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La precaria vida de los veterinarios, los licenciados peor pagados de España
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SEGÚN DATOS DEL INE

La precaria vida de los veterinarios, los licenciados peor pagados de España

Somos el país de Europa con más licenciados y uno de los que cuentan con el mayor número de facultades de veterinaria. Pero los dueños de mascotas se siguen quejando del alto precio que pagan

Foto: Un veterinario prepara a un perro para intervenirle quirúrgicamente. (EFE)
Un veterinario prepara a un perro para intervenirle quirúrgicamente. (EFE)

Miguel llegó a cobrar 1.000 euros en urgencias veterinarias por hacer guardias, fines de semana y festivos. "Era el sueldo más el 10% de lo que facturaras. Si facturabas cero, el porcentaje era cero". Algunos turnos nocturnos empezaban el sábado, terminaban el lunes por la mañana "y debía volver a trabajar el martes". Hace ocho años que acabó la carrera y cuatro que dejó aquel trabajo en el que aguantó siete meses. Hoy le va mejor porque se especializó en cirugía y se pagó más formación. "Lo que me pasó no fue algo raro. Conozco gente que se tenía que coger días de su vacaciones para formarse o quienes eran becarios y estaban solos en urgencias de guardia, sin ningún tutor".

Ana dejó la veterinaria clínica hace dos años. Pero hace ocho le tocó trabajar fines de semana alternos, de 21.00 a 10.00 por 400 euros. "Dejé la clínica por algo personal. Mi segundo trabajo era a media jornada por las tardes, nunca salía a mi hora y no me pagan las horas extras. Para mí el problema son los dueños de los animales, son muy intolerantes. No entienden que hacer una radiografía o una analítica es muy caro. No hay seguridad social que cubra nada, el IVA es del 21% y aun así me llamaban caradura".

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los veterinarios son los licenciados peor pagados. Las cifras del último trimestre de 2016 desvelan un salario medio neto de 1.063 euros. Solo están peor pagados los que trabajan en servicios sociales, hostelería, servicios personales como peluquería o lavandería y los jardineros. Además, han visto reducido su salario en un 2,2% desde el inicio de la crisis.

El INE engloba a la veterinaria dentro de actividades profesionales, científicas y técnicas. También aquí son los últimos de la tabla. Les superan los publicistas, los expertos en actividades jurídicas o los dedicados al I+D. Cobran menos que todas las profesiones englobadas en sanidad (con una media del 2.147 euros), área al que pertenecen aunque están regulados por el Ministerio de Agricultura. Actualmente hay más de 30.000 veterinarios en activo.

Pese a las condiciones laborales, es una de las carreras más demandas. Según datos del Ministerio de Educación, el curso pasado estaban estudiando esta disciplina más de 9.400 jóvenes, entre centros privados y públicos. “Para conseguir un sueldo decente te vas fuera o te especializas mucho. Te puedes dedicar a los caballos y trabajar en hipódromos”, apunta Sara Muñoz , estudiante de este grado en la Universidad Complutense, y muy consciente de cómo está el sector. Dice haber visto anuncios para trabajar en una clínica por 800 euros al mes. “En otro trabajo sin titulación me pagan más. Voy a dedicar muchos años a formarme para que luego me paguen ese salario”, se queja. Además de la carrera, Sara realiza cursos sobre comportamiento de perros donde es más probable que acabe dirigiendo su futuro profesional.

Verónica Pérez recuerda que los profesores ya los avisan desde el primer día de cómo está el trabajo fuera. Lejos de desesperarse, ha decidido formar parte de un colectivo de estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona que intenta concienciar a sus compañeros de la situación laboral. Organizan charlas informativas e incluso invitan a profesionales para que cuenten su experiencia. "Pero en la última no hubo mucha gente, creo que hay quienes no quieren ver lo que les espera y creen que será diferente cuando ellos sean profesionales".

La tasa de paro del sector está por debajo de la media del país, según la Encuesta de Población Activa, en torno al 16,95% pero los que trabajan lo hacen con malas condiciones laborales. La profesión carece de un convenio que los regule. “Cualquiera puede abrir una clínica y contratar a la gente por dos duros. Nos falta regulación”,​ se queja​ ​Jorge Pablo Pascual, presidente de la Confederación Empresarial de Veterinarios de España (CEVE)​. “En todas las profesiones sanitarias se dice, por ley, qué requisitos mínimos debe tener una clínica, qué puedes o no puedes hacer. En esta profesión te pueden atender en el salón de su casa y rajarte al perro en el mismo momento”.

Demasiados veterinarios

Pero el factor que más ahonda en la precariedad es el gran número de estudiantes que salen cada año de las facultades, demasiada oferta. “Recién licenciados, los nuevos veterinarios quieren coger experiencia y aceptan lo que sea. Cuando tienen suficiente, y dado que el sector está tan mal, deciden montar su propia clínica y contratan a quienes acaban de salir de la facultad. Y como otros les pagaron poco, ellos hacen lo mismo”, opina el presidente de CEVE.

Actualmente hay 13 facultades en España, entre públicas y privadas. Según un informe de la Organización Colegial de Veterinaria Española, el curso pasado ingresaron 1.672 nuevos alumnos. En Italia, con cuatro facultades más que España, solo 774. Este país se ha propuesto ir reduciendo el número de plazas ofertadas y cerrar en 2019 aquellos centros que no cumplan el estándar de calidad. Francia, con más de 64 millones de habitantes, solo tiene 4 centros donde se enseña veterinaria.

*Fuente: Colvet

En España, hace unos años se llegó a hablar de abrir otras cinco facultades más. Finalmente, y tras las quejas de la Conferencia de los Decanos de Veterinaria, solo lo hicieron dos: una en Lérida y otra en la Universidad Católica de Valencia, de gestión privada. La universidad pública de esta ciudad también quiso abrir la suya pero renunció por falta de fondos. Según este informe, con una población de más de 46 millones de habitantes, solo necesitaríamos entre 5 y 7 facultades. Eso significaría pasar de los más de 30.000 colegiados actuales a entre 14.000 y 23.500.

El presidente de la Conferencia de Decanos de Veterinaria apoya estas cifras. Pedro Luis Lorenzo cree que sería suficiente con que unos 800 alumnos se licenciaran cada año. “Actualmente lo hacen el doble, 1.600”. Lorenzo es también el decano de la facultad de la UCM, centro que oferta 165 plazas nuevas cada año a pesar de recibir unas 1.400 peticiones cada año. “Y mi intención es bajar aún más las plazas”, apunta.

La apertura de nuevas facultades no está centralizada y depende de cada Comunidad Autónoma. La Conferencia de Decanos intenta imponer “sensatez” en cada región. “Un estudiante de veterinaria es muy caro, las instalaciones necesitan mucha inversión y mantenimiento”, explica Lorenzo. “Ahora la cosa está más calmada, parece que nadie quiere abrir facultades, así que nos centramos en velar porque la calidad de la enseñanza sea buena”.

Y el IVA al 21%

Mientras los profesionales luchan por sus derechos laborales, los usuarios de mascotas se quejan por pagar un 21% de IVA en cada prueba y consulta. Lo llevan haciendo desde la subida del impuesto en 2012. Varias organizaciones ya habían pedido que se volviera a reducir hasta el 10% recogiendo firmas. La propuesta finalmente llegó al Congreso de los Diputados en octubre de la mano de Esquerra Republicana. Fue aprobada por todos los grupos parlamentarios excepto Ciudadanos, que se abstuvo, y el PP, que votó en contra. Pero al ser una proposición no de ley, el Gobierno decidió vetarla en la Mesa del Congreso y aparcar la decisión. Según el PP, el marco regulatorio europeo “tiene una lectura muy restrictiva” de la aplicación del IVA reducido del 10%.

Para el presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios, Juan José Badiola, esta subida de impuesto es clave para entender una precariedad que "ha afectado, sobre todo, a las clínicas de animales de compañía". "La crisis económica y el 21% del IVA han hecho que los propietarios de animales hagan las visitas estrictamente necesarias al veterinario. Eso ha traído muchos cierres de establecimientos y otros han tenido que ajustarse el cinturón. No son justificables los bajos sueldos, pero desde luego el impacto ha sido muy grave".

*Todos los nombres de las personas que han aportado su testimonio personal son ficticios a petición de los interesados.

Miguel llegó a cobrar 1.000 euros en urgencias veterinarias por hacer guardias, fines de semana y festivos. "Era el sueldo más el 10% de lo que facturaras. Si facturabas cero, el porcentaje era cero". Algunos turnos nocturnos empezaban el sábado, terminaban el lunes por la mañana "y debía volver a trabajar el martes". Hace ocho años que acabó la carrera y cuatro que dejó aquel trabajo en el que aguantó siete meses. Hoy le va mejor porque se especializó en cirugía y se pagó más formación. "Lo que me pasó no fue algo raro. Conozco gente que se tenía que coger días de su vacaciones para formarse o quienes eran becarios y estaban solos en urgencias de guardia, sin ningún tutor".

Ministerio de Agricultura Precariedad Encuesta de Población Activa (EPA)
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