Fiscalía pide 14.400 euros por ultrajar el himno de España en la Copa del Rey

La Fiscalía de la Audiencia Nacional reclamará una multa de 14.400 euros para el presidente de Catalunya Acció, Santiago Espot, como presunto promotor de la pitada al himno de España durante la final de la Copa del Rey de fútbol entre el Barcelona y el Athletic Club en el Camp Nou de 2015. Le acusa de delitos de ultraje a España e injurias y pide por cada uno de ellos una sanción de 20 euros diarios durante 12 meses.

El Ministerio Público considera que había un "deliberado y firme propósito de menospreciar al jefe del Estado y al himno", ya que el Rey Felipe VI asistió al partido celebrado en Barcelona, y que ambos representan símbolos para los sentimientos nacionales españoles. La causa contra Espot fue archivada en la fase de instrucción por el juez Fernando Andreu aunque la Sala ordenó su reapertura.

En su escrito detalla que la entidad que promueve la ruptura de Cataluña con España publicó en su perfil de Facebook un manifiesto a favor de la pitada contra el himno y el rey en el que se aseguraban cosas como "o nos independizamos o desaparecemos como pueblo" y pintaba la final como una oportunidad para manifestar "la voluntad de libertad nacional".

"Se nos presenta una ocasión inmejorable para manifestar una vez más que queremos dejar de ser súbditos del reino de España para convertirnos únicamente en ciudadanos de una Cataluña independiente", agregaba y pedía un "sonoro" rechazo a los acordes del himno español "que sin duda acompañaran también los seguidores vascos". "Pedir respeto para quien te trata como un trapo sucio solo puede explicarse desde un profundo complejo de esclavo", añadían.

Otras asociaciones independentistas se sumaron a la propuesta desde la que se impulsó el reparto de miles de silbatos en uno de los accesos del Camp Nou. Al reproducirse el himno "se produjo una masiva y colectiva pitada que lo hizo inaudible" y que fue retransmitida nacional e internacionalmente por las televisiones. La pitada fue presenciada, así, por millones de personas y generó -dice el fiscal- un sentimiento de indignación en gran parte de la población española.