Cuatro casos de ataques en redes sociales a periodistas que cubren Podemos
El activismo virtual de sus seguidores ha llegado a materializarse en ataques directos y continuados hacia los periodistas encargados de la información del partido en medios de todo el país
Ruido, inmediatez y frases directas. Son tres ingredientes clave en la capacidad de generación de contenido de los seguidores de Podemos en Twitter, un campo de batalla político sobre cualquier tema que cope la actualidad. La habilidad del partido para hacerse con los temas más hablados en el día o dar la vuelta a un 'hashtag' positivo de un partido opositor se debe tanto a su organización interna —cuyo embrión está en otros canales— como al activismo, en este caso virtual, de sus seguidores.
[De la 'guerrilla' ciberactivista a las 'brigadas moradas': así manda Podemos en las redes]
En determinados casos, ese activismo ha llegado a materializarse en ataques directos y continuados hacia los periodistas encargados de la información del partido morado en medios de todo el país. En al menos cuatro casos, esta situación se hizo evidente y deja todavía rastro en el 'timeline' de Twitter.
La máquina del fango
La Cadena SER destapó en noviembre de 2016 que Ramón Espinar había vendido su vivienda protegida a los pocos meses de comprarla. Tanto Pablo Iglesias como muchos cargos, militantes y seguidores del partido utilizaron #MaquinadelFango para hacer referencia al Grupo Prisa, grupo editor de la Cadena SER.
Hola @El_Pais y @La_SER,
— Esparroquí (@Esparroqui) 2 de noviembre de 2016
¿Nos podéis informar sobre esto? Por favor, por favooor, por favooor 😭😭! #MaquinadelFangohttps://t.co/mclGFmQtVT pic.twitter.com/IpydAQQL2L
En este enlace se pueden consultar los tuits del primer día de 'movilización tuitera' por el caso del piso de Espinar.
Los ataques a la SER
Las criticas del caso Espinar dejaron secuelas. Una búsqueda en Twitter permite identificar las cuentas que más criticas directas han lanzado a la periodista que sacó la exclusiva.
El periodista nominado
El 21 de abril, Pablo Iglesias dio una conferencia en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Arrancó así: "Tengo que evitar que Álvaro Carvajal, que tiene aspecto de epistemólogo pero es un periodista de 'El Mundo', me saque el titular 'Vamos a hacer que España se masturbe".
La polémica se zanjó con una foto de un abrazo entre el citado periodista y Pablo Iglesias, pero los ataques al redactor del diario madrileño no se limitaron a los cuatro días entre la conferencia y el tuit pacificador.
La cobertura de Vistalegre II
El último congreso de Podemos en Vistalegre generó gran expectación mediática. Y quedó patente en las redes sociales cuando la cobertura informativa no gustó al partido. Desde su blog, Vicenç Navarro, catedrático de Economía y número tres de la lista de Iglesias para el consejo ciudadano estatal, criticó abiertamente la crónica que la enviada de 'El Periódico de Cataluña' había realizado del acto del partido. La reacción en las redes sociales, hacia ella y hacia quienes llegaron a denunciar ciberacoso, fue inmediata.
Abro hilo sobre la campaña de #ciberacoso a la periodista de @elperiodico @iolandamarmol. Todo ha empezado así: (1) pic.twitter.com/KRYwUQHmjw
— Enric Hernàndez (@Enric_Hernandez) 27 de febrero de 2017
Ruido, inmediatez y frases directas. Son tres ingredientes clave en la capacidad de generación de contenido de los seguidores de Podemos en Twitter, un campo de batalla político sobre cualquier tema que cope la actualidad. La habilidad del partido para hacerse con los temas más hablados en el día o dar la vuelta a un 'hashtag' positivo de un partido opositor se debe tanto a su organización interna —cuyo embrión está en otros canales— como al activismo, en este caso virtual, de sus seguidores.