Rajoy invita al PDeCAT al diálogo al margen de Puigdemont y con el PSOE de árbitro

A la espera de que Carles Puigdemont responda al requerimiento del artículo 155 de la Constitución, el Gobierno ofrece salidas a los nacionalistas catalanes que dudan sobre la conveniencia de que su actual jefe se reafirme en el golpe separatista. La última oferta de diálogo para que se expliquen en el Congreso ya no va dirigida directamente al presidente de la Generalitat, sino a los diputados de la antigua Convergència, hoy PDeCAT, los más tibios con la apuesta por la declaración de independencia y la épica secesionista instalada en el Ejecutivo autonómico.

Los dos diputados de más peso entre los 8 exconvergentes que ahora se acogen al Grupo Mixto ya han chocado con la línea marcada por Puigdemont y Junqueras. El primero fue el portavoz oficial, Carles Campuzano, al sostener antes del 1-O que no iba a haber declaración unilateral de independencia. Fue llamado al orden desde Barcelona y tuvo que decir lo contrario en Madrid a las 24 horas. El segundo ha sido Jordi Xuclà al asegurar que sigue sin haber declaración unilateral de sus jefes pese al espectáculo de confusión del día 10 en la cámara catalana.

El Ejecutivo y el Grupo Popular han constatado la división en el bloque secesionista ante el requerimiento enviado a Carles Puigdemont con dos plazos para que se aclare, hasta el lunes 13 para que confirme si proclamó la república nacionalista catalana y hasta el jueves 16 para que vuelva a la ley.

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Mariano Rajoy reclamó en el Congreso la reaparición del antiguo "catalanismo pactista y constitucional" y Soraya Sáenz de Santamaría invitó después del Consejo de Ministros a los representantes del PDeCAT a participar en los trabajos de la comisión parlamentaria que se encargará de auditar el funcionamiento del Estado autonómico, estudiar su "modernización". Ese sería el paso previo para preparar el terreno de una posible reforma de la Constitución a partir de 2018.

En el Grupo Popular, con tradición de tener buenas relaciones personales con los diputados de la antigua Convergència, cunde la teoría de que buena parte de los diputados nacionalistas aspiran a "tener futuro" en el Congreso sea cual sea el desenlace del desafío de Puigdemont. También en el caso de que se consume el fiasco y llegue la hora de los relevos entre sus jefes en Barcelona.

Se barajó en medios parlamentarios recurrir al PNV para el papel de presidir la comisión parlamentaria, pero sin querer entrar en un nombre concreto

Para presidir la comisión parlamentaria sobre el funcionamiento de las autonomías, la pieza que Pedro Sánchez se ha cobrado a cambio de respaldar a Rajoy frente al desafío separatista, en fuentes del PP reconocen que prefieren a un diputado socialista y no de ningún otro grupo parlamentario. Aunque se barajó en medios parlamentarios la posibilidad de recurrir al PNV para ese papel, pero sin querer entrar en un nombre concreto, en el Grupo Popular insisten en que Rajoy quiere que el PSOE se ocupe de las labores de "arbibraje".

Los socialistas ya tienen previsto que formen parte de esa comisión Meritxell Batet (por el PSC), más Patxi López y José Enrique Serrano, el ex jefe de gabinete de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. El Grupo Popular ni siquiera ha decidido aún los nombres de sus representantes en la comisión.