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Iglesias apuesta por la bronca y rompe ya con la convivencia institucional de Errejón
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PODEMOS redobla en el congreso el mensaje antisistema

Iglesias apuesta por la bronca y rompe ya con la convivencia institucional de Errejón

El Congreso se prepara para la eclosión en la Cámara de la nueva táctica opositora de Pablo Iglesias, la que sale de su asamblea de Vistalegre

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se dirige a la bancada popular durante la sesión de control al Gobierno. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se dirige a la bancada popular durante la sesión de control al Gobierno. (EFE)

El Congreso se prepara para la eclosión en la Cámara de la nueva táctica opositora de Pablo Iglesias, la que sale de su asamblea de Vistalegre II: más bronca y espectáculo. En la primera sesión parlamentaria hábil después de imponerse sobre Íñigo Errejón, el líder de Podemos en persona se ocupó en el pleno y en la primera comisión que pilló, la dedicada a las pensiones, de garantizarse su cuota de protagonismo en los medios con provocaciones o desplantes. En el PP y el PSOE, dan por rota la corta etapa de "convivencia institucional" que habían alcanzado con el hasta ahora portavoz de los podemitas, Errejón.

La apuesta de Iglesias por el populismo más duro y antisistema frente a la cara más amable de su adversario derrotado puede ser una ventaja para la recuperación de los socialistas. Y también servir al PP para acentuar su oferta de estabilidad y orden, pero complica la vida parlamentaria en una Cámara sin más mayoría que la suma del partido en el poder y el primero de la oposición.

Sesión de control "incontrolable"

"Les deja en evidencia, pero es malo para la institución y en el fondo es el objetivo de Iglesias, desprestigiar la democracia parlamentaria", asumen los portavoces del Grupo Popular al ver el éxito de los de Iglesias en algunos medios con su mensaje "anti-régimen" y "anticasta". Con Errejón habían alcanzado un entendimiento que califican de amable y educado para los asuntos de trámite e intendencia y que incluía el respeto personal.

Los diputados de Podemos, con Iglesias e Irene Montero por delante, han vuelto de Vistalegre con el insulto y el desafío como marca. En el primer pleno de control al Gobierno y a cuenta de la entrada de Arsenio Fernández de Mesa en el consejo de Red Eléctrica de España, Antonio Gómez-Reino dijo que se trataba de un caso de "corrupción institucional" cometido por un Gobierno mafioso para pagar favores o tapar acciones inconfesables.

Provocaron así a los diputados del Grupo Popular, ofendidos con las descalificaciones a su partido, al Ejecutivo y a su antiguo compañero de escaño y ex director general de la Guardia Civil. Organizada la bronca, Iglesias se pudo enzarzar con un parlamentario del PP, Ángel Luis González, y retarlo a algún tipo de duelo callejero desde el escaño. Montero llamó después "machirulo" a González.

Rifirrafe entre Celia Villalobos y Pablo Iglesias

Después de hacerse el perseguido por las protestas como respuesta de los populares en el pleno, Iglesias se fue a seguir la bronca en la comisión del Pacto de Toledo. Allí quitó el puesto al portavoz de su grupo en la materia para interpelar al presidente del Banco de España, Luis María Linde, quien comparecía para hablar sobre el sostenimiento de las pensiones. Sabía que la presidenta de la comisión, Celia Villalobos, no le dejaría intervenir sobre otra cuestión, pero intentó ir al choque con el caso Bankia.

"El ámbito para hablar del Banco de España es la comisión de Economía, no el Pacto de Toledo. Aquí venimos a hablar de pensiones", le cortó la exministra, circunstancia aprovechada por Iglesias para invocar el derecho de expresión y acusar a Villlalobos de sentirse incómoda con que se pudiera abordar el escándalo. La presidenta de la comisión no se arredró, aplicó el reglamento y el jefe de Podemos se tuvo que limitar al asunto de las pensiones. Y lo hizo para pedir "soluciones imaginativas" como las de crear nuevos impuestos a "la banca" y las empresas eléctricas, o subir el salario mínimo interprofesional.

En el Congreso se temen que a partir de ahora ese sea el tono y el estilo habitual de los podemitas en todos los órganos parlamentarios, una vez que Iglesias haga el próximo fin de semana los cambios previstos en su grupo, Montero por Errejón: bronca y más populismo.

El Congreso se prepara para la eclosión en la Cámara de la nueva táctica opositora de Pablo Iglesias, la que sale de su asamblea de Vistalegre II: más bronca y espectáculo. En la primera sesión parlamentaria hábil después de imponerse sobre Íñigo Errejón, el líder de Podemos en persona se ocupó en el pleno y en la primera comisión que pilló, la dedicada a las pensiones, de garantizarse su cuota de protagonismo en los medios con provocaciones o desplantes. En el PP y el PSOE, dan por rota la corta etapa de "convivencia institucional" que habían alcanzado con el hasta ahora portavoz de los podemitas, Errejón.

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