La Policía refuerza la escolta en los traslados del Madrid-Bayern para evitar atentados

El artefacto que explotó el pasado martes en Dortmund junto al autobús que transportaba a los jugadores del Borussia y que hirió al español Marc Bartra ha puesto el foco policial en los partidos de fútbol europeo de alto nivel. El atentado provocó el refuerzo del despliegue de seguridad previsto para el partido que un día después disputó el Real Madrid en Múnich. A pesar de que no había ningún dato que hiciera pensar en que había muchas posibilidades de que se produjera al tipo de ataque, el suceso del día anterior motivo el incremento de las precauciones por razones de prudencia. La policía alemana ordenó inmediatamente, por ejemplo, poner escolta al equipo blanco en sus traslados, medida que no había sido ordenada antes de las ruedas de prensa previas al encuentro.

En el partido de vuelta, la protección será de características similares. Agentes de la Policía Nacional acompañarán tanto a los aficionados del Bayern como a los propios componentes del equipo alemán desde que desembarquen en Barajas hasta que se monten en el avión de vuelta. Los traslados al hotel, al estadio o a las zonas turísticas contarán, por lo tanto, con la presencia de las Unidades de Intervención Policial (los antidisturbios) u otro tipo de secciones. El objetivo, vigilar a futbolistas y seguidores con el fin de evitar que sean objeto de los planes antiterroristas.

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Aunque se trata de una medida habitual que la Policía española pone en marcha en este tipo de partidos, calificados de alto riesgo, el Ministerio del Interior ha ordenado intensificar la presencia de agentes para impedir sustos, dado que fue precisamente en un traslado donde tuvo lugar el ataque contra el autobús del Borussia que provocó las heridas a Bartra, que fue dado de alta cuatro días después del atentado y admitió haber sentido pánico durante el suceso y en los minutos posteriores al mismo.

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En coordinación con la Policía Municipal de Madrid, los agentes de la Policía Nacional limitarán considerablemente el tráfico en los lugares por los que vayan a pasar los jugadores del Bayern, lo que incrementará la capacidad de control por parte de los funcionarios, que se desplegarán tanto a caballo como a pie o en coches patrulla acompañando a los futbolistas en su recorrido.

El 'pastoreo' —como se llama en el argot policial a esta labor de 'escolta'— de los 4.264 aficionados bávaros será dirigido por la Policía no solo desde Barajas, donde aterrizarán parte de los alemanes que viajan para apoyar a su equipo, sino también por carretera. Decenas de autobuses que transportan a los seguidores serán escoltados desde el mismo momento en que crucen la frontera con España y hasta que abandonen el país. Sin embargo, no son los aficionados alemanes los que requieren de más vigilancia, ya que —según las fuentes policiales consultadas— los alemanes que apoyan al Bayern no son conocidos precisamente por su violencia o su radicalidad, como ocurre con otros clubes.

Los últimos ataques terroristas ocurridos en capitales europeas —Berlín o Niza— han tenido como protagonista a un vehículo que ha servido de arma para asesinar a viandantes. Este método ha provocado que el Ministerio del Interior ordene proteger lugares clave en momentos determinados con bolardos y otro tipo de elementos tanto fijos como móviles que eviten el acceso de camiones o coches que pudieran ser utilizados como arma. Así ocurrió de hecho la pasada Navidad durante las campanadas y la Cabalgata de Reyes, cuando la Comisaría General de Seguridad Ciudadana conminó a las jefaturas de Policía a poner camiones, maceteros y todo tipo de objetos en las calles que rodean a los lugares que se quieren proteger con el fin de poner las cosas más difíciles a los terroristas.

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En el caso de la protección del partido que enfrentará esta noche al Bayern y al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, no habrá elementos fijos, aunque sí móviles. Camiones, vehículos policiales y otros objetos tratarán de blindar la zona, que será la misma que en la práctica totalidad de encuentros de alto riesgo que tienen lugar en el estadio de Chamartín, ya que se trata de puntos fijados que permiten controlar el área desde el punto de vista policial.

En total, el dispositivo de seguridad estará conformado por 1.800 efectivos que, según la Delegación del Gobierno en Madrid, "velarán para que el encuentro se desarrolle con normalidad tanto dentro como fuera del estadio". En concreto, estos 1.800 profesionales estarán conformados por antidisturbios, guías caninos, unidades de caballería, personal del subsuelo y de la Oficina Nacional del Deporte (Policía Nacional), agentes de la Policía Municipal, miembros del Samur y de la Cruz Roja así como vigilantes y auxiliares de seguridad contratados por el Real Madrid.

El dispositivo, añade la Delegación, estará "desplegado en torno al estadio así como en las zonas próximas al recinto", además de en las citadas zonas turísticas, en los lugares de concentración de los equipos y en los traslados mencionados. La seguridad provocará previsiblemente retrasos en los accesos, por lo que la propia Delegación recomienda a los que vayan a ver el partido que acudan con suficiente antelación.