Rajoy cambia de guion tras la vuelta de Sánchez: tira de ministros y se reserva cerrar

Mariano Rajoy pidió hace dos semanas a los ministros que se prepararan para su posible intervención en el debate de la moción de censura presentada por Pablo Iglesias, y en el Grupo Popular dan por hecho que su jefe de filas y presidente del Gobierno también intervendrá en el pleno del día 13 para rematar la faena. Es el nuevo guion del Ejecutivo para afrontar esa sesión parlamentaria elaborado después del regreso de Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE, una reedicción de mandato que conlleva un primer cambio: los socialistas pasan del 'no' a la investidura del líder de Podemos a una abstención que el PP quiere aprovechar.

Los sobreentendidos tácticos frente a Podemos y los acuerdos de respeto institucional en el Congreso alcanzados entre la gestora del PSOE y el Grupo Popular se han terminado con la salida de Antonio Hernando de la portavocía.

El primer capítulo de ese enfrentamiento a cara de perro se dio la pasada semana en la comisión parlamentaria que debe investigar sobre la presunta financiación ilegal del PP. Socialistas, podemitas y riveristas se pusieron de acuerdo en un frente común para convertir la comisión en un tribunal paralelo contra el PP y sobre toda su historia que prolongue además sus trabajos hasta que termine la legislatura.

El PP se ha quedado sin el recurso de Susana Díaz para invitar a los socialistas a ser más 'institucionales' en el acoso a Rajoy

El PSOE se sumó a las peticiones de Podemos y Ciudadanos a las de los grupos de la izquierda. La portavoz socialista, Adriana Lastra, adoptó la doctrina y las expresiones de los de Iglesias sobre la "corrupción estructural" de los populares o la acusación de que se han presentado "dopados" financieramente en todos los comicios desde hace 20 años, con lo que todas sus victorias son cuestionables. El PP se ha quedado sin el recurso de Susana Díaz para invitar a los socialistas a ser más 'institucionales' en el acoso a Rajoy.

Pero el cambio más evidente del nuevo PSOE 'sanchista', según los dirigentes del PP, es su actitud ante la operación de imagen de la moción de censura. Cuando Podemos la presentó, los portavoces de la gestora adelantaron indignados su 'no' a investir presidente del Gobierno a su adversario Pablo Iglesias. Sánchez impondrá al grupo socialista la abstención como inversión de futuro para otra moción propia o posible coalición con los podemitas.

Rajoy se ha quedado sin margen de entendimiento con el PSOE para táctica alguna de ninguneo pactado contra Iglesias. El plan original del PP era dar el mínimo protagonismo al aspirante de Podemos, pero desde que Sánchez retomó el control de la sede de Ferraz el guion para el debate empezó a cambiar.

En fuentes gubernamentales reconocen que todos los ministros tienen instrucciones desde hace dos semanas para que tengan preparado un discurso de defensa de su gestión por si en el desarrollo de la sesión parlamentaria conviene que intervengan, como ya ocurrió en las mociones de censura precedentes, las dirigidas contra Adolfo Suárez y Felipe González.

El Ejecutivo también podría decantarse por pedir la palabra para que fuera la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien hiciera, como coordinadora del gabinete, una defensa más global de la labor del Gobierno; o más bien una descalificación de fondo del programa que presentará Iglesias. De hecho, lo que se debate y vota en la moción de censura es el proyecto de Podemos para gobernar España y a su candidato a la Presidencia.

En el Grupo Popular dan ahora por hecho que Rajoy querrá intervenir en el pleno y que es probable que al final lo haga. No para dar mayor relieve al afán de Iglesias por erigirse en alternativa de gobierno ni para caer en un 'mano a mano', pero sí para 'rematar' la faena del 'no' a Iglesias que Sánchez no se puede permitir. El grueso de las réplicas del PP a Iglesias correrá a cargo del portavoz titular, Rafael Hernando, de reconocida contundencia dialéctica.