Rajoy da por hecho ante el Rey que el Gobierno no tendrá que actuar antes del 1-O

"No va a haber referéndum. No lo va a haber porque España es una democracia, un Estado de derecho y la ley la cumplimos todos, los primeros los gobernantes". Mariano Rajoy no dejó ni un ápice de duda sobre su visión acerca del desafío independentista que la Generalitat quiere culminar el 1 de octubre con la celebración de una consulta. El presidente del Gobierno, que despachó este lunes con el Rey alrededor de una hora y cuarto después de un retraso considerable a causa de una lumbalgia, reconoció ser partidario de no hacer nada antes de la fecha anunciada por Carles Puigdemont e insistió en que después de ese día "estaremos ante un escenario distinto".

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A. Fernández. Barcelona

Lo que sí anticipó Rajoy fue que su Gobierno recurrirá ante el Tribunal Constitucional si la Mesa del Parlament presidida por Carme Forcadell toma en consideración la propuesta de ley de referéndum impulsada por Junts Pel Sí y la CUP. Es decir, que si el órgano de gobierno de la Cámara autonómica decide desobedecer el aviso del TC y empieza a tramitar esa proposición legislativa ilegal, el Ejecutivo interpondrá un nuevo recurso esperando a que el Constitucional acabe por suspender cautelarmente de sus funciones a Forcadell y el resto de miembros de la Mesa que participen.

Pero más allá de eso, Rajoy descarta dar algún otro paso. Fundamentalmente porque no da carta de naturaleza a la celebración de la consulta. Pese a que insistió en que el 2 de octubre "se abrirá otro escenario", también desechó tras verse con el Rey que la consulta pueda celebrarse. Únicamente reiteró la necesidad de que el día después del 1-O España "dé una imagen al mundo de que es un país serio y de que las leyes funcionan", concluyó. El presidente, que de todos los temas que abordó con el Rey —turismo, situación económica, Venezuela y el conflicto laboral en El Prat— despachó durante largo tiempo acerca de la situación catalana, precisamente en la recta final del órdago lanzado por la Generalitat.

Lo que Rajoy tiene claro y así se lo trasladó al jefe del Estado es que difícilmente se puede exigir a los ciudadanos que cumplan las leyes si los gobernantes hacen exactamente lo contrario "y encima presumen de ello". El presidente se refería a las múltiples declaraciones que muchos dirigentes catalanes han hecho en las últimas semanas, sacando pecho de la desobediencia al Constitucional y desoyendo los avisos del propio Gobierno central. El jefe del Ejecutivo no tardó en tildar la actitud de Puigdemont como "nueva patada al sistema democrático" en una dinámica, afirmó, "que es perversa y va contra el Estado de derecho".

Pero no solo se refirió al president catalán, sino que responsabilizó a sus socios de la CUP de la situación en la que se encuentra inmersa la región. Rajoy reprochó a Puigdemont y el resto de miembros de su partido "echarse en manos de la gente más extremista y radical que ha habido en España en decenas de año" y dejar que sean ellos quienes "marcan el rumbo en Cataluña", reconociendo que el órdago secesionista es en estos momentos lo que más le preocupa.

También hizo hincapié en la conveniencia de que PP, PSOE y Ciudadanos caminen juntos en este camino hacia el 1 de octubre. En palabras del presidente, "pensamos en lo esencial lo mismo" y sobre esa premisa los tres principales partidos nacionales —Unidos Podemos defiende el derecho a decidir aunque apuesta por que Cataluña siga perteneciendo a España— deben trabajar coordinados. En realidad, los socialistas dirigidos por Pedro Sánchez siempre han defendido contactos con el Gobierno y con la formación popular para abordar el desafío secesionista. La vicesecretaria general y número tres del PSOE, Adriana Lastra, afirmó tras la última ejecutiva de la dirección federal en Ferraz hace unos días, que su partido estará en este asunto junto al Gobierno, aunque crítico la "inacción" del presidente. Ciudadanos, en la misma línea, siempre ha cerrado filas con el gabinete de Rajoy en la cuestión catalana.

El presidente no quiso hacer comentarios públicos sobre lo que el Rey le trasladó al respecto, aunque sí insistió en que el contacto con el jefe del Estado es continuo, máxime sobre temas de tanto calado para el país. Felipe VI, dentro de sus funciones constitucionales, no ha dudado en reiterar la defensa de la unidad de todos los españoles en cada una de sus intervenciones en instituciones (la más reciente en el Congreso de los Diputados) y en sus apariciones en Cataluña —la última durante el aniversario de los Juegos Olímpicos de 1992 hace apenas dos semanas—.

En todo caso, la próxima semana y después del puente del día 15, la maquinaria judicial y política podría verse obligada a ponerse en marcha si el Parlament comienza a tramitar la ley del referéndum. Como publicó este diario, después de quedarse prácticamente sin vacaciones el pasado verano por la incertidumbre la investidura de Rajoy, la mayoría de los ministros dejaron sus despachos a principios de mes, más pronto que nunca, con el objetivo de garantizarse al menos dos semanas de asueto. Esperaban volver alrededor del día 20 para preparar el Consejo de Ministros del 25, pero podrían verse obligados a volver la próxima semana. Si el día 16 el Parlament da un paso más, Rajoy podría convocar a su gabinete esa misma semana para preparar el recurso. De hecho, todos elloss se fueron con el aviso de que estén fácilmente localizables por si el Gobierno se tiene que reunir en pleno antes para tomar decisiones sobre Cataluña.