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Iglesias abre ahora la guerra con En Marea, En Comú y Andalucía tras vencer a Errejón
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Iglesias abre ahora la guerra con En Marea, En Comú y Andalucía tras vencer a Errejón

La constitución de En Comú y En Marea como sujetos políticos propios o la confederación que reclaman territorios como Andalucía son los primeros frentes abiertos para la nueva dirección

Foto: Íñigo Errejón, junto a Alexandra Fernández, de En Marea, y Xavier Domènech, de En Comú, tras el acuerdo para la constitución del grupo parlamentario confederal durante la pasada legislatura. (EFE)
Íñigo Errejón, junto a Alexandra Fernández, de En Marea, y Xavier Domènech, de En Comú, tras el acuerdo para la constitución del grupo parlamentario confederal durante la pasada legislatura. (EFE)

Despejadas las dudas sobre el liderazgo de Podemos, el reto inmediato de la nueva dirección que quedará constituida este sábado pasa por determinar su relación con las confluencias territoriales. La constitución de En Comú —a la espera de definir el nombre del nuevo partido— y En Marea como sujetos políticos propios, o la confederación que reclaman territorios como Andalucía, son los primeros contrapoderes con los que se encontrará el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Frentes abiertos previamente a Vistalegre II y con dinámicas propias, pero cuya pacífica resolución dependerá de la intervención de Madrid en estos procesos.

Tanto los 'comuns', liderados por Ada Colau y el portavoz en el Congreso, Xavier Domènech, como En Marea han clarificado sus hojas de ruta, basadas en la total independencia respecto a los partidos estatales y en la integración bajo un paraguas común de los partidos que componen estas confluencias. Su objetivo, y en este sentido En Marea lleva algún paso de ventaja sobre los comunes, es darle un carácter orgánico a la confluencia. Es decir, dejar de ser una mera coalición electoral de diferentes partidos para constituirse como un único sujeto político, con sus propias estructuras y CIF.

Podemos perdería visibilidad al quedar supeditado, algo que Pablo Iglesias, en consonancia con los secretarios generales en Cataluña y Galicia, no aprueba y pretende evitar a toda costa. Desde En Comú y En Marea, coinciden en señalar que los resultados de Vistalegre II no influyen en sus procesos, aduciendo que ya están en marcha y que los dirigentes de Podemos han participado en ellos desde el principio. Sin embargo, el documento organizativo aprobado en la asamblea de Podemos establece un claro freno a sus pretensiones.

En Cataluña, la idea es que el nuevo sujeto político impulsado por los comunes conserve la marca Podem en su nombre

El artículo 26 del documento, un texto de carácter estatutario, determina que “en el caso de que los acuerdos de la asamblea ciudadana autonómica impliquen la disolución del partido u otras cuestiones legales relacionadas, así como cualquier proceso de cambio de naturaleza orgánica con otras fuerzas políticas, será necesario adoptar las decisiones por mayorías cualificadas de 2/3 de las personas inscritas en el territorio y 2/3 de los círculos activos”. Una 'cláusula antifusión' que supone un freno a las aspiraciones de estas confluencias, a pesar de lo anunciado por Iglesias en su primer mitin de campaña interna celebrado en Cataluña, donde aseguró que contarían con autonomía para decidir sobre su futuro.

Los textos aprobados en Vistalegre II otorgan a Iglesias y a los líderes territoriales una nueva arma negociadora. En Cataluña, una de sus prioridades es que el nuevo sujeto político catalán no se desprenda de la marca Podem en su nombre. Las opciones que se barajan, a la espera de definir el método para elegir cómo se llamará el partido, son Catalunya en Comú, En Comú o En Comú Podem, según fuentes organizadoras del proceso. Estas mismas fuentes niegan preocupación por los documentos salidos de la asamblea de Podemos, confían en seguir trabajando como hasta ahora y descartan que vayan a generarse obstáculos o retrasos a un proceso que tienen previsto cerrar entre la primera y la segunda semana de abril.

Más allá de las declaraciones del secretario general de Podem, Albano Dante, reivindicando mantener la marca de la formación en el nombre del nuevo partido, los impulsores del proceso entienden que, “por hechos consumados”, la organización no dará un paso atrás. Su interpretación es que en Podem, en la misma línea que las otras organizaciones hermanadas (ICV, Barcelona en Comú, EUiA y Equo), quieren ser tratados en función de su representación, presionando para influenciar lo máximo posible para que se tengan en cuenta sus políticas y propuestas.

Teresa Rodríguez defenderá en la reunión del CCE su pretensión de que Podemos Andalucía sea una fuerza autónoma, confederal y con su propio CIF

Nada fuera de lo normal en un proceso de estas características, sentencian, asegurando que si someten a votación su integración, el resultado será positivo. Con todo, se necesita el voto favorable de dos tercios de los inscritos y círculos activos. Lo mismo ocurre con En Marea. La líder del partido en Galicia, Carmen Santos, apuesta por mantener la autonomía de Podemos, e incluso rechaza que los cargos orgánicos del partido puedan participar en el recientemente constituido Consello das Mareas. Todo ello está a la espera de que se elabore un documento marco que estipule ese tipo de alianzas.

El nuevo portavoz de En Marea en el Congreso, Antón Gómez-Reino, se muestra optimista y para ello se remite a las manifestaciones del propio Iglesias, asegurando que no tiene "ningún tipo de duda que, sea cual sea la fórmula final, seguiremos construyendo la unidad popular en Galicia”. Las dificultades que se han ido presentando en el desarrollo del proceso gallego se han podido superar, recuerda Gómez-Reino, incidiendo en que “lo importante es el plano político” y confiando en que “en los próximos meses continuaremos sin duda en esta senda”.

La dirección andaluza, liderada por Teresa Rodríguez, que en su asamblea autonómica aprobó convertirse en una fuerza independiente, confederada y con su propio CIF, también se muestra optimista, a pesar de que sus pretensiones no fueron recogidas en el proyecto que Iglesias defendió en Vistalegre II. Este sábado plantearán sus reivindicaciones en el consejo ciudadano estatal, confiando en que la nueva dirección va a “comprender y respetar” el mandato ratificado por los inscritos andaluces.

Despejadas las dudas sobre el liderazgo de Podemos, el reto inmediato de la nueva dirección que quedará constituida este sábado pasa por determinar su relación con las confluencias territoriales. La constitución de En Comú —a la espera de definir el nombre del nuevo partido— y En Marea como sujetos políticos propios, o la confederación que reclaman territorios como Andalucía, son los primeros contrapoderes con los que se encontrará el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. Frentes abiertos previamente a Vistalegre II y con dinámicas propias, pero cuya pacífica resolución dependerá de la intervención de Madrid en estos procesos.

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