Rajoy negocia con los barones del PSOE ante los Presupuestos de 2018 pese a Sánchez

Pedro Sánchez ha logrado volver a la Secretaría General del PSOE, pero tiene muy complicado repetir el bloqueo institucional al que se aplicó en el pasado, desde que perdió las elecciones de 2015 y 2016 hasta que le hicieron dimitir del cargo hace 8 meses para que pudiera arrancar la legislatura. El Gobierno mantiene negociaciones con los siete presidentes socialistas de ejecutivos regionales para pactar un nuevo modelo de financiación autonómica antes de que acabe el año y que debe entrar en vigor en enero de 2018 con los Presupuestos de ese ejercicio. Y si vuele la parálisis no habrá ni cuentas ni nuevo modelo.

Además, el Ejecutivo repetirá en junio la oferta de pacto general a todos los grupos (y primero al PSOE) para fijar el techo de gasto, el objetivo de déficit, las líneas generales de las cuentas del Estado, los aumentos de plantillas y el incremento de fondos para Sanidad y Educación que administran las Autonomías. Es el mismo procedimiento que aplicó en enero pasado hasta lograr que los socialistas respaldaran en el Congreso ese primer trámite de los Presupuestos de 2017, gracias también a la cesión en el aumento del salario mínimo y nuevas subidas de impuestos. El PSOE, sin Sánchez, no se abstuvo entonces: votó a favor junto con el PP, Ciudadanos, el PNV y CC sin importarle tener enfrente a Podemos y los partidos independentistas.

Las cuentas del Estado que el Congreso aprobará la próxima semana incluyen casi 5.300 millones de financiación adicional sobre el ejercicio anterior para las prestaciones que administran los barones autonómicos de todos los partidos, incluidos los socialistas: Susana Díaz, Javier Fernández, Guillermo Fernández Vara, Emiliano García-Page, Javier Lambán, Ximo Puig y Francina Armengol.

El Gobierno repetirá en junio la oferta de pacto para fijar el techo de gasto, el objetivo de déficit o las líneas generales de las cuentas del Estado

La gestora 'tramitó' las aspiraciones de sus jefes regionales, aunque cumplió luego con su papel de oposición al presentar una enmienda a la totalidad del texto que incluía esas partidas confiando, eso sí, en que el PNV y los diputados canarios se sumaran al PP y a Ciudadanos para salvar al final las cuentas del Estado.

El regreso de Sánchez puede cambiar el guion de los socialistas ante los pilares del próximo proyecto de Presupuestos que tendrán que aprobar el Gobierno este mes de junio, pero no el del Ejecutivo. Su portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, confirmó que será una de las primeras cuestiones que Rajoy planteará al nuevo PSOE sanchista, igual que a los demás grupos parlamentarios.

Al mismo tiempo, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tutelan las reuniones de los expertos designados por cada Autonomía para reformar el sistema de financiación con el compromiso de cerrar un acuerdo a final de año y que se empiece a aplicar en enero de 2018 con los nuevos Presupuestos.

Una nueva parálisis legislativa forzada por Sánchez supondría la prórroga de los Presupuestos y que los barones socialistas se tuvieran que conformar con el actual modelo de reparto de fondos del que abominan unos, como Ximo Puig, más que otros. Sin los votos del PSOE ni los del PP no podrá reformarse nada al requerir un mínimo de 176 diputados a favor de la ley orgánica correspondiente. El PNV, con régimen aparte en el País Vasco, se queda al margen y Ciudadanos tiene la particularidad de no estar en ningún gobierno regional.

Los inevitables pactos entre populares y socialistas se cruzarán con la crisis interna en la dirección nacional del PSOE desde que se cierre el congreso federal. Aunque Sánchez se imponga por goleada, los barones negociarán con el Gobierno por su cuenta, guiados por el interés institucional de las administraciones que controlan y al margen de los objetivos personales del nuevo líder de su partido.