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La crisis cántabra engrosa las bajas de C's tras la asamblea: 6 diputados y 16 ediles
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La crisis cántabra engrosa las bajas de C's tras la asamblea: 6 diputados y 16 ediles

La marcha de un diputado autonómico y dos concejales deja en una situación complicada al partido en Cantabria. Tras el asamblea de febrero, son ya varios cargos públicos los que han abandonado

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)

La formación naranja niega que exista una sangría. También asegura que hay más motivos además del cambio de ideario aprobado en la IV Asamblea General por el que algunos de sus cargos públicos han abandonado el partido en estos últimos seis meses. Pero los datos son los que son: desde el mes de febrero, cuando Ciudadanos confirmó su ruptura con la socialdemocracia por el liberalismo progresista, un total de seis diputados autonómicos y 16 concejales han abandonado las filas naranjas reteniendo, eso sí, el acta.

En los últimos días, Cantabria se ha convertido en el epicentro de la crisis interna del partido que dirige Albert Rivera. El hasta ahora coordinador de la comunidad y diputado en el Parlamento cántabro, Juan Ramón Carrancio, y los concejales del Ayuntamiento de Santander, David González y Cora Vielva, comunicaron su marcha tras alegar discrepancias de fondo con el partido. El "detonante", según manifiesta Carrancio a este diario, fue el nombramiento de Félix Álvarez (el humorista Felisuco y parlamentario en el Congreso de los Diputados) como nuevo portavoz autonómico y líder de los naranjas en la región. En realidad, la designación de los portavoces en las distintas comunidades es una competencia de la ejecutiva nacional. El reproche que hacen los recién salidos se centra en su sensación de que el partido "no escucha a los afiliados".

El escenario en la región cántabra es, en todo caso, mucho más enrevesado. La sombra de un proceso judicial por la supuesta falsificación de un acta tras la celebración de un comité territorial del partido ha emborronado todo este proceso interno. Fuentes del partido afirman que un afiliado denunció la falsificación de esa acta emitida tras el comité, asegurando que la fecha datada no se correspondía con el día en que el cónclave tuvo lugar. Así quedó demostrado y la formación abrió una investigación interna, sobre la que aún no hay novedad alguna. Si el proceso judicial prosperara por falsificación documental, los dirigentes responsables —entre ellos Carrancio— resultarían imputados y a esa posibilidad achaca Ciudadanos la marcha del diputado autonómico.

Muy distinta es la versión presentada por Carrancio, que asegura que el cambio de fecha es un sencillo error y duda de que el proceso judicial avance hasta ese punto, teniendo en cuenta que en estos momentos ni siquiera ha sido admitido a trámite. Solo hay una denuncia. El diputado autonómico, que mantiene el acta y deja a Ciudadanos con un solo parlamentario en Cantabria bajo sus siglas, insiste en que las continuas decepciones desde la última asamblea general les han llevado a él y a sus compañeros concejales a marcharse. El nombramiento de Felisuco solo es la punta del iceberg. Afirma que no está entre sus planes deshacerse del escaño —que la cúpula naranja le ha pedido públicamente— porque el propio reglamento del partido prevé abandonar el acta si existe una imputación por alguno de los supuestos recogidos en el artículo 19 del Código Penal, "que no es el caso, ni lo va a ser".

Además, los recién 'huidos' insisten en añadir otro matiz más allá del propio reglamento, que es el giro que a sus ojos ha dado la formación y de la que ya no se sienten parte precisamente por ese motivo. "Yo me presenté a las elecciones por un partido que era socialdemócrata y que defendía las primarias. Ya no lo reconozco", zanja Carrancio, para defender que seguirá ocupando su puesto en el Parlamento autonómico. La situación cántabra, eso sí, puede empeorar todavía más. Mantiene, después de esta disputa, un diputado en el Parlamento y pierde su representación en el consistorio de la capital. Los críticos con la dirección aseguran además que dos tercios de los afiliados se han dado de baja de forma masiva.

Este caso se suma a otros acontecidos en los últimos seis meses en otras comunidades. El más sonado sin duda es el de la Comunidad Valenciana, en donde muchos de sus dirigentes —liderados por la eurodiputada Carolina Punset y el exportavoz en las Cortes y pareja de esta, Alexis Marímanifestaron desde el primer momento su desacuerdo por eliminar la etiqueta de socialdemócratas del ideario naranja. Marí fue relevado de su puesto como sucedió en otras portavocías de distintas regiones, y semanas más tarde, junto a los diputados David de Miguel, Alberto García y Domingo Rojo, firmó su baja de militancia y abandonó la disciplina del partido. Como publicó este diario recientemente, la marcha se produjo entre acusaciones de "leninismo", falta de democracia y otras fuertes críticas a los de Rivera. La lista la completa la diputada andaluza María Carmen Prieto, que comunicó su baja del partido en marzo, solo un mes después del congreso naranja, alegando que la formación se había "derechizado" y acusándola de dar continuos "bandazos".

En el caso de concejales en ayuntamientos, la cifra de bajas alcanza la quincena. Además de los ediles de Santander, recientemente hubo un caso similar en Huelva. Los concejales Ruperto Gallardo y Enrique Figueroa se dieron de baja de la formación a finales de junio afirmando que mantendrían sus actas porque ellos "no fallaron a los votantes, sino que fue el partido". En el mes de marzo comenzaba la hemorragia valenciana.

Concejales de pequeños consistorios transmitían su desencanto y abandonaban las filas naranjas. Fue el caso de Mari Carmen Ibor (Catarroja), Yolanda Santos (Aldaia), Chimo Ribera (Rocafort), José Salvador Murgui (Casinos) y José Enrique Aguar (Benetússer). El caso de la localidad de Gátova era especialmente llamativo, al marcharse el alcalde, Manuel Martínez, los dos tenientes de alcalde, Óscar Zapata y Rocío Esteve, y una cuarta edil, Carmen Estévez. Todos manifestaron la misma idea: "Pensábamos que era un partido diferente" y ahora ven que Ciudadanos "es la marca blanca del PP", además de reiterarse en sus críticas a la dirección.

El caso de dos concejales de Las Rozas, Alberto Hernández y Carlos Gómez, es distinto y no responde tanto al cambio de ideario de la formación como a un asunto interno con bastante complejidad que ya publicó este diario. Sus bajas, sin embargo, engrosan la lista. La edil de Logroño, Elvira González, también 'se borró' del partido el pasado marzo tras defender posturas contrarias a las de la corriente oficialista, aunque ella sí —la única de todos los citados— dejó el acta.

La formación naranja niega que exista una sangría. También asegura que hay más motivos además del cambio de ideario aprobado en la IV Asamblea General por el que algunos de sus cargos públicos han abandonado el partido en estos últimos seis meses. Pero los datos son los que son: desde el mes de febrero, cuando Ciudadanos confirmó su ruptura con la socialdemocracia por el liberalismo progresista, un total de seis diputados autonómicos y 16 concejales han abandonado las filas naranjas reteniendo, eso sí, el acta.

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