Es noticia
A la espera del email 'clave' que alertó del atentado en la embajada de Kabul
  1. España
LA AUDIENCIA NACIONAL PIDE EL CORREO A FRANCIA

A la espera del email 'clave' que alertó del atentado en la embajada de Kabul

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz quiere conocer el contenido de una comunicación que avisaba de un ataque inminente

Foto: Atentado con bomba en Kabul. (EFE)
Atentado con bomba en Kabul. (EFE)

La investigación sobre lo sucedido en las horas previas al atentado contra la embajada española en Kabul se encuentra a la espera de una prueba que puede resultar determinante para aclarar la responsabilidad de los máximos representantes de la sede diplomática en el ataque yihadista cometido el 11 de diciembre de 2015 y en el que murieron dos policías.

El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz, que investiga la posible comisión de delitos de homicidio imprudente, ha solicitado a Francia que le remita un correo electrónico en el que se avisaba, horas antes del atentado, de una posible acción terrorista contra intereses españoles. La comunicación pasó desapercibida para la persona que se encontraba entonces al frente de la legación, el segundo del embajador, Oriol Solá.

El magistrado ha reclamado al Ministerio de Asuntos Exteriores galo que le envíe este aviso que, según explican a El Confidencial fuentes jurídicas, se produjo en dos fases. En un primer momento, el agregado de Defensa francés colgó la advertencia en un chat que compartían personas de distintos países con representación diplomática en Afganistán.

El miembro español de ese grupo de comunicaciones móviles remitió la alerta por correo electrónico a Solá que, según declaró ante la fiscal Dolores Delgado, no lo vió a tiempo. Explicó durante el interrogatorio que el email fue enviado un viernes, día festivo en los países musulmanes en el que la embajada se encontraba cerrada. Aquel día no accedió al despacho donde se encontraba el ordenador que centralizaba sus mensajes. Por motivos de seguridad, estas comunicaciones no están vinculadas a teléfonos móviles y solo pueden leerse en el dispositivo informático central, explicó entonces.

Pedraz no solo quiere comprobar el contenido de este correo. También reclama al departamento de Exteriores francés los datos técnicos de este mensaje, la hora de recepción y la de envío.

El segundo de la embajada especificó en su declaración como testigo que los acontecimientos desencadenados solo dos horas después de que se enviara este mensaje provocaron que no lo detectara hasta meses más tarde. El aviso era explícito y en él se alertaba de que los servicios franceses tenían conocimiento de un ataque inminente. Su lectura hubiera desencadenado la inmediata puesta en marcha del plan de emergencia que, según opinan fuentes fiscales, hubiera evitado el atentado. Solá se quejó también de que nadie le dio aviso telefónico sobre la comunicación. "Nadie me contó nada de esto", lamentó durante su declaración.

La causa sobre el ataque yihadista, ahora desgajada en dos piezas, se abrió tras la denuncia presentada por los familiares de los agentes destinados en la sede diplomática. Las instalaciones de la embajada, con garitas de paja, ventanas de plástico y puertas de madera, no eran las adecuadas para el elevado y evidente riesgo de la zona donde se encuentra situada.

El email que reclama Pedraz hubiera propiciado la puesta en marcha de un protocolo por el que se hubiera prohibido la circulación de vehículos

El peligro se agrava porque el edificio está emplazado fuera del perímetro de seguridad, en un barrio "rodeado de casas de militares y de señores de la guerra". Curiosamente, el domicilio del embajador –que estaba de vacaciones el día que se produjo el atentado– sí se ubica en la conocida como 'zona verde'. La sede española carecía, según las familias de los fallecidos y heridos, del más mínimo control del riesgo y se permitía "el trasiego de mercaderes" que paseaban por la legación ofreciendo productos como joyas y alfombras.

Plan de emergencia

El email que reclama ahora Pedraz hubiera propiciado la puesta en marcha de un protocolo automático por el que se hubiera prohibido la circulación de vehículos en las calles adyacentes a la embajada. Los talibanes usaron un coche-bomba para abrir la primera brecha el día del atentado. Se colaron por el hueco provocado por la explosión y empezaron a disparar contra los que se encontraban en el interior, alcanzando a los policías Isidro Gabino Sanmartín y Jorge García Tudela, que murieron junto a 10 afganos miembros del personal de seguridad. Además, otros siete agentes resultaron heridos en las horas que siguieron, hasta que los terroristas fueron abatidos al amanecer por fuerzas norteamericanas.

La investigación sobre lo sucedido en las horas previas al atentado contra la embajada española en Kabul se encuentra a la espera de una prueba que puede resultar determinante para aclarar la responsabilidad de los máximos representantes de la sede diplomática en el ataque yihadista cometido el 11 de diciembre de 2015 y en el que murieron dos policías.

Santiago Pedraz Embajadas Terrorismo Afganistán
El redactor recomienda