Sánchez se inclina por no entrevistarse con Puigdemont y Junqueras antes del 1-O

Pedro Sánchez estaría "encantado" de entrevistarse con Carles Puigdemont. Sí, es así, el secretario general del PSOE no tiene problemas en verse con el presidente de la Generalitat o incluso con su número dos, el republicano Oriol Junqueras. Pero no lo hará por ahora. Su decisión, "a día de hoy", es que la cita debe producirse, en su caso, después del 1-O, la fecha anunciada por la Generalitat para el referéndum unilateral. La dirección del PSOE, igual que la del PSC, entiende que no es "prudente" citarse con el jefe del Govern en los prolegómenos de una consulta que ambos partidos hermanos consideran "ilegal". Aun así, la última palabra no se ha pronunciado, y podría cambiar, teniendo en cuenta la volatilidad de la coyuntura.

El líder socialista, en sus dos únicas ruedas de prensa posteriores a las primarias en las que venció a Susana Díaz, así como en las contadas entrevistas que ha concedido, fue preguntado si contemplaba entrevistarse con Puigdemont, toda vez que él mismo exige que Mariano Rajoy dialogue con la Generalitat e intente buscar salidas políticas más allá de la aplicación de la ley. Sánchez replicaba que está "abierto" a hablar con el 'president', "encantado", sin "ningún problema", porque "es importante tender puentes y explicar que frente a la falsa disyuntiva entre ruptura o inmovilismo, cada vez es más amplio el espacio de los que reivindican la política y el encuentro". "Con Puigdemont hablaré, y me gustaría trasladarle que la vía ilegal, estrecha y unilateral no es la solución para Cataluña, sino que hay que crear las condiciones de una avenida mucho más amplia, en base a la negociación, el diálogo y el acuerdo", afirmaba el pasado lunes en 'La Vanguardia'.

En declaraciones públicas, Sánchez se ha limitado a decir que estaría "encantado" y "abierto" a hablar con el 'president' para trasladarle la vía socialista

No ponía nunca fecha. Porque en realidad no la hay en el corto plazo. El secretario general del PSOE tiene decidido, al menos por ahora, como remarcan fuentes próximas, que no se entrevistará ni con el 'president' ni con su número dos antes del 1 de octubre. Como argumentan fuentes oficiales, "a día de hoy, Sánchez no tiene previsto ningún encuentro con él antes de la consulta". Esperará. En función de lo que ocurra, de cómo se desarrollen los acontecimientos, valorará la conveniencia de esa cita y si sirve para desatascar una situación nueva como la que se abrirá a partir de la fecha crítica del 1-O. "No se ha parado a pensarlo con detenimiento, pero con la agenda que tiene antes del verano se antoja muy difícil", manifiestan con una prudencia mayor fuentes muy cercanas al líder.

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No se habló en la ejecutiva conjunta

Sánchez ha mantenido conversaciones informales con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, con el que quiere que la estrategia de los socialistas sea unívoca y conjunta, y ambos han intercambiado pareceres. Y también sabe cuál es la opinión de su círculo más cercano. Esta cuestión, muy delicada, no se abordó sin embargo en la reunión que las dos ejecutivas mantuvieron en Barcelona el pasado 14 de julio.

Los dirigentes de confianza sostienen que una cita con Puigdemont podría malinterpretarse y "no ayudaría", por la huida hacia delante del Govern

El análisis que esgrimen todas las fuentes consultadas es bastante similar. Tanto en el PSOE como en el PSC. No se ve conveniente un encuentro del secretario general con Puigdemont (o con Junqueras) antes del 1-O porque no sería "sensato" ahora que el PDeCAT, ERC y, desde fuera, la CUP, siguen en su huida hacia delante con los preparativos del referéndum unilateral, pese a todas las resoluciones del Tribunal Constitucional (TC) y todos los avisos del Gobierno, que este mismo viernes imponía un control semanal de los gastos de la Generalitat para que no se desvíe ni un euro para la celebración de la consulta.

"Lo prudente es esperar a después del 1-O. Es muy arriesgado verse con el 'president' antes y además no solucionaría nada, porque los independentistas están sumergidos en su hoja de ruta. Esa entrevista se malinterpretaría y parecería que estamos con ellos, cuando no es así", sostiene un alto mando del PSC que es conocedor de las conversaciones que ha mantenido Sánchez con Iceta. "Es cierto que todo depende mucho de cómo se hiciera, si en Madrid o en Barcelona, qué interlocutores... pero veo poco margen para grandes cosas antes del 1-O. Milagros no haría", constata otra fuente muy próxima al primer secretario.

Sánchez, en cualquier caso, no irá por ahora, tal y como confirman desde su entorno de máxima confianza. Su núcleo duro en el PSOE se lo ha desaconsejado. "No es sensato que vaya. Generaría una polémica tremenda", aprecia un alto cargo de la Ejecutiva. "Pedro no debe ir, salvo que apreciara un gesto de distensión por parte de los soberanistas. Pero yo no lo veo, y ninguno de los que estamos a su lado lo vemos. Si te metes en eso, puedes salir escaldado. Después del 1-O ya la cosa cambia y ahí sí que hay que hacer algo". Todas esas razones del no son las que Sánchez ha escuchado y las que él "comparte", indican fuentes de Ferraz.

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Distinto es que el líder del PSOE no vaya a estar presente en Cataluña. No será así. Él mismo prometió que viajaría mucho a la Comunidad en las próximas semanas para explicar el proyecto socialista a colectivos y entidades sociales. La agenda aún no está cerrada. "Se trata de tener contacto con la sociedad en general, con las organizaciones del partido... de pisar territorio".

Incertidumbre

Una vez se atraviese la frontera del 1 de octubre, los socialistas avanzan que el escenario cambiará, al constatarse que no ha sido posible una consulta legal y con todas las garantías. Pero ni en la dirección federal ni en la del PSC saben muy bien cómo evolucionará la situación hasta entonces, ni qué respuestas irá dando el Gobierno a medida que los independentistas vayan dando pasos ni hasta dónde está la Generalitat dispuesta a llegar en su pulso con el Estado. PSOE y PSC estaban hasta ahora persuadidos de que el Ejecutivo de Mariano Rajoy podría frenar el referéndum ayudado por la última reforma de la Ley Orgánica del TC, la que prevé la suspensión en sus funciones de aquellos cargos que desobedezcan las resoluciones del Alto Tribunal, pero el cambio en el Govern, con la defenestración de los dirigentes más tibios y el ascenso del ala dura, arroja una mayor incertidumbre. Puigdemont tiene ahora un Ejecutivo a su medida, dispuesto a llegar hasta el final.

Santamaría comunicó a Iceta y López la última medida del Ejecutivo. El PSOE se queja de las formas y advierte de que esa "no es la solución"

El Gabinete de Rajoy movió ficha este viernes y decidió aumentar el control sobre los gastos de la Generalitat de Catalunya para evitar que destine "ni un solo euro" a convocar el referéndum "ilegal". Y, si detecta que se desvían partidas a ese fin, suspenderá las entregas del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, telefoneó después del Consejo de Ministros a su interlocutor socialista, Patxi López, y al primer secretario del PSC, para trasladarles la decisión del Ejecutivo. "No son formas. No nos hizo partícipes de la medida. Simplemente nos informó", se quejaban en Ferraz. Y aun reconociendo su legalidad, la dirección de Sánchez subraya que "no es la solución", puesto que "con medidas así no se soluciona la crisis". "Hay que dialogar y debatir", defienden desde la cúpula federal, remitiéndose a las palabras del secretario general del pasado sábado en Barcelona, cuando subrayó que apostaría "con uñas y dientes" por la vía federal frente al "centralismo" y al separatismo y apremió de nuevo al encuentro, al diálogo. El presidente y el líder socialista sí mantienen el contacto directo para hablar de Cataluña, como quedaron en su entrevista en la Moncloa el pasado 6 de julio, pero la comunicación se produjo este viernes a través de Santamaría.

"Cambiar certificaciones mensuales por semanales es una medida técnica preventiva de la que hemos estado informados a posteriori —sostiene Iceta, en declaraciones a este periódico—. El Govern no puede gastar dinero en una cosa que no está convocada ni es legal. Pero para resolver el problema de fondo no basta con pedir que la ley se cumpla, sino abrir una vía de diálogo, negociación y pacto como la que los socialistas hemos dibujado en la Declaración de Barcelona", aprobada por las direcciones de PSOE y PSC el pasado viernes en la capital catalana.

El lío con la quita de la deuda pública catalana: una "opinión personal" del número tres del PSOE

El pasado lunes, en rueda de prensa en Ferraz, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, aseguró que vería "razonable" una quita de la deuda pública catalana "para que no se colapse la institucionalidad en Cataluña y que pueda atender a los servicios que presta". 

Enseguida se percibió que las declaraciones eran polémicas. El propio Ábalos lo habló con Pedro Sánchez. Y ya por la noche, él mismo remarcó en dos entrevistas de radio que por la mañana había expresado su "opinión personal", que no era colegiada ni estaba contemplada en la Declaración de Barcelona. El martes, quien desautorizaba sus palabras era la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, asegurando que el parecer del número tres no representaba en ese punto la voz del PSOE.