El Gobierno ve ambiente de preparativos electorales en las 'cumbres' de Puigdemont

El Gobierno ve "clima preelectoral" en las reuniones de Carles Puigdemont con los partidos independentistas y los antisistema de la CUP que le sostienen en el poder con el fin de seguir anunciando su referéndum de secesión de Cataluña. Sin salirse del guion de respuesta al desafío del presidente de la Generalitat y sus socios de ERC, el Ejecutivo mantiene los calificativos más claros de las últimas semanas para referirse al "golpe de Estado", pero evita detallar cuáles serán sus medidas para evitar que se ponga en marcha o triunfe.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se adelantó a la reunión de Puigdemont y sus aliados para insistir desde La Moncloa en que el referéndum de autodeterminación es "innegociable", que donde el presidente del ejecutivo autonómico debe explicarse es en el Congreso, sede de la soberanía nacional, y que en la ley se cumplirá en cualquier caso en Cataluña.

Entre los compromisos del presidente de la Generalitat con la CUP, la división de los aliados de Pablo Iglesias en Cataluña y la grandilocuencia de las puestas en escena de los partidos independentistas, en el Gobierno reiteran que ven ambiente de preparativos preelectorales en esos mismos movimientos de un bloque de formaciones nacionalistas y secesionistas con algunas grietas evidentes.

La mejor noticia que recibió el Ejecutivo ante el reto secesionista en la jornada de ayer fue la llamada de Pedro Sánchez para confirmar en público, y en privado a Rajoy, que el reelegido secretario general del PSOE mantiene la posición tradicional de su partido en defensa del marco constitucional y en contra del referéndum separatista. Con ese dato, Santamaría pudo destacar que la réplica del presidente del Gobierno a Puigdemont ha estado y está consensuada con todos los partidos constitucionalistas, el socialista y Ciudadanos, además de con el PP.

La teoría del Ejecutivo es que el presidente de la Generalitat cae ya en "el anuncio del anuncio" e intenta instrumentalizar un proceso que no tiene más salida que unos comicios. Su vicepresidenta cree que la estrategia de Puigdemont es buscar siempre la reacción de todos los demás a sus iniciativas "para tratar de alimentar un victimismo que ya no cuela".

Todos los miembros del Gobierno eluden citar siquiera los recursos legales o los planes que tiene para frenar "el golpe" secesionista en Cataluña, tanto la intervención de las competencias del Gobierno autonómico por la vía del artículo 155 de la Constitución o la aplicación de la ley de seguridad nacional para dar órdenes directas a los funcionarios de la Generalitat que fue aprobada en la última legislatura útil con los votos del PP y del PSOE.