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‘Perrópolis’: así es un día en la única piscina para perros de Madrid
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TRES PILARES: OCIO, EDUCACIón e higiene

‘Perrópolis’: así es un día en la única piscina para perros de Madrid

Una finca de 30.000 metros cuadrados ubicada en plena llanura salvaje de Brunete pone a disposición de los perros una piscina y un chillout para los dueños durante el verano

Cierre los ojos e imagine una piscina para perros. Probablemente la primera estampa que nuestra cabeza -llena de prejuicios, les avanzo- imagine esté a camino entre la alucinación y el caos. Algo así como un encuentro de verano organizado por una secta animalista. Los protagonistas del festín, locamente variopintos. Ellas, rondando los cincuenta y en bañadores estridentes, o estilosas treintañeras con gafas de sol tamaño XXL. Ellos, desde figurines depilados metidos con calzador en boxers, hasta algún doble de DeVito con mucha carne y más cigarros. Finalmente, como fondo y complemento, los canes. Desorientados y mojados. Chuchos que han perdido sin quererlo toda su dignidad y ya solo reclaman con ojos adorables una explicación a los dueños por esa escena a traición.

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Bueno, siento anunciar que esto es expectativa y no realidad. La única piscina para perros que existe en la Comunidad de Madrid se llama Campus Perruno y acoge a personas de lo más normal. Se encuentra en una finca de 30.000 metros cuadrados en el municipio de Brunete y este, es el primer verano que está funcionando a pleno gas. La idea casi kamikaze de fundar este espacio empezó hace más de diez años cuando Elsa Martín, la fundadora, compró un árido terreno en 2004. Martín había tenido siempre trabajos convencionales y quiso dar un giro a su vida. Creció rodeada de caballos e incluso llegó a educar leones con su padre. Lo vendió todo, valló el terreno y se puso a vivir en una caravana mientras creaba la primera perrópolis en las afueras de la capital. Por ahora la piscina y el bar chillout son las únicas instalaciones en marcha, pero el proyecto es más ambicioso y pretende acoger desde un hotel para canes hasta actividades de yoga o crossfit para sus dueños.

Para los que se pregunten qué personas y por qué llevan a sus perros a pegarse un buen chapuzón, aquí va un intento de reproducción de la realidad sin imaginaciones. Jesús es profesor de inglés en un instituto y Daniel trabaja para una empresa de telecomunicaciones. Son una pareja de Fuenlabrada y han venido con Niebla, un labrador color canela, y Daenerys -sí, como la protagonista de Juego de Tronos-, un husky de ojos azules. “Cuando tienes perros notas que poco a poco te vas apartando de todo lo que pasa a tu alrededor, un día vimos anunciada la piscina en Facebook y nos pareció un buen plan para pasar el día y compartir espacio con otra gente en la misma situación”, explica Daniel a El Confidencial.

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El ocio es el objeto principal de la piscina pero no el único. Del año pasado, que se inauguraron las instalaciones, a este ha habido cambios. Por ejemplo, solo pueden bañarse los perros mientras que los propietarios deben estar atentos que su comportamiento sea social con los demás. “El año pasado venían personas que no tenían control, se metían al agua, traían comida a la piscina y luego se quedaba perdida, incluso rompieron la máquina para limpiar el agua y tuve que comprar una nueva”, lamenta Elsa Martín. La situación se descontroló de tal forma que tuvo que cerrar la piscina durante unas semanas hasta que pudo reconstruir los destrozos y, por este motivo, ahora es imprescindible reservar previamente a través de la página web. “Tú tienes que ser consciente de que vienes con un perro y que está bajo tu supervisión, no puede ser que los propietarios se despreocupen”, insiste Elsa.

La piscina para perros se convierte así en un espacio más para la educación de los animales. El espacio cuenta con ducha para que los propietarios se refresquen y una zona de sofás y chillout en la sombra. Aún así, “es duro para nosotros no poder bañarnos porque hace mucho calor, pero los animales se meten más rápido en el agua si ven a otros perros dentro”, comenta Sara una segoviana que ha venido con su familia y sus dos perros, un golden y un yorkshire. Nadie discrepa sobre la prohibición de llevar perros a las piscinas municipales: “Es totalmente comprensible que los padres que llevan a sus hijos a bañarse no quieran que los perros se estén por allí dando vueltas”, asume Jesús.

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Algunas dudas frecuentes al hablar acerca de una piscina para perros son la higiene y el tratamiento del agua, para que sea apta para los animales. La respuesta es sorprendente: ningún producto distinto que el usado en una piscina para personas. Aunque eso sí, se requiere un doble esfuerzo ya que la cantidad de pelos que se acumulan en la base de la piscina es ingente y es imprescindible sacarlos para que las salidas de agua filtren bien. Por este motivo ‘Campus Perruno’ abre en los meses de verano de jueves a domingo -de 12h a 19h- y cierra el resto de días, en los que Elsa aumenta la cantidad de cloro para que la desinfección sea total.

Una veintena de perros corren contentos por esta piscina canina, erigida cual oasis en plena meseta desértica. Mueven el rabito y nadan como socorristas chulazos trayendo a tierra firme pelotas náufragas de su propiedad. “Hay que dejarlos ser”, recuerda esta valiente que ha creado el complejo perruno.

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‘Pooch plunge’, un festín perruno para el final del verano

Según el último censo de mascotas de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía (AMVAC), en España hay unos 20 millones de mascotas, siendo el perro el animal de compañía preferido con más de 7 millones de canes registrados en 2015, estimación publicada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

El ‘pooch plunge’ es una actividad muy popular en otros países como Estados Unidos, Canadá o el Reino Unido y verano tras verano son más las localidades españolas que se unen a celebrar el festín. Los recursos recaudados por los asistentes se destinan a atender a los animales abandonados de la ciudad por lo que la idea está calando poco a poco entre las protectoras. “Es una forma de integrar a los animales en nuestro día a día y también sirve como método de recaudación”, explica a El Confidencial la presidenta de la protectora Doganzo, Brigitte Nieto. Han convocado el primer ‘pooch plunge’ de la Comunidad de Madrid para el próximo 17 de septiembre, coincidiendo con el cierre de la temporada de verano, en la piscina municipal de Daganzo y el evento tiene previsto acoger unas 700 personas y 400 perros.

Más piscinas para perros en España

A lo largo del territorio español existen otros recintos acuáticos para perros. En Cataluña, por ejemplo, a media hora de Barcelona se encuentra el Resort Canino Can Jané en la Roca del Vallès, pionero en España en este tipo de instalaciones. Además de piscinas con toboganes, entre sus servicios más curiosos destacan piscinas de rehabilitación y musculación, habitaciones especiales para perros gigantes, una zona para perros mini y una escuela canina de adiestramiento.

Otros espacios que cuentan con piscinas son las residencias SierraCan en Colmenar Viejo (Madrid), el Tiny Dog Hotel en Marbella (Málaga) o La Burra Lola en San Vicente de la Sonriera (La Rioja).

Cierre los ojos e imagine una piscina para perros. Probablemente la primera estampa que nuestra cabeza -llena de prejuicios, les avanzo- imagine esté a camino entre la alucinación y el caos. Algo así como un encuentro de verano organizado por una secta animalista. Los protagonistas del festín, locamente variopintos. Ellas, rondando los cincuenta y en bañadores estridentes, o estilosas treintañeras con gafas de sol tamaño XXL. Ellos, desde figurines depilados metidos con calzador en boxers, hasta algún doble de DeVito con mucha carne y más cigarros. Finalmente, como fondo y complemento, los canes. Desorientados y mojados. Chuchos que han perdido sin quererlo toda su dignidad y ya solo reclaman con ojos adorables una explicación a los dueños por esa escena a traición.

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