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En Milanuncios o en un asilo para indigentes: así se encuentra un testaferro en España
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En Milanuncios o en un asilo para indigentes: así se encuentra un testaferro en España

Los 'prestanombre' o 'hombres de paja' son figuras fundamentales para quien quiera ocultar el verdadero dueño de una sociedad, sea para negocios legales o poco lícitos

Foto:  Montaje: El Confidencial.
Montaje: El Confidencial.

José María V.M. ha sido administrador de 68 empresas españolas mientras vivía en un albergue de indigentes de Valencia. En más de una ocasión se ha presentado ante un notario y en oficinas bancarias para permitir que otra persona controlara a distancia la actividad de una sociedad pantalla utilizada en un esquema de fraude de IVA.

El suyo es un empleo de alto riesgo. El peligro no reside en las tareas que tiene que realizar, que rara vez van más allá firmar un papel y no hacer preguntas. El riesgo está en las consecuencias. Acabar ante el juez junto a Iñaki Urdangarín, pasar a formar parte de una trama internacional dedicada al blanqueo de capitales o recibir amenazas son los peligros a los que un testaferro puede acabar enfrentándose.

El trabajo consiste en ser el hombre de paja que se pone al frente de una empresa para ocultar a su verdadero dueño. No consta en las estadísticas oficiales, pero en el registro mercantil español hay 410 personas físicas que tienen más de 100 cargos en sociedades anónimas o limitadas, según se desprende del análisis que El Confidencial ha realizado a partir de los datos de Libreborme, una versión accesible de dicho registro.

Los testaferros de la trama era indigentes y marginales, que por pequeñas cantidades de dinero ocultaban a los auténticos agentes del engaño

Algunos de estos nombres son los de gerentes de empresas que se dedican a crear sociedades de forma legal y a petición de los mejores bufetes de abogados de España, un trabajo perfectamente regulado. Menos transparente es la actividad de quienes quieren venderlas, a menudo incluso a través de conocidas páginas de anuncios, y utilizarlas para ocultar algo ilegal o ilícito. En el listado elaborado por este diario aparecen personas acusadas de haber facilitado empresas -sin saberlo, aseguran- tanto a hombres de negocios implicados en la trama Gürtel como a Mario Conde. Algunos, incluso, acaban de ser condenados a penas de cárcel.

Los testaferros del rey de las sociedades

El caso de Jose María ha sido descubierto tras años de investigación. Formaba parte de una red cuyos verdaderos beneficiarios han sido condenados a prisión por cometer delitos de fraude tributario, asociación ilícita y falsedades en documentos públicos y mercantiles, según un auto de la Audiencia Nacional de marzo de este año.

José María no sabía para qué se usaba la sociedad a su nombre -y así lo ha corroborado un juez-. Trabajaba para Ramón Cerdá Sanjuán, el hombre que ha registrado más empresas que nadie en el Registro Mercantil español. Más de 14.000, según su propia versión. Abogado y autor de novelas, ha sido bautizado como ‘el Mossack Fonseca español’. Con su despacho de abogados al descubierto gracias a los Papeles de Panamá, tiene en común el modus operandi: crea una sociedad y la vende. Para qué la usarán sus clientes ya no es asunto suyo. Según la Audiencia Nacional, ha sido cooperante necesario en un esquema de fraude.

La clave de un buen testaferro es que no sepa lo que está firmando y que tampoco le importe; que se limite a ingresar el dinero y a no hacer preguntas. Solo así podrá mantener el silencio ante las presiones de la policía cuando la investigación demande conocer quién es el verdadero beneficiario de una sociedad que mueve millones de euros sin pasar por el fisco.

Se trata de características que no están al alcance de cualquiera, porque si el testaferro tiene información y decide hablar, "jode la marrana", como dijo el mismo Cerdá Sanjuán en una conversación intervenida por la policía. Así hablaba con su socio: "Hay movida gorda. El que figura como administrador mañana tiene que ir a la policía y está jodiendo la marrana. A mí me acaba de llamar la persona que me pasó a este hombre, dice que él puede pararle los pies antes de que nos entierre a todos. Habría de ver de darle algo, alguna pequeña cantidad (...). Y el tío se encarga de que se calle la boca".

La investigación que condujo a su condena ha destapado la red de testaferros con la que este empresario estaba acostumbrado a trabajar. Eran siempre del mismo patrón: "O personas a las que suplantaba la identidad de otras ante notario, o indigentes y marginales, que por pequeñas cantidades de dinero aceptaban asumir el riesgo de la responsabilidad y ocultar a los auténticos agentes del engaño". Contactado por este diario, Cerdá prefirió no comentar los hechos.

Testaferros y VIP

Uno de los riesgos a los que se somete cualquier testaferro es el de ver su nombre en toda la prensa nacional. Es lo que le pasó a Luis Miguel Triguero quien registró Black Royal Oak y Sistemas Globals Corporativos, dos sociedades consideradas "piezas fundamentales" en el entramado que el exbanquero Mario Conde, condenado a prisión por blanqueo y delitos fiscales, utilizaba para lavar dinero repatriado desde el extranjero.

El historial de Triguero, que lleva décadas creando sociedades desde su despacho de Madrid, no acaba con su aventura de la mano del que fue presidente de Banesto. En el sector admiten que si eres administrador de 1.120 sociedades, como es su caso, es normal que alguna "acabe saliendo rana". A Triguero se le formó un estanque cuando varias de sus sociedades acabaron en el sumario de la Trama Gürtel. Fueron utilizadas por Jacobo Gordon, imputado en la trama e íntimo amigo de Alejandro Agag. Luís Bárcenas, extesorero del PP, llegó a mencionar el nombre de Triguero entre los posibles destinatarios del famoso apodo "Luis el Cabrón", nombre que aparece en la contabilidad B de Francisco Correa como perceptor de más de 70.000 euros en 2007.

El caso del Canal de Isabel II ha sido otra maraña societaria que no habría sido posible sin la intermediación de varios testaferros. En la red de mercantiles de Ignacio González y su hermano se ha llegado al extremo de que uno de los prestanombres había fallecido a finales de 2013.

Administradores en Milanuncios

El problema legal no consiste en crear sociedades en sí o venderlas. Se complica al hacerlo con sociedades que estén activas y que lleven asociado un administrador. Es por este tipo de trucos que la policía empezó a seguir el rastro de Cerdá. Una búsqueda en internet confirma que no solo es una práctica habitual, sino también una forma sencilla de cobrar dinero rápido y fácil para los que ofrecen el servicio.

Tecleando "administrador" y "empresa", el buscador del portal Milanuncios devuelve decenas de resultados: "Vendo SL con propietario". "Me ofrezco como administrador para tu empresa". “Si quieres montar una sociedad, nosotros te ponemos un administrador". "Se ofrece administrador para sociedad mercantil".

Tras algunas llamadas a números inactivos, Ignacio contesta a este periódico y explica que por aparecer como administrador único de una Sociedad Limitada cobra unos 400 euros al mes. Por esa suma, aparece como administrador y hace las funciones burocráticas: "La gestión directa, tanto financiera como comercial, la realizaría la persona que indique mi cliente". No quiere saber nada de la sociedad y le basta una conversación por teléfono para comprometerse a cerrar todo.

También Juan ofrece sociedades en Milanuncios. En la web asegura que las vende con administrador incluido pero, una vez al teléfono, asegura que de eso nada, que simplemente se dedica a vender sociedades inactivas. Está jubilado, tiene 74 años, y tras trabajar toda la vida en el sector mercantil lo ve como una alternativa más para redondear su sueldo a final de mes. La mayoría de personas que se ponen en contacto con él son por "esconder algo a un marido o a una mujer tras un divorcio" o incluso "para que los vecinos no se enteren de que Fulano ha comprado otro piso en el mismo edificio", explica.

Cuando pinta mal

Donde pueden saltar las alarmas es en el despacho de un notario. Los fedatarios públicos están obligados a avisar a las autoridades si su cliente incurre en algunas de las prácticas de riesgo indicadas por el Servicio de Blanqueo y Prevención de Capitales del Banco de España, el SEPBLAC. "Si alguien tiene muchos fondos en metálico, sociedades de jurisdicciones sospechosas o presenta como administrador a una persona de un nivel formativo claramente bajo, tenemos que reportarlo", explica un notario de Madrid que prefiere permanecer anónimo. "Pero es cierto que somos una oficina pública y si el cliente cumple los requisitos y tiene conocimiento libre e informado de lo que lo que firma, hay poco que podamos hacer", añade.

La fuente pone un ejemplo práctico. Un exgeneral ruso se presentó en su despacho con la intención mover más de 7 millones de euros para comprar un piso en el Sur de España. Los certificados bancarios estaban en regla y estaban expedidos por bancos homologados en España: el dinero era legítimo y el notario sólo pudo dar el visto bueno.

Los despachos que crean sociedades y no han tenido nunca problemas en España se cuentan con los dedos de una mano. Uno de ellos es el de Rosa María Gorgues, que tras veinte años en el sector se ha ganado la confianza de los mayores despachos de abogados del país. Lo único que necesita es su casa, dos socios, un teléfono y un ordenador. Y echarle muchas horas. "Un bufete normal tardaría varias semanas en crear una sociedad. Nosotros tenemos ‘neveras’ de compañías ya hechas de las que el cliente puede elegir". Todas las sociedades están inactivas y ella y sus socios ya no tienen nada que ver con las mismas una vez vendidas.

Han tenido que explicarlo en más de una ocasión ante un juez que quería conocer su papel en alguna compañía utilizada con fines ilícitos. Las fechas de traspaso -en la que la compañía pasaba a nombre de otra persona- le han dado siempre la razón. Incluso cuando, pocas horas después de vender una S.L. a un hombre de negocios argentino de viaje a Barcelona, el abogado de éste la llamó para deshacer todo. El empresario acababa de fallecer en una habitación de hotel de la Ciudad Condal, pero la sociedad se quedó a su nombre.

José María V.M. ha sido administrador de 68 empresas españolas mientras vivía en un albergue de indigentes de Valencia. En más de una ocasión se ha presentado ante un notario y en oficinas bancarias para permitir que otra persona controlara a distancia la actividad de una sociedad pantalla utilizada en un esquema de fraude de IVA.

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