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Sánchez corteja a exdirigentes de UGT y al viejo guerrismo para ganar las primarias
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Reunión con Méndez y Toni ferrer

Sánchez corteja a exdirigentes de UGT y al viejo guerrismo para ganar las primarias

Las primarias del Partido Socialista también se juegan en UGT. El sindicato de raíz socialista tiene muchos afiliados del PSOE y Pedro Sánchez se ha acercado a ellos

Foto:  Pedro Sánchez (c), durante su encuentro privado con exdirigentes de UGT. (EC)
Pedro Sánchez (c), durante su encuentro privado con exdirigentes de UGT. (EC)

La política de alianzas de Pedro Sánchez para ganar las elecciones primarias en el PSOE se amplía. En los últimos días, el candidato ha logrado el respaldo de un buen número de antiguos dirigentes de la Unión General de Trabajadores (UGT), muchos de ellos concarnédel Partido Socialista. Entre ellos, el ex secretario general Cándido Méndez y su número dos Toni Ferrer, que han participado en un encuentro privado con Pedro Sánchez. A la cita también acudieron antiguos dirigentes como Manuel Bonmati (ex responsable de política internacional) o José Manzanares (exsecretario de la Escuela Julián Besteiro).

La actual dirección de UGT se mantiene al margen del proceso interno que vive el Partido Socialista. Pero Sánchez es consciente de que aunque las relaciones entre UGT y el PSOE no son ya ni la sombra de lo que fueron en los años setenta y ochenta, muchos de sus afiliados lo son también del Partido Socialista, y, por lo tanto, están en condiciones de participar en las elecciones primarias. De ahí su interés en ganarse el voto sindical.

No hay datos rigurosos sobre cuántos afiliados de UGT tienen, a su vez, carné del Partido Socialista, pero lo que está claro es que si las primarias se ventilan con pocos votos de diferencia —como es probable que suceda—, la posición de los sindicalistas puede ser determinante. Algo que explica el interés de Sánchez en reforzar sus alianzas con la Unión General de Trabajadores.

Los actuales estatutos del PSOE dejan bien claro que “en caso de actuar sindicalmente” los afiliados, “deberán de hacerlo preferentemente en la Unión General de Trabajadores”. Es más, se dice que en su trabajo sindical “deberán aplicar y defender la estrategia del partido, decidida por los órganos competentes del mismo en cada caso”. Es decir, se trata de algo más que una recomendación, toda vez que les obliga a defender la posición del PSOE en el seno del sindicato.

El secretario general de UGT, Josep Maria Álvarez, mantiene en público su neutralidad pese a que sus relaciones con Sánchez son muy estrechas. Algunos antiguos dirigentes de UGT aún recuerdan que una de las dos primeras llamadas de felicitación que recibió Álvarez nada más ser elegido secretario general de UGT (hace ahora un año) fue la del propio Pedro Sánchez (la otra fue del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont).

El tercer candidato socialista a las primarias, Patxi López, también mantiene fuertes lazos con UGT, heredados de los tiempos en que su padre, el sindicalista Eduardo López Albizu, formaba parte del núcleo dirigente del PSOE de Vizcaya junto al histórico Nicolás Redondo.

Álvarez y Díaz

Por el contrario, las relaciones entre Álvarez, el secretario general de UGT, y Susana Díaz, la presidenta de la Junta de Andalucía, son prácticamente inexistentes. No solo por razones generacionales, sino también por el hecho de que el peso político de la Unión General de Trabajadores en la vida interna del PSOE se ha ido diluyendo a medida que el sindicato ha ido perdiendo representatividad.

El anterior secretario general de UGT, Cándido Méndez, llegó a tener unas relaciones muy estrechas con José Luis Rodríguez Zapatero en los tiempos de este como presidente del Gobierno, pero tras su salida de la dirección del partido, su sucesor Alfredo Pérez Rubalcaba se distanció de forma ostensible del sindicato. Esa cercanía histórica entre las dos organizaciones es la que intentaron tejer de nuevo Méndez y Sánchez cuando el ahora candidato accedió a la secretaría general.

Esto puede explicar, en parte, que bastantes miembros del antiguo guerrismo —siempre aliado de UGT en su batalla contra los renovadores 'de la nada', como les llamó en su día Alfonso Guerra— respalden ahora sin matices a Pedro Sánchez. Entre ellos, el sociólogo José Félix Tezanos o Manuel Escudero, impulsor en su día del programa 2000, que fue marginado por la ejecutiva de Felipe González pese a que se trataba de un mandato del congreso del Partido Socialista.

Hay que tener en cuenta, por último, que la posición de UGT es ahora menos decisiva en el debate político de lo que fue hace unos años, como se demostró hace unos meses cuando el PSOE —su comisión gestora— alcanzó un acuerdo con el Gobierno sobre la subida del salario mínimo (un 8%), un asunto esencialmente sindical. En aquella ocasión, los sindicatos ni siquiera formaron parte de la negociación. De ahí que UGT, en particular, sea la primera interesada en recomponer sus relaciones con el Partido Socialista, hoy en sus horas más bajas.

La política de alianzas de Pedro Sánchez para ganar las elecciones primarias en el PSOE se amplía. En los últimos días, el candidato ha logrado el respaldo de un buen número de antiguos dirigentes de la Unión General de Trabajadores (UGT), muchos de ellos concarnédel Partido Socialista. Entre ellos, el ex secretario general Cándido Méndez y su número dos Toni Ferrer, que han participado en un encuentro privado con Pedro Sánchez. A la cita también acudieron antiguos dirigentes como Manuel Bonmati (ex responsable de política internacional) o José Manzanares (exsecretario de la Escuela Julián Besteiro).

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