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González se lamentó ante Aguirre del origen de las filtraciones: "La mano de Cristinita"
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nuevas grabaciones del caso lezo

González se lamentó ante Aguirre del origen de las filtraciones: "La mano de Cristinita"

El expresidente madrileño acusó a su sucesora de parte del acoso mediático que sufría. La llama "hija de puta" por quitarle los abogados de la comunidad en el caso del espionaje en Colombia

Foto: Cristina Cifuentes e Ignacio González.
Cristina Cifuentes e Ignacio González.

Ignacio González intentó descubrir quién estaba detrás del acoso mediático que sufría a finales de noviembre del año pasado, cuando varios medios de comunicación retomaron el espinoso tema del espionaje que el expresidente madrileño sufrió en un viaje a Colombia en el verano de 2008. Las conversaciones grabadas a González, incluidas en el sumario del caso Lezo, desvelan una llamada que le hizo Esperanza Aguirre el mismo día que 'El Mundo' publicaba una información titulada "Los detectives que espiaron a González se jactaron de tener pruebas de sus comisiones". Aguirre le preguntó "quién estaba moviendo todo esto", y el que fuera su mano derecha en el Gobierno regional, que ya veía fantasmas por todos lados, dio dos nombres: Villarejo (el polémico comisario) "o puede que llegue de la mano de Cristinita", en clara alusión a su rival política dentro del PP y actual presidenta de la comunidad, Cristina Cifuentes.

Según precisan a El Confidencial fuentes cercanas a la investigación, la conversación entre Aguirre y González tuvo lugar el 21 de noviembre de 2016 al final de la mañana, cuando ambos analizaron la información con la que se habían desayunado, unas grabaciones de los dos detectives imputados entonces en un juzgado de Madrid por realizar el ya famoso seguimiento de González a Cartagena de Indias (Colombia). Uno de ellos le comentaba al otro que aún guardaba, ocho años después, documentación que incriminaba a González en el cobro de comisiones.

González señaló que "no descarta" que Cifuentes estuviera moviendo esa información y le explica a Aguirre que los detectives, al estar imputados y no ser policías, no tenían la obligación de decir la verdad en sede judicial. González da más detalles a Aguirre, y señala que uno de los detectives, el dueño de la agencia Mira, era amigo de Alfredo Prada (ex consejero de Aguirre y compañero de Gobierno de González, que también denunció otro espionaje). "Todo es una mierda de esta [en teoría, en alusión a Cifuentes], con la connivencia de 'El Mundo". El cacao de González en este punto es importante, ya que confunde el nombre de periodistas con medios en los que no trabajan, y a los que llama "hijos de puta" porque también "han estado dando a Lourdes varios días" (se refiere a su esposa, Lourdes Cavero).

Aguirre se muestra interesada en todo momento en conocer quién pudo encargar el espionaje a González en 2008. "Estos señores no lo van a decir. Hay un informe de la policía en el que pone Inmobiliaria Espacio, de Villar Mir, que pagó a estos señores por el espionaje". González va más allá y explica a su interlocutora que Villar Mir ya ha declarado "que las facturas son suyas, pero que se pagó para espiar a Ramón Calderón [expresidente del Real Madrid], no a mí". González señala que la policía sostiene "que en el precio que les pagaron están incluidos los dos espionajes", el suyo y el de Calderón.

La comunidad le ha quitado los abogados

González también informó a Aguirre del momento procesal del caso, que llevaba el juzgado de instrucción número 47 de Madrid. Los detectives habían pedido el archivo a la Audiencia Provincial y él estaba pendiente de recurrir esa petición, "pero como Cifuentes me ha quitado los abogados, ahora estoy en proceso de buscar yo uno, para que le den la venia y que se estudie los ocho años de expedientes". González asegura que por ello "Cifuentes no es ajena a toda esta mierda. Cifuentes no solo me ha quitado los abogados de la comunidad, sino también a los que estaban en el servicio jurídico". Esto fue en noviembre de 2016. Seis meses después, en mayo de 2017, el juzgado decidió archivar el caso del espionaje porque los denunciantes y la Fiscalía renunciaron a formular escrito de acusación. La Comunidad de Madrid alegó que ya no representaba al expresidente madrileño.

Ese 21 de noviembre, antes de hablar con Aguirre, González recibe otra llamada de José Manuel Serra Peris, una de las personas que en 2008 le acompañaron en el viaje a Cartagena de Indias. En esa época, era consejero de la constructora Martinsa, investigada en el mayor pelotazo de la trama Gürtel en Arganda del Rey y que podría estar detrás del ático que González tiene en Estepona. También fue secretario de Estado en los gobiernos de Aznar, consejero de Bankia, de Canal Gestión y la Triple A dominicana, dos filiales del Canal de Isabel II. Hoy está imputado en el caso Lezo.

Ambos, Serra Peris y González, vuelven a hablar de Cifuentes, una obsesión para el exdirigente popular. De todos es conocida la animadversión que se profesan Cifuentes y González, sobre todo después de que la primera fuera la elegida por Mariano Rajoy para liderar la candidatura en 2015 al Gobierno regional, descabezando así a González. Serra Peris le pregunta a González por la famosa grabación que la Cadena SER desveló en 2009 sobre su viaje a Colombia. "¿Tú tienes la solicitud que hizo tu abogado pidiendo que se aportara el audio, y la contestación de ellos diciendo que se había destruido?". A lo que González le contesta: "Es que no tengo nada, porque lo llevaban los abogados de la comunidad, y esta hija de puta [por Cifuentes] me los ha quitado todos".

González prosigue asegurando que no le compensa seguir ejerciendo la acusación: "Si tuviera un abogado y un procurador en la causa, pues podría pedirlo, pero como me lo ha quitado, macho, para qué voy a poner un abogado aquí que me cuesta una pasta que no tengo".

Montar su propio medio

Las grabaciones del sumario del caso Lezo inciden en que Ignacio González estaba obsesionado con el tratamiento que los medios de comunicación hacían de las causas judiciales en las que estaba implicado, y que intentó mover sus hilos para tratar de montar su propio diario. El expresidente de la Comunidad de Madrid confesó a su amigo Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, que ya le había contactado un periodista para crear una cabecera. Para que el proyecto saliera adelante, debía poner 300.000 euros. El diálogo se produjo el 22 de noviembre de 2016. Cerezo llama a González para seguir comentando las noticias que continuaban apareciendo esos días sobre el caso del espionaje. González lamenta que no tenga más eco en los medios y que, a su juicio, durante la instrucción ya quedó demostrado que el espionaje fue pagado por el empresario Juan Miguel Villar Mir a través de una de las empresas de su Grupo OHL, Inmobiliaria Espacio.

Según el sumario de Lezo, es en ese momento cuando el presidente del Atlético de Madrid le sugiere a González que "una solución podría pasar por crear un diario digital que critique a estas personas", en referencia a los periodistas, empresarios, policías y políticos a los que el exdirigente del PP de Madrid acusa de estar filtrando información para intentar destruirle. González no solo acepta el consejo de Cerezo, sino que le reconoce que ya ha recibido una oferta para montar su propio medio de comunicación. En concreto, según las diligencias, el presunto cabecilla de Lezo asegura que "ya se lo habría ofrecido un periodista por 300.000 euros".

El sumario no aclara si finalmente González llegó a un acuerdo para impulsar su digital. Cinco meses después de que esa llamada fuera intervenida, la Guardia Civil lo detuvo en su casa de Aravaca. Los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) tratan de determinar ahora su verdadero patrimonio. Sospechan que utilizó testaferros para ocultar el dinero B que manejaba.

Las 'presiones' a Cifuentes

Las conversaciones intervenidas por la UCO en el caso Lezo también revelan que Cifuentes pudo ser presionada por el director de 'La Razón', Francisco Marhuenda, y el presidente de la compañía, Mauricio Casals, para que el Gobierno regional que ella presidía no denunciara judicialmente a uno de los entonces consejeros del periódico, Edmundo Rodríguez Sobrino, en prisión por ser uno de los cabecillas de la trama. Cifuentes tuvo que declarar como testigo y al final el juez Eloy Velasco decidió archivar esta pequeña pieza del caso porque ella aseguró no sentirse presionada. Lo cierto es que las conversaciones recogen varios insultos y amenazas de Marhuenda y Casals.

Por otra parte, el sumario incluye varios episodios que también demostrarían la capacidad de influencia que González (que dejó la política en junio de 2015) seguía teniendo en el Ejecutivo autonómico que ahora preside Cifuentes. González intentó utilizar su influencia política (estuvo 12 años en las más altas instancias del Gobierno regional) para intentar pedir a determinados cargos públicos favores para empresarios próximos a él. La Guardia Civil añade además en un informe que el expresidente tenía una especie de topo en la comunidad, que le seguía facilitando información. Se trataría de la interventora general, hermana de la que fuera jefa de prensa del PP de Madrid entre 2010 y 2015.

Ignacio González intentó descubrir quién estaba detrás del acoso mediático que sufría a finales de noviembre del año pasado, cuando varios medios de comunicación retomaron el espinoso tema del espionaje que el expresidente madrileño sufrió en un viaje a Colombia en el verano de 2008. Las conversaciones grabadas a González, incluidas en el sumario del caso Lezo, desvelan una llamada que le hizo Esperanza Aguirre el mismo día que 'El Mundo' publicaba una información titulada "Los detectives que espiaron a González se jactaron de tener pruebas de sus comisiones". Aguirre le preguntó "quién estaba moviendo todo esto", y el que fuera su mano derecha en el Gobierno regional, que ya veía fantasmas por todos lados, dio dos nombres: Villarejo (el polémico comisario) "o puede que llegue de la mano de Cristinita", en clara alusión a su rival política dentro del PP y actual presidenta de la comunidad, Cristina Cifuentes.

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