El Gobierno descarta cerrar el Parlament por la fuerza: "Será un pleno semivacío sin valor"

La decisión del pleno del Tribunal Constitucional de suspender el acuerdo del Parlament que fijaba para el próximo lunes la comparecencia del presidente del Govern, Carles Puigdemont, para activar la declaración de independencia lo ha cambiado todo. La escenificación de la ruptura total que preveía el Ejecutivo regional para los próximos días ha quedado rota, aunque todo apunta a que los miembros de Junts pel Sí y la CUP continuarán adelante con sus planes y celebrarán su reunión pese a la prohibición expresa del TC. "No sería la primera vez que desobedecen", apuntan fuentes gubernamentales, que adelantan que el Gobierno de Mariano Rajoy descarta impedir por la fuerza su celebración.

El Ejecutivo nacional no quiere que se reproduzca lo sucedido el 1-O y considera que cualquier decisión que pueda adoptarse en esa reunión ha quedado vacía de contenido."Será en todo caso un Parlament semivacío el que avale, en una reunión suspendida, los resultados de una consulta ilegal", avisan, y destacan que el propio Constitucional remarca en su auto que será "radicalmente nulo y sin valor ni efecto alguno, cualquier acto, resolución, acuerdo o vía de hecho que contravenga la suspensión acordada".

No obstante, el escenario podría cambiar en el caso de que la magistrada que instruye el procedimiento abierto en el TSJ contra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y la Mesa que avaló las leyes para el referéndum ordene, como hizo su colega en el caso del 1-O, que se impida la celebración del pleno: las Fuerzas de Seguridad del Estado tendrían que actuar en cumplimiento del mandato judicial.

El TC dio la sorpresa este jueves tras admitir un recurso del Partido Socialista de Cataluña que reclamó el amparo apelando al artículo 56.6 de la ley orgánica del tribunal. Los magistrados atendieron por unanimidad sus argumentos, al considerar que, de no suspenderse la convocatoria, se produciría un perjuicio "de imposible o muy difícil reparación". También ponderaron la urgencia excepcional de la situación, la enorme repercusión social y "que tiene consecuencias políticas generales”.

La suspensión se produce a petición de los de Iceta, que alegaron que la convocatoria vulneraba los derechos de los diputados de la cámara catalana y de los ciudadanos a los que representan. La decisión de continuar adelante sumaría consecuencias penales tanto para Forcadell como para los miembros de la Mesa, que han sido advertidos de que deben impedir o paralizar cualquier iniciativa que suponga ignorar o eludir la suspensión acordada.

Un pleno diferente

Tras el anuncio de la decisión del TC, la escena parlamentaria comenzó a variar. El grupo de Cataluny Sí que es Pot en el Parlament registró una petición en la que pedía la comparecencia del presidente de la Generalitat en pleno el lunes acogiéndose al reglamento del Parlament. En este caso, la convocatoria no se basa en la ley ya ilegal del referéndum, sino que estaría destinada para "dar cuenta de la situación política de Cataluña después del 1 de octubre y proponer las medidas políticas que considere necesarias". Esta reunión parlamentaria quedaría por tanto fuera de la decisión del TC y no se vería afectada por el auto.

Tras conocer el fallo de los magistrado, la presidenta del Parlament se apresuró a criticar la actitud del tribunal de garantías y aseguró en un tuit que el pleno no está formalmente convocado. "Suspender plenos que no están ni convocados es la nueva oferta de diálogo" del Estado, ironizó en un apunte en Twitter. Por su parte, dos diputados del grupo parlamentario de Catalunya Sí que es Pot, pertenecientes a Podem, tardaron minutos en asegurar su presencia en el hipotético pleno. Se trata del secretario general de la marca catalana de Podemos, Albano Dante Fachin, quien a través de las redes sociales afirmaba que “nos puso en el Parlament la gente” y “solo nos puede sacar la gente. Ni la Guardia Civil ni el Tribunal Constitucional”, y de Joan Giner, que el lunes acudirá igualmente al pleno "por indignación, deber y orgullo".