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El Congreso ratifica el CETA con duros reproches de PP y C's al PSOE por su viraje
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DEBATE EN EL PLENO DE LA CÁMARA ANTES DEL PASO AL SENADO

El Congreso ratifica el CETA con duros reproches de PP y C's al PSOE por su viraje

Santamaría acusa a los socialistas de hacerse "oposición a sí mismos", y Podemos les agradece el giro y les reclama que les ayude a parar el tratado. El PSOE defiende su abstención razonada

Foto: Soraya Sáenz de Santamaría, durante su intervención en el pleno del Congreso en defensa del CETA, este 29 de junio. (EFE)
Soraya Sáenz de Santamaría, durante su intervención en el pleno del Congreso en defensa del CETA, este 29 de junio. (EFE)

El debate no habría tenido demasiado recorrido de no haberse producido el cambio de rumbo del PSOE. La ratificación del tratado de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA) estaba ya más que amortizada y era casi un puro trámite después de que lo aprobasen los Veintiocho el pasado octubre y el Parlamento Europeo en febrero, con el voto a favor (entonces) de los socialistas españoles. Pero el viraje operado a toda velocidad por la dirección de Pedro Sánchez, anunciado por Twitter por su presidenta, Cristina Narbona, y santificado este último lunes en una resolución de la ejecutiva [aquí en PDF], cubría de mayor expectación la discusión este jueves en el Congreso. El PSOE se convirtió en el lógico polo de atracción de todos. Los unos, sobre todo el Gobierno y el PP, y también Ciudadanos, por sus duras críticas, y los otros, caso de Unidos Podemos, por sus buenas palabras. El PSOE defendió entre esos dos frentes su nueva postura, la "abstención razonada", ni "autarquía" ni proteccionismo, ni mercado "sin reglas", sino "globalización justa", que "garantice derechos", en palabras de su portavoz en el pleno, el balear Pere Joan Pons. Su giro no impidió que la Cámara Baja ratificara el CETA por 179 votos a favor, 79 en contra y 81 abstenciones, así que el acuerdo seguirá su tramitación en el Senado.

El Congreso aprueba el CETA con la abstención del PSOE

Que subiera a la tribuna la número dos del Ejecutivo daba una idea de la relevancia que La Moncloa confería a este debate. "No van a caber excusas" para no apoyar el tratado, advertía Soraya Sáenz de Santamaría, quien recordaba que el CETA representa un modelo de globalización "equilibrado" y un "avance" en la construcción del proyecto europeo, "un paso adelante" en el que España es uno de los países "ganadores". La vicepresidenta apremió a los socialistas a dar explicaciones sobre su nueva postura a sus socios europeos y socialdemócratas, después de haber concurrido a las urnas con un programa "europeísta". "Aunque algunos estrenan hoy posición, este asunto ya se debatió en el Congreso cuando el ministro de Exteriores [Alfonso Dastis] lo explicó con detalle", sostuvo. Santamaría incidió en que desde febrero hasta ahora "el tratado no ha cambiado", ya que la redacción es la misma, ni tampoco ha cambiado la posición del Gobierno ni la de Canadá. "Lo único que ha cambiado es el afán de algunos que no dudan en hacerse oposición a sí mismos".

Foto: Pedro Sánchez, con Pepe Álvarez e Ignacio Fernández Toxo, al comienzo de la reunión de la permanente del PSOE con las ejecutivas de UGT y CCOO, este 26 de junio en Ferraz. (EFE)

La vicepresidenta criticó el hecho mismo de que el PSOE opte por la abstención, ironizando con que es tanto como quedarse en terreno de nadie, porque los socialistas no pueden "abstenerse" de construir Europa: "No se puede ser equidistante entre más Europa o más Marine Le Pen o más Pablo Iglesias. No hay nada menos progresista que votar contra el progreso y no hay nada más antieuropeísta que votar contra la propia Europa". Y remató: cuando los partidos dejan de defender "lo imprescindible" pueden acabar convirtiéndose en "irrelevantes".

La vicepresidenta avisa al PSOE: cuando los partidos dejan de defender "lo imprescindible" pueden acabar siendo "irrelevantes"

El portavoz popular, José Ramón García Hernández, abundó en la argumentación de la número dos del Ejecutivo, condenando la modulación del PSOE —"suerte para Podemos, mala suerte para España"—, y acusando a Sánchez de "tomar a todo un país como rehén" al propiciar un "alineamiento radical", un "excesivo precio por sus ansias para ser presidente del Gobierno". El diputado conservador lo hiló con una crítica que por cierto también le lanzaba Susana Díaz durante su campaña de primarias: afeó a Sánchez su actitud "veleta". "Responda honestamente por qué entró en política, y sin cambiar de opinión cada minuto".

Soraya Sáenz de Santamaría acusa al PSOE de hacerse oposición a sí mismo con el CETA

Un "toque de atención" a la UE

El socialista balear Pere Joan Pons, cuando le llegó su turno, justificó la abstención como un "toque de atención" a la UE ante el nuevo marco que está abriéndose. Es necesario "revisar los tratados" para garantizar un comercio internacional más justo. "Más vale escuchar a la gente que está fuera [...]. Es importante preguntarse por qué tantos ciudadanos ven en este tratado una amenaza". El diputado argumentó que su partido sí comparte el libre comercio, pero a la vez reivindica una globalización "más justa", en la que se protejan los derechos laborales y medioambientales y el CETA, en consecuencia, es un acuerdo "mejorable". "Para combatir la desigualdad hay que humanizar el comercio internacional" con "tratados progresistas".

Los socialistas esgrimen que comparten el libre comercio, pero también una globalización justa. Podemos agradece el giro, pero lo ve insuficiente

Pons, que desde la semana pasada forma parte de la dirección parlamentaria, lanzó durante el debate la misma propuesta que contiene la resolución aprobada por la ejecutiva federal: que se cree una comisión en el Congreso encargada de estudiar y discutir los próximos tratados internacionales, y que en esa deliberación participen los agentes sociales y las organizaciones concernidas. "Debatamos con transparencia", apeló el parlamentario.

El PSOE dice que su abstención al CETA es un toque de atención

Desde Unidos Podemos, su portavoz de Exteriores, Pablo Bustinduy, agradeció al PSOE el cambio de posición. Pero lo juzgó "insuficiente", eso sí. Es lo mismo que lleva esgrimiendo Pablo Iglesias desde que Narbona anunció por Twitter el giro de la formación: que consumaran su salto y virasen al no. El diputado morado pidió ayuda a los socialistas para que juntos puedan parar el CETA, recurriéndolo al Constitucional, para que "no vea la luz".

Podemos pide al PSOE que le ayude a parar el CETA y no se quede en abstención

C's saca a Felipe

Bustinduy insistió en que el tratado representa ese modelo de democracia "sin ciudadanos", en el que que pesan más los 'lobbies' financieros y la gran patronal, además de que viola los derechos laborales y medioambientales. Una argumentación semejante a la que expuso en la tribuna Ana Surra, de ERC, quien subrayó que el CETA "pone los intereses de las grandes corporaciones por delante de los ciudadanos". "Es un tratado de libre explotación", y no de libre comercio, condenó, para después felicitar a los socialistas, "pero no a los españoles, sino a los canadienses", que no compartieron el acuerdo.

placeholder Albert Rivera, durante su intervención este jueves, mostrando el cartel de Felipe González. (EFE)
Albert Rivera, durante su intervención este jueves, mostrando el cartel de Felipe González. (EFE)

C's, PNV y PDeCAT (la antigua Convergència) respaldaron sin ambages el CETA. En su defensa salió el propio Albert Rivera, que sacó en la tribuna un cartel electoral de Felipe González. "La llave de Europa está en tu mano", decía. "Por suerte actualmente no está [la llave] en su mano, sino en Ciudadanos, que ofrece mayoría para sacar adelante" el tratado, reprochó el líder naranja a los socialistas, afeándoles su viraje, cuando el PSOE, remachó, "ha sido un partido europeísta" y "ha estado al frente de la entrada en Europa". Rivera mostró su total respaldo a un convenio que lleva "siete años debatiéndose" —dijo, para rebatir los argumentos de secretismo— y que es "liberal y progresista", las mismas señas de identidad de su partido.

Aitor Esteban, el portavoz del PNV, hizo hincapié en que "los tópicos [en contra del CETA] no se sostienen", porque las multinacionales no necesitan este tipo de tratados para moverse, porque ya hacen sus negocios sin trabas, así que esta generación de convenios favorece, sobre todo, a las pequeñas y medianas empresas. Añadió que ningún país estará obligado a "privatizar nada", ningún sector estratégico como el agua, la sanidad o la educación, si no quiere.

Y Carles Campuzano, portavoz del PDeCAT, dijo apoyar el CETA "con todas las convicciones", porque es "una magnífica oportunidad" para las pymes y también para Cataluña, "un país abierto a las exportaciones". Recordó que Canada cumple sobradamente los estándares medioambientales, así que es un Estado homologable a la UE. "Somos profundamente europeístas y hay que estar con Europa", remató por su parte la representante de Coalición Canaria, Ana Oramas.

Albert Rivera recuerda que el PSOE era un partido europeísta con Felipe González

La votación no deparó sorpresas. Los 179 síes, mayoría absoluta, procedieron del PP, Ciudadanos, PNV, PDeCAT, UPN, Foro Asturias y Coalición Canaria (más el diputado de Unidos Podemos Diego Cañamero, por error). Los 79 noes, de UP, ERC, Compromís, EH Bildu y Nueva Canarias, y las 81 abstenciones, únicamente del PSOE. De sus 81 parlamentarios presentes en el pleno, porque tres no votaron. Ferraz ya sabía que su abstención no comprometía en nada la ratificación del tratado. Ahora deberá ser validado en la Cámara Alta, donde el PP dispone de mayoría absoluta.

El debate no habría tenido demasiado recorrido de no haberse producido el cambio de rumbo del PSOE. La ratificación del tratado de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA) estaba ya más que amortizada y era casi un puro trámite después de que lo aprobasen los Veintiocho el pasado octubre y el Parlamento Europeo en febrero, con el voto a favor (entonces) de los socialistas españoles. Pero el viraje operado a toda velocidad por la dirección de Pedro Sánchez, anunciado por Twitter por su presidenta, Cristina Narbona, y santificado este último lunes en una resolución de la ejecutiva [aquí en PDF], cubría de mayor expectación la discusión este jueves en el Congreso. El PSOE se convirtió en el lógico polo de atracción de todos. Los unos, sobre todo el Gobierno y el PP, y también Ciudadanos, por sus duras críticas, y los otros, caso de Unidos Podemos, por sus buenas palabras. El PSOE defendió entre esos dos frentes su nueva postura, la "abstención razonada", ni "autarquía" ni proteccionismo, ni mercado "sin reglas", sino "globalización justa", que "garantice derechos", en palabras de su portavoz en el pleno, el balear Pere Joan Pons. Su giro no impidió que la Cámara Baja ratificara el CETA por 179 votos a favor, 79 en contra y 81 abstenciones, así que el acuerdo seguirá su tramitación en el Senado.

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