas que lo motivan". Los populares aceptaron esta enmienda del PSOE, y de hecho así se aprobó en la comisión conjunta.

"Todo es susceptible de volver a su cauce. Debe haber un punto de encuentro, un hilo de esperanza", insistió Gil. Esa llama prentenden mantenerla viva los socialistas "hasta el último minuto", según insistían a este periódico fuentes próximas al portavoz en la Cámara Alta, que precisaban que la negociación con el PP sobre las enmiendas seguiría.

Por lo demás, Gil no ahorró críticas al Ejecutivo y al Govern por la falta de diálogo de todos estos años, aunque obviamente cargó más las tintas contra las autoridades catalanas, que hasta ahora "han desoído todas las advertencias" de todas las instancias y han cometido el "más grave incumplimiento de la Constitución" desde el golpe de Estado del 23-F de 1981. A Mariano Rajoy le acusó de haber "generado el clima de desencuentro", con el pecado original de la recogida de firmas contra el Estatut y el recurso posteror, del que hoy "muchos dirigentes" del PP se arrepienten. Pero los socialistas, subrayó el portavoz, están "con la Constitución y con el Estado social y democrático de derecho" y por tanto el partido "no tiene dudas". "No hay democracia sin Constitución", "apoyamos al Gobierno frente al desmembramiento del Estado", enfatizó.