Es noticia
Pancartas, gritos y disfraces: así se formó el grupo de jubilados que 'escracheó' a Blesa
  1. España
UN FUTURO MARCADO POR LA IMPUNIDAD

Pancartas, gritos y disfraces: así se formó el grupo de jubilados que 'escracheó' a Blesa

Se reunieron por primera vez hace seis años y protagonizaron los escraches más mediáticos contra el bancario. Lo hicieron de forma anónima, con un grupo de WhatsApp secreto

Foto: Manifestación de preferentistas a la entrada de la Audiencia Nacional. (EFE)
Manifestación de preferentistas a la entrada de la Audiencia Nacional. (EFE)

Esta es la historia del grupo de mayores preferentistas que increpó a Blesa y sus colegas disfrazados con capuchas verdes y capas al estilo de la Santa Inquisición. Lo hicieron a la salida de la Audiencia Nacional, en las sedes de la entidad bancaria de Madrid y hasta en mitad de los desayunos en el Hotel Ritz. Empezaron siendo unos 10 y llegaron a ser más de 100. “La verdad es que el suicidio a estas alturas suena muy raro”, especula a El Confidencial el hijo de uno de los fundadores del colectivo de abuelos ‘escracheros’.

Era mayo de 2012 y Bankia todavía negaba lo que estaba ocurriendo. Un grupo de valientes, que habían estado ahorrando toda su vida, decidió no quedarse de brazos cruzados y empezó a organizarse. El plan, reunirse cada jueves enfrente de la sucursal de Bankia ubicada en la calle Alcalá número 1 de Madrid y hacer ruido, tanto que los trabajadores se viesen obligados a cerrar al público las oficinas. “En ese momento, los medios de comunicación todavía no daban mucha información y ese fue el objetivo inicial del grupo, recabar información para transmitirla entre ellos”, explica a El Confidencial Roberto Serrano, ahora presidente de la primera asociación en defensa de los accionistas de Bankia, AdaBankia. Su padre era preferentista, y murió pasada una hora después de recuperar su dinero.

Rápidamente, en las convocatorias de los jueves surgieron nuevas propuestas. Entre ellas, los escraches que terminaron marcando la identidad del grupo. “Con este tipo de acciones, lo que buscaban era la proximidad, acercarse lo más posible al increpado”, recuerda Serrano. Su padre era mecánico de profesión y no se perdía ninguna convocatoria. “Algunos no tenían miedo y hacían mucho ruido, pero otros pensaban que su actitud podía afectarles a la hora de recuperar sus ahorros”, insiste Roberto Serrano. No pasó un día en que su padre no intentase recuperar su dinero. Sería la tensión acumulada durante tanto tiempo, pero el caso es que tras la mezcla de emoción y descanso por tener de vuelta en sus manos el dinero que tanto le había costado ganar, su vena aorta no aguantó.

Honestos con su reivindicación

El escándalo de las preferentes dio lugar a un 'boom' de asociaciones y plataformas que estallaron sin control. “Había oportunismo hasta entre los propios afectados y hubo un grupo de preferentistas que quiso alejarse de todo aquello para hacer los escraches”, cuenta a este diario uno de los únicos jóvenes que se empotraron con el grupo de veteranos en alguna ocasión. El grupo de jubilados que protagonizó los escraches más vistos contra Blesa y otros empresarios nunca llegó a asociarse bajo un nombre concreto.

Preferentistas zarandean el vehículo de Blesa a su salida de la Audiencia Nacional

Ellos querían increpar, ser honestos, y no les importó no estar amparados por un grupo organizado. Gritos, silbatos, chorizos y disfraces. Las formas de actuar contra Blesa y su círculo fueron de lo más variopintas, pero ninguna improvisada. Los jubilados que cargaron contra el expresidente de Caja Madrid tenían un grupo de WhatsApp para organizarse. Lo más importante era revisar la prensa cada mañana y estar atentos a los señalamientos de los juzgados para atacar en los momentos previos y posteriores de los interrogatorios. Sabían que la policía los vigilaba y, por este motivo, la discreción era fundamental. “Al principio las instrucciones y convocatorias se hacían públicamente, pero pronto vimos que la policía nos intentaba disuadir y tuvimos que hacerlo de forma secreta”, explica uno de los afectados por el caso a El Confidencial.

El foro de internet donde se publicaban las convocatorias y se marcaban las pautas sigue en activo y está bajo el amparo de Rankia, portal de blogs sobre banca. En la actualidad, ha quedado relegado a los jóvenes, ya que los mayores optaron por la discreción a la hora de programar los encuentros. Hasta el punto casi de la obsesión. Guardaban las pancartas en una bolsa de plástico oscura y se escondían detrás de los edificios hasta el momento exacto de intervenir. “Ellos solo querían hacer ruido, no confiaban en nadie y todo lo que tuviese relación con alguna forma de organización lo rechazaban”, recuerda el presidente de AdaBankia. Vio a su padre sumido en una situación de desamparo y se animó a fundar la organización.

Un futuro marcado por la impunidad

El grupo de mayores que tiraron de la corbata a Miguel Blesa y lo tumbaron a golpe de carpetazo a la salida de los juzgados de plaza de Castilla surgió casi como una necesidad. Hoy, su fallecimiento deja en la incertidumbre a los preferentistas que todavía no han recuperado su dinero: “La muerte extingue la responsabilidad penal, pero no la responsabilidad histórica, y la estafa de las preferentes no es algo que los afectados vayan a poder olvidar”, cuenta Sergio Salgado, miembro de la plataforma ciudadana 15MpaRato, a El Confidencial.

Blesa deja varias cuentas pendientes con la Justicia

Por su parte, Patricia Suárez, conocida en las redes sociales como 'Wonder Woman' e impulsora de la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin), tiene claro que la muerte del bancario “no va a afectar en nada a los preferentistas” y recuerda que “no podemos dejar de investigar porque los ciudadanos tenemos derecho a saber la verdad”.

Uno de los socios del bufete de abogados Basilea Abogados, que ha llevado la defensa de más de 500 afectados por las preferentes de Bankia, lo corrobora: “Blesa no va a poder asumir sus responsabilidades penales, pero los procedimientos siguen abiertos y prácticamente la totalidad de las sentencias están siendo estimatorias, es decir, casi todos han recuperado ya su dinero o lo harán pronto”, asegura Diego Rodríguez a El Confidencial.

Esta es la historia del grupo de mayores preferentistas que increpó a Blesa y sus colegas disfrazados con capuchas verdes y capas al estilo de la Santa Inquisición. Lo hicieron a la salida de la Audiencia Nacional, en las sedes de la entidad bancaria de Madrid y hasta en mitad de los desayunos en el Hotel Ritz. Empezaron siendo unos 10 y llegaron a ser más de 100. “La verdad es que el suicidio a estas alturas suena muy raro”, especula a El Confidencial el hijo de uno de los fundadores del colectivo de abuelos ‘escracheros’.

Miguel Blesa Audiencia Nacional Accionistas Caja Madrid
El redactor recomienda