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El PSOE elige líder en unas primarias inciertas y con riesgo de autodestrucción
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la lucha del 39º congreso federal

El PSOE elige líder en unas primarias inciertas y con riesgo de autodestrucción

Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López se ponen en manos de los 187.949 militantes del partido en una contienda que ha concluido como un duelo a muerte entre dos modelos opuestos

Foto: Pedro Sánchez, este 20 de mayo, saludado por simpatizantes a su llegada al cierre de campaña en el parque de Berlín de Madrid. (EFE)
Pedro Sánchez, este 20 de mayo, saludado por simpatizantes a su llegada al cierre de campaña en el parque de Berlín de Madrid. (EFE)

Tres, dos, uno… el PSOE, al borde de la autodestrucción. O eso temen muchos. Los socialistas se juegan este domingo su futuro después de tres años de tensiones internas y derrotas electorales en los que no han sabido combatir con acierto la aparición de nuevos partidos a la izquierda, Podemos, y a la derecha, Ciudadanos. Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López aspiran a ponerse al frente de un barco que no escapa a la deriva de la socialdemocracia en todo el arco europeo, sin recetas infalibles para garantizar que el PSOE vuelve a ser el partido mayoritario de la izquierda española y una alternativa de Gobierno.


El desarrollo de estas primarias ha evidenciado un PSOE roto en dos mitades. Una fractura que para muchos será irrecuperable y que los candidatos insisten en que sí tiene sutura. Todos prometen generosidad e integrar pero a nadie se le escapa que la reconciliación de Díaz y Sánchez, dos personajes que se detestan y no se molestan en esconderlo, suena imposible. Que compartan ejecutiva, más. El resultado es incierto y se conocerá al filo de esta medianoche. 187.949 militantes están convocados a las urnas en 2.907 centros de votación. Ellos decidirán, en voto secreto en urna y en cabina, quién debe asumir el reto de salvar las siglas socialistas en el que, muchos coinciden, es el peor momento de su historia.

Ni Sánchez ni Díaz son capaces de compartir ni el relato de lo que pasó ni el diagnóstico de por qué el PSOE está así. Ni las recetas para la remontada

Las primarias han sido largas. Demasiado, admiten algunos socialistas. Meses de enfrentamiento. Las redes sociales han multiplicado la resonancia de los insultos entre los bandos socialistas. Nadie ha quedado a salvo. Hasta la figura de Felipe González, que antes era Dios en el PSOE, ha sido cuestionada. El negro comité federal del 1 de octubre, que acabó con la dimisión de Pedro Sánchez tras una jornada guerracivilista en la sala Ramón Rubial, se ha revivido con dolor y rencor por todas las partes. Los dos rivales con más posibilidades de llegar a la Secretaría General no son capaces de compartir mínimamente ni el relato de lo que pasó ni el diagnóstico de por qué el PSOE ha llegado a este punto. Ni siquiera las recetas para la remontada electoral.

Muchos meses de enfrentamiento

El primero en lanzarse a la carrera fue Patxi López, que sorprendió a todos y encabezó una fuga de afines de Sánchez, muy dolorosa para el ex secretario general. Cuando el exlendakari dio el paso, muchos creían que el anterior líder, del que decían que estaba en el diván y muy deprimido, quedaba fuera de juego. Se equivocaron. Otros vieron en el movimiento del expresidente del Congreso una maniobra clara para dividir el voto del ‘no es no’ y allanar así el camino a Díaz. Hoy esa bolsa de militantes de Patxi, si deciden abandonar al vasco y acudir al voto útil con Sánchez o Díaz, puede inclinar la balanza.

Dos semanas más tarde, finales de enero, Pedro Sánchez eligió Dos Hermanas para anunciarse como candidato en unas primarias que desde el primer minuto vendió como un plebiscito entre el pasado y el futuro. “No soy el mismo que hace tres años, tengo más experiencia y más ganas”, dijo. Su relato estaba claro y había arraigado en buena parte de la militancia en los meses que había dejado pasar la gestora para enfriar los ánimos. Una estrategia de dilación que puede que se vuelva en su contra. Sánchez renacía como víctima, como el candidato de la militancia frente a las élites del partido, a la izquierda… Se presentaba como "derrocado" por los dirigentes territoriales y los referentes del partido para abstenerse y dar el Gobierno al PP de Mariano Rajoy. El “pésimo error” y el eje de su campaña.

Sánchez se lanzó a la carrera planteando un plebiscito entre pasado y futuro mientras que Díaz apeló al PSOE de siempre para volver a ganar

Habría que esperar aún dos meses para que Susana Díaz confirmara oficialmente lo que era un secreto a voces y que llevaba más de un año confesando en reuniones privadas que primero arrancaron en la capital de España y luego se fueron extendiendo a todo el territorio. A la tercera fue la vencida y no se lanzó al vacío. Llevaba meses de mucho “socialismo gastronómico”, como admite en broma, de cenas, reuniones, encuentros… Su acto de presentación exhibió su fortaleza. Rodeada de todos los referentes del socialismo, con todos los secretarios generales del partido, excepto Joaquín Almunia, y los expresidentes. Lanzó un reto: “Recuperar el PSOE de siempre”. Su campaña ha reivindicado su liderazgo, su amor al partido y su capacidad acreditada de ganar elecciones al PP y a Podemos. Su objetivo declarado es llevar al PSOE de nuevo a La Moncloa.

Los socialistas, muy divididos, eligen nuevo líder este domingo

El 'shock' de los avales

Díaz se lanzó a la carrera con el marchamo de favorita. El primer punto de inflexión de la campaña de las primarias llegó a comienzos de mayo con la entrega de los avales. Contra pronóstico, Sánchez logró quedarse a 6.539 avales cuando las previsiones de los susanistas eran doblar en apoyos a su principal rival. La marca histórica de Díaz (63.500 firmas entregadas, 60.231 validadas) quedó diluida y se confirmó que había partido. La disputa por la Secretaría General estaba mucho más reñida y abierta de lo que podía parecer. Fue el gran punto de inflexión y abrió una segunda parte de la campaña todavía más despiadada, más bronca, más sucia, donde el traje que cada candidato ha hecho a su adversario es demoledor.

Los susanistas se temen que Sánchez pueda no aceptar el resultado si la victoria es ajustada. El exlíder siempre ha reclamado "lealtad" al ganador

Ahora los susanistas, tras unos días adueñados muchos de ellos por el pánico, creen que han remontado el vuelo y la victoria, aunque ajustada, es segura, pero se malician sin embargo que el exlíder no la acepte si es ajustada. Temen esa reacción por las repetidas críticas a la actuación de la gestora de Javier Fernández. Pero el madrileño ha recalcado que exigirá "lealtad" al partido si vence él igual que se la exigirá a sí mismo si es derrotado.

Sánchez retrata a Díaz a la derecha del partido, sus partidarios han llamado a la gestora “mafia” y “golpista”. Critica que los referentes históricos, los expresidentes, tengan un sentimiento patrimonialista. Insiste en sus dos derrotas electorales en generales, con los peores resultados del PSOE en su historia, como un triunfo por frenar el ‘sorpasso’ de Podemos y mantener el liderazgo de la izquierda. Rectificó su proyecto político para dejar de defender que había que ir “codo a codo” con Pablo Iglesias y marcar distancias con la formación morada. Otro de los puntos más criticados de su programa es su apuesta por un Estado plurinacional y la etiqueta de Cataluña como “nación cultural”.

Cada uno de los aspirantes ha hecho un traje a su rival sin condescendencia, erigiéndose cada uno como el único capaz de salvar al PSOE

Díaz presentó su programa, tras semanas asegurando que no habría más que propuestas, en el tiempo de descuento, hace solo cuatro días. Los cambios para reaccionar ante la debilidades que iban subrayándose en su campaña han dado también cierta imagen de improvisación, de nervios. La presidenta de Andalucía, que piensa seguir en su cargo hasta que Rajoy convoque elecciones, insiste en la imagen de Sánchez como un líder errático, sin convicciones, voluble y enfatiza sus derrotas electorales. Ella aseguró en el debate, el otro gran momento de la campaña, que si no remonta los resultados en las urnas se irá sin hacer ruido. “Pedro es una construcción”, afirman sus adversarios. Hay mucho exdirigente muy alarmado, avisando de que si no gana Díaz el PSOE caminará al abismo y desaparecerá a manos de Podemos. Como remate, el partido de Iglesias improvisó una moción de censura contra Rajoy como intento de interferir en las primarias, coincidieron todos los socialistas.

Los militantes del PSOE exigen unidad y lealtad después de las primarias

En mitad de esta campaña tan polarizada y cruel Patxi López ha hecho de ‘Pepito Grillo’, advirtiendo del peligro del suicidio, llamando al orden y a la calma. Su tono ha sido el más constructivo. “Quien creyera que iba a abandonar no me conoce”, señala el exlendakari, que se siente ganador moral de estas primarias. Su gran acierto fue ganar el debate. Ha rechazado con indignación la oferta pública de integración del ex secretario general, pese a la fuga de apoyos, y quienes conocen el PSOE creen que sus 10.866 avales pueden traducirse en voto útil, dividiéndose a favor de Díaz o Sánchez según el territorio. Hay apuestas para todos los gustos. Díaz y Sánchez se muestran rotundamente convencidos de sus respectivas victorias. En las filas de López la mayoría cree que gana la andaluza.

Patxi López pide el voto de los "socialistas resistentes" para "salvar" PSOE

Los números de una jornada histórica

Este 21 de mayo será largo. Pone el punto y seguido de una contienda fratricida y muy tensa, porque la tarea de reconstrucción posterior del PSOE no será fácil ni rápida. Estos son algunos números de una jornada decisiva

-187.949 militantes del PSOE, PSC y las respectivas organizaciones juveniles (JSE y JSC) llamados a las urnas. La federación más potente es Andalucía, con 45.848 afiliados (el 24,39% del total), seguida de Valencia (17.173), el PSC (14.615) y Madrid (14.323). 

-Están habilitados 2.907 centros de votación en la Península, las islas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, 64 de ellos destinados a la votación de los afiliados directos (los que se inscriben en la web). Habrá otros seis 'colegios electorales' en Europa y otros 11 en América. 

-Están desplegadas 5.000 urnas de cartón. Hay repartidas 1.100.000 papeletas de color sepia (300.000 de cada candidato y 200.000 de voto en blanco); 250.000 sobres; 10.000 guías de votación y 31.979 actas. Las agrupaciones están obligadas a habilitar una cabina o una habitación separada para garantizar el ejercicio secreto del voto. Los militantes deben identificarse ante su mesa electoral con el DNI, pasaporte, carné de conducir o NIF. 

-Los centros de votación estarán abiertos de 10 de la mañana a las ocho de la tarde (salvo en Canarias y América, donde cerrarán a las 21, hora peninsular), aunque las agrupaciones de menos de 100 afiliados pueden reducir el horario, hasta un mínimo de cuatro horas. Los primeros datos del escrutinio se conocerán a las nueve de la noche, y el recuento provisional completo, sobre las 23:30

-En la logística del proceso participan 12.000 personas, sin incluir los interventores y apoderados designados por cada candidatura. 

-Están acreditados unos 200 profesionales de 80 medios nacionales e internacionales para cubrir la jornada de primarias en Ferraz, la sede federal.

Tres, dos, uno… el PSOE, al borde de la autodestrucción. O eso temen muchos. Los socialistas se juegan este domingo su futuro después de tres años de tensiones internas y derrotas electorales en los que no han sabido combatir con acierto la aparición de nuevos partidos a la izquierda, Podemos, y a la derecha, Ciudadanos. Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López aspiran a ponerse al frente de un barco que no escapa a la deriva de la socialdemocracia en todo el arco europeo, sin recetas infalibles para garantizar que el PSOE vuelve a ser el partido mayoritario de la izquierda española y una alternativa de Gobierno.

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