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Uniforme blanco para Podemos, tribuna repleta de los suyos... y hastío en el resto
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MOCIÓN DE CENSURA CONTRA RAJOY

Uniforme blanco para Podemos, tribuna repleta de los suyos... y hastío en el resto

Sin sorpresas y con un guion previsible. Así arrancó la moción impulsada por Podemos, que se vistió de blanco para la ocasión. Algunos ministros tomaron notas, otros prefirieron el iPad

Foto: Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Alberto Garzón con camisa blanca. (EFE)
Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Alberto Garzón con camisa blanca. (EFE)

Sus impulsores buscaban que pareciera una sesión de investidura, un gran día en el Congreso de los Diputados… pero la moción de censura de Unidos Podemos contra Mariano Rajoy no tuvo nada de imprevisible, al menos en el arranque de la mañana de este martes, ni lo tendrá cuando finalice la votación, previsiblemente mañana. No saldrá adelante y sólo contará con los votos favorables de la formación morada, ERC y EH Bildu. Muchos medios acreditados pero poca expectación entre los informadores, conocedores de lo que allí sucedería. La tribuna de invitados, copada íntegramente por miembros de Podemos, ‘alcaldes del cambio’ y representantes de de Ayuntamiento antes las grandes ausencias (Manuela Carmena y Ada Colau) y ningún apoyo al resto de grupos, a petición propia, para no contribuir al gran día de Pablo Iglesias. “No está previsto que venga nadie”, repiten desde los grupos del PP, PSOE y Ciudadanos.

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La mayor parte de los diputados de Unidos Podemos aparecieron puntuales en la Cámara Baja vestidos de blanco, tras la orden del secretario general de vestir “colores claros” para transmitir moderación y serenidad. No dieron opción a gamas intermedias ni a colores past, permitidos en el mandato de su jefe, y todos ellos optaron por el color de la luz. Empezaron animados en la bancada morada, siguiendo con atención cada palabra de su portavoz, Irene Montero, y se fueron desinflando poco a poco ante el silencio de los populares cuando dio comienzo el monográfico de la corrupción. El partido del Gobierno guardó silencio mientras Montero alzaba la voz una y otra vez para decir “la corrupción tiene sede y es Génova, 13”.

placeholder Los ministros Fátima Báñez, Íñigo Méndez de Vigo e Íñigo de la Serna durante el debate. (EFE)
Los ministros Fátima Báñez, Íñigo Méndez de Vigo e Íñigo de la Serna durante el debate. (EFE)

Caras largas e indignación entre los populares, contención en el PSOE y Ciudadanos, mientras los futuros intervinientes repasaban sus notas. Los ministros, en su mayoría, pendientes del movil, del iPad e incluso de su libro, en el caso de Íñigo Méndez de Vigo, haciendo gala de su cartera, Educación y Cultura. Faltaron las regidoras de Madrid y Barcelona, pero en su lugar acudieron la portavoz Rita Maestre, el concejal de Economía, Carlos Sánchez Mato, y el primer teniente de alcaldesa de la Ciudad Condal, Gerardo Pisarello.

Entre el resto de invitados, muchos de los llamados ‘alcaldes del cambio’ -como ya contó este diario-: Xulio Ferreiro (A Coruña), Pedro Santisteve (Zaragoza), José María González 'Kichi' (Cádiz), Martiño Noriega (Santiago de Compostela), Dolors Sabater (Badalona), Jorge Suárez (Ferrol) y Pedro del Cura (Rivas Vaciamadrid). Al otro lado, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, el fundador de este partido, Juan Carlos Monedero, y el exJEMAD, Julio Rodríguez. Estuvieron también las presidentas de los parlamentos de Aragón y Navarra, Violeta Barba y Ainhoa Aznárez. También el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo.

Las bancadas de una y otra formación -PP y Podemos, porque las demás estaban ausentes- se fueron animando en función del inquilino que atesoraba la tribuna en cada momento. El golpe de efecto lo dio Mariano Rajoy al levantarse para dar la réplica a Montero, despertando gritos de apoyo y aplausos entre los populares, que celebraron el fin del discurso de más de dos horas de Montero sin tapujos. Algún enfrentamiento también se vio entre los diputados de los dos partidos cuando Pablo Iglesias ya se encontraba en su intervención. En ese momento, Albert Rivera tomaba asiento con el segundo café de la mañana y acumulando dos vasos de cartones en su escaño. Todavía queda mucho debate.

Sus impulsores buscaban que pareciera una sesión de investidura, un gran día en el Congreso de los Diputados… pero la moción de censura de Unidos Podemos contra Mariano Rajoy no tuvo nada de imprevisible, al menos en el arranque de la mañana de este martes, ni lo tendrá cuando finalice la votación, previsiblemente mañana. No saldrá adelante y sólo contará con los votos favorables de la formación morada, ERC y EH Bildu. Muchos medios acreditados pero poca expectación entre los informadores, conocedores de lo que allí sucedería. La tribuna de invitados, copada íntegramente por miembros de Podemos, ‘alcaldes del cambio’ y representantes de de Ayuntamiento antes las grandes ausencias (Manuela Carmena y Ada Colau) y ningún apoyo al resto de grupos, a petición propia, para no contribuir al gran día de Pablo Iglesias. “No está previsto que venga nadie”, repiten desde los grupos del PP, PSOE y Ciudadanos.

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