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Así se recupera un monte tras un incendio: inversión, árboles y millones de litros de agua
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reforestación de LA CUENCA MINERA DE UTRILLAS

Así se recupera un monte tras un incendio: inversión, árboles y millones de litros de agua

Tras los incendios llega lo más complejo: la reforestación, un trabajo que casi nunca se ve… hasta ahora. Así ha sido la recuperación de la cuenca minera de Utrillas, incendiada en 2009

Foto: Foto: EFE/Julián Pérez.
Foto: EFE/Julián Pérez.

De los incendios siempre nos queda el recuerdo de la peor parte: el bosque en llamas, la vegetación reducida a cenizas, la muerte de la fauna, la desertización de la zona… Y tras ello, más allá de las teorías peregrinas sobre el futuro del paraje, casi nunca vemos lo que pasa.

¿Qué acciones se llevan a cabo tras un incendio? ¿De qué manera se revive el terreno? ¿Cuántos años pasarán hasta que recupere el aspecto anterior? ¿De qué manera se lleva todo esto a cabo? Este es un recorrido a lo largo de una recuperación concreta: la hidroreforestación de la cuenca minera de Utrillas, en Teruel.

7.300 hectáreas quemadas en Utrillas

Hagamos un pequeño viaje en el tiempo. Verano de 2009 en Utrillas, una pequeñísima población de poco más de 3.000 habitantes en la provincia de Teruel. Un incendio en las cuencas mineras de la zona acaba con un balance devastador: 7.300 hectáreas de vegetación han sido arrasadas por el fuego. Una vez sofocado el incendio, queda la parte más difícil: reforestar la zona.

Es aquí donde, entre otras actuaciones, llegó Plantando Agua, un proyecto impulsado por la fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes), Coca-Cola y la Universidad de Zaragoza con un claro objetivo: llevar a cabo una recuperación hidroforestal de toda la zona. Además, el trabajo también contó con la presencia del Gobierno de Aragón, la Universidad de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Para ello, estas instituciones realizaron una inversión ligeramente superior al millón de euros. Con esta cantidad no solo lograron recuperar el agua en el territorio y restaurar el paisaje agroforestal, sino también mejorar la calidad ambiental de la zona y dinamizar la economía de la misma.

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Foto: EFE/Pablo Martín.

20.700 árboles plantados

El proyecto Plantando Agua se dio a conocer públicamente en 2014, pero lo cierto es que comenzó mucho antes. Concretamente en 2012, cuando varias entidades públicas y privadas comenzaron a reunirse para detectar las necesidades de la zona y establecer un proyecto ordenado de hidroreforestación.

Todas las entidades involucradas llevaron a cabo una selección de las especies vegetales que se adaptan mejor a periodos de sequía. Además, se delimitaron las zonas de actuación para evitar que en el futuro pudiera haber nuevos incendios.

El proyecto es una iniciativa de colaboración entre entidades públicas y privadas

Por otro lado, en 2014 comenzó el proceso de reforestación con la plantación de 20.700 árboles de diferentes especies autóctonas que requieren un bajo consumo de agua y que, por tanto, son menos vulnerables a los incendios forestales.

También se realizaron dos estudios, uno sobre la carga ganadera y otro sobre la cabra montés, para estudiar posibles iniciativas de desarrollo económico para la zona vinculados con la gestión correcta del monte.

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Foto: EFE/Gustavo Amador.

Objetivo: restaurar la flora y la fauna

Esta iniciativa desarrolló varias líneas de trabajo para identificar cuánta agua quedaría a disposición de la sociedad como aguas superficiales y subterráneas (agua azul) y cuánta sería utilizada por la vegetación y la evaporación (agua verde). Además, se aplicaron modelos hidrológicos que permiten estimar la evaporación de una cuenca a partir del tipo de cubierta vegetal existente, así como sensores de humedad aportados por el CSIC que registran información a lo largo de todo el proyecto.

De esta forma, el proyecto está permitiendo la recuperación del hábitat de la flora y la fauna, salvaje y cinegética, mediante la reforestación con especies autóctonas de bajo consumo de agua. Además, con la regeneración del manto vegetal, se aumentará la eficiencia en la captación de agua verde y se asegurará un incremento de agua azul en los acuíferos para el consumo humano.

Asimismo, el proyecto proporcionó un modelo de actuación para la comunidad científica. Su objetivo principal pasa por crear un programa marco de intervención en zonas devastadas por el fuego.

De los incendios siempre nos queda el recuerdo de la peor parte: el bosque en llamas, la vegetación reducida a cenizas, la muerte de la fauna, la desertización de la zona… Y tras ello, más allá de las teorías peregrinas sobre el futuro del paraje, casi nunca vemos lo que pasa.