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Hablan los taxistas paquistaníes: “La Rambla es como nuestra casa, sentimos dolor”
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son 1.400 en barcelona, el 10% del sector

Hablan los taxistas paquistaníes: “La Rambla es como nuestra casa, sentimos dolor”

La comunidad paquistaní de Barcelona no solamente lidera los comercios de alimentación del centro de la ciudad. También el sector del taxi, uno de los principales apoyos en el atentado

Foto: Taxistas paquistaníes, en una manifestación contra el atentado de Barcelona.
Taxistas paquistaníes, en una manifestación contra el atentado de Barcelona.

Los taxistas paquistaníes de Barcelona se han volcado solidariamente contra un ataque terrorista a la que muchos consideran su casa y ciudad. Lo hicieron desde los primeros instantes del atropello, ofreciendo trayectos gratuitos a los afectados y organizándose a través de distintas aplicaciones móviles. Fueron más de 100 los que llegaron al epicentro y se dividieron para cubrir también los alrededores. “El terrorismo no es islam”, y no se van a cansar de repetirlo. Estos son los testimonios de algunos de ellos y la importancia del colectivo dentro de la ciudad.

Khaleb Baid trasladó de forma voluntaria en su taxi a los afectados el día del atropello. Estaba realizando un servicio por el paseo Colón —entre el puerto y la zona baja de la Rambla— y un compañero lo llamó para advertirle del azote que había sufrido la ciudad unos metros más allá de donde él se encontraba. Enseguida vio que la zona había sido cortada y fue cuando decidió utilizar su trabajo como herramienta solidaria: “Me acuerdo especialmente de una anciana que estaba parada sola encima de la acera, iba a comprar flores a las Ramblas y afortunadamente no llegó”, explica a El Confidencial este conductor paquistaní.

Los taxistas paquistaníes son alrededor de 1.400 en Barcelona, conforman el 10% del sector en la ciudad condal y están agrupados en su mayoría en la asociación PakTaxi. El día del atentado establecieron pautas para optimizar su actuación. “Entre los compañeros, acordamos prioridades para trasladar a la gente, es decir, personas mayores o víctimas que no se pudiesen valer por su propio pie”, cuenta Shahzad Akbar, fundador y expresidente de la asociación PakTaxi.

Más de seis horas estuvo Shahzad brindando transporte gratuito, durante las que se le presentaron dilemas delicados. “Cuatro chicas me pidieron que las llevara al hotel pero las vi jóvenes y en un primer momento les dije que no podía hasta que una se puso muy mal”, rememora Shahzad. Se trataba de un grupo de israelíes, que comían tapas en la planta superior de un restaurante ubicado en el lugar donde la furgoneta arrojó a decenas de personas. El impacto había sido tal para las jóvenes turistas que, cuando Shahzad accedió a llevarlas al hotel, compraron los billetes de vuelta a Tel Aviv en el mismo taxi.

No ha transcurrido todavía una semana desde el suceso y el colectivo de taxistas paquistaníes ya ha protagonizado cuatro manifestaciones para mostrar su repulsión contra el ataque, la última este lunes por la tarde junto a otras organizaciones musulmanas. “Los taxistas tenemos mucho dolor porque las Ramblas son una zona por la que pasamos cada día, un foco de clientes muy importante para nuestro trabajo con los que compartimos muchos momentos”, lamenta Khaleb.

Muchas de las personas que circulaban por las calles de Barcelona en el momento del atropello eran extranjeras y nunca pensaron que en una ciudad tan segura pudiese ocurrir algo así. “Los turistas se ponían más nerviosos porque no tenían a nadie que les dijese qué estaba pasando en su idioma, y como el inglés es nuestra segunda lengua, los ayudamos a relajarse porque la comunicación era más fácil”, comenta Shahzad, que lleva ocho años al volante de forma profesional.

Tahir Farooq es otro de los taxistas paquistaníes que estuvieron presentes el jueves. En el momento de los hechos, estaba en casa preparándose para salir pero anticipó su turno para ayudar. En su caso, el miedo y la tensión han borrado casi todos sus recuerdos en el vehículo: “Fueron horas muy tensas en las que casi no hablábamos en el coche con los clientes”, explica.

Una comunidad sensibilizada con el yihadismo

En Barcelona viven cerca de 19.300 paquistaníes. Se trata de la tercera comunidad extranjera con mayor número de población en Barcelona, después de los italianos —más de 29.200— y los chinos —casi 19.900—, según la última lectura del Padrón Municipal de Habitantes del Ayuntamiento de Barcelona. Alejados están también de los marroquíes, que en 2017 eran unos 12.800 en esta ciudad.

En 2008, el sello del terrorismo yihadista marcó erróneamente la comunidad paquistaní de Barcelona. Un testigo protegido, que más tarde se demostró que mintió, acusó a 11 inmigrantes de querer cometer un atentado en el metro de la capital catalana. Fueron condenados en lo que se conoció como la ‘célula del Raval’ y, finalmente, se demostraron las mentiras de Asim Iqbal, el testigo protegido en el que se basó la investigación para condenar a un grupo de paquistaníes inocentes.

Este suceso caló profundamente entre la comunidad paquistaní de Cataluña y, desde entonces, la sensibilización por el fenómeno yihadista ha sido una prioridad. Así lo cuenta Safian Younas, presidente de la Asociación de Paquistaníes de Sabadell (Barcelona), que insiste en la importancia de vigilar a los hijos y su camino en el islam: “Tenemos que cuestionarnos por qué el presunto autor del atentado de Barcelona era menor y cómo sus padres no habían hecho nada para evitarlo”.

Safian confirma que, “a diferencia de muchos marroquíes”, la comunidad paquistaní está “muy concienciada” sobre los riesgos del fenómeno yihadista en la captación de jóvenes para cometer actos terroristas y emprender la yihad violenta. Por este motivo, advierte: “Es importante que los padres musulmanes cuidemos las relaciones de nuestros hijos en las redes sociales y los eduquemos en la paz y el respeto entre todos”.

Reclaman más colaboración con las autoridades

Los paquistaníes entrevistados para este artículo denuncian la “falta de colaboración” que existe todavía entre las fuerzas de seguridad del Estado y las asociaciones de musulmanes en la lucha contra el yihadismo.

Abdel Baki Essati, que durante los últimos dos años estuvo destinado en Ripoll, es el imán sospechoso de adoctrinar a los terroristas. El también vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes del Vallès, Safian Younas, no puede entender por qué. “Es muy importante que si las autoridades detectan algún tipo de radicalización en las mezquitas, nos lo hagan saber para colaborar en la lucha contra el terrorismo”, advierte.

Los taxistas paquistaníes de Barcelona se han volcado solidariamente contra un ataque terrorista a la que muchos consideran su casa y ciudad. Lo hicieron desde los primeros instantes del atropello, ofreciendo trayectos gratuitos a los afectados y organizándose a través de distintas aplicaciones móviles. Fueron más de 100 los que llegaron al epicentro y se dividieron para cubrir también los alrededores. “El terrorismo no es islam”, y no se van a cansar de repetirlo. Estos son los testimonios de algunos de ellos y la importancia del colectivo dentro de la ciudad.

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