Moix sale indemne tras su semana más negra

El fiscal jefe Anticorrupción Manuel Moix ha logrado salir indemne tras una temporada negra en la que se ha convertido en el centro de una agria pelea por el control de su departamento. Designado a finales del pasado mes de febrero, el nuevo responsable ha protagonizado una serie de polémicas encadenadas que se han sucedido a lo largo de varias semanas, convirtiendo su estreno en el más agitado desde los inicios en 1995 de esta sección especializada en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado.

El Consejo Fiscal rechazó este jueves apoyar la petición de tres de sus integrantes, miembros de la progresista UPF, que defendían la necesidad de reclamar al fiscal general del Estado su cese. La iniciativa fue descartada por una mayoría de nueve votos, entre ellos los de la conservadora Asociación de Fiscales y el del propio Maza. El debate se prolongó durante cinco horas y generó un cruce de notas de prensa con un denominador común, la defensa del trabajo de los miembros de la Fiscalía y su necesaria desvinculación de luchas partidistas.

La UPF difundió en un comunicado los motivos de su petición de cese, que sustenta, entre otros, en una conversación en la que el principal imputado de Lezo, Ignacio González, comentaba con el ministro Zaplana las posibilidades de Moix para encabezar el departamento.

El órgano consultivo respaldó a Moix en dos asuntos esenciales. Dijo no a promover su cese y denegó el amparo que habían solicitado los fiscales José Grinda, Juan José Rosa y Fernando Bermejo ante la tramitación de una denuncia presentada en su contra por un imputado en el caso Emperador. Hubo, no obstante, un punto en el que la pugna quedó en tablas.

En una concesión al sector crítico, Maza dejó en suspenso la salida del caso del 3% de CDC de los dos fiscales hasta ahora asignados a esta causa, José Grinda y Fernando Bermejo, que seguirán investigando el caso por el momento.

Para localizar el detonante de la pelea hay que remontarse al 18 de abril, día en el que se desencadenó la operación Lezo. Las discrepancias sobre la forma de abordar el operativo y, en concreto, sobre uno de los registros vinculados a la trama provocaron el primer enfrentamiento. Ya se había producido con antelación una discusión sobre la necesidad de prorrogar las escuchas al expresidente de la Comunidad de Madrid.

Diferencias de criterio

Las diferencias irreconciliables de criterio entre los fiscales Carmen García Cerdá y Carlos Yáñez y su jefe provocaron que el asunto se elevara a una junta en que la casi totalidad de miembros de la casa se posicionaron del lado de sus dos compañeros. Moix rectificó y accedió a autorizar las entradas cuestionadas. Fin del primer episodio.

Pocos días después vino el segundo sobresalto. La nueva jefatura de Anticorrupción anunciaba la retirada de uno de sus casos estrella en Cataluña de los dos encargados de la causa. Grinda y Bermejo quedaban apartados por "motivos territoriales" y serían sustituidos por dos personas con residencia en el lugar donde se instruye el procedimiento, a cargo del juez número 1 de El Vendrell.

El tercer capítulo concernía al fiscal Yáñez después de que trascendiera que había ofrecido retirarse de Lezo si existía pérdida de confianza en su gestión. Este asunto ha quedado solventado a su regreso de un permiso, tras el que Moix le ha comunicado que sigue contando con él y tiene su respaldo, han informado a El Confidencial fuentes fiscales.

Aún quedaba un cuarto suceso. El departamento que dirige Moix ha remitido a la Fiscalía catalana una denuncia presentada por el empresario Rafael Pallardó, que acusa a los fiscales Fernando Bermejo, José Grinda y Juan José Rosa de coacciones durante un encuentro celebrado en Barcelona para recabar datos sobre el caso Pujol. Los tres fiscales pidieron sin éxito amparo al Consejo Fiscal.