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Impuestos, amnistía fiscal, inversión: Rivera asiste a la voladura de su pacto con el PP
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Impuestos, amnistía fiscal, inversión: Rivera asiste a la voladura de su pacto con el PP

El progreso PP-PSOE y el necesario apoyo de los socialistas dejan en el aire el papel de C's. Máxime cuando el Gobierno empieza a advertir incumplimientos y modificaciones del pacto

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a su llegada a una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados. (EFE)
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a su llegada a una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados. (EFE)

Los avances en el entendimiento de PP y PSOE plasmados en el primer gran acuerdo sobre el techo de gasto y el objetivo de déficit de las comunidades autónomas, y confirmados por el propio presidente del Gobierno el Día de la Constitución cuando reconoció sentirse "muy satisfecho", colocan a Ciudadanos en un escenario de sobra conocido, pero inédito para la formación de centro: la aritmética los hace irrelevantes si existe un acuerdo entre los grandes partidos. Mientras que el apoyo de los naranjas a Rajoy fue indispensable para que los socialistas consumaran su abstención en la investidura, las futuras votaciones dejan en el aire su papel, pese a haber firmado una hoja de ruta común con los populares.

Máxime cuando el Ejecutivo empieza a advertir incumplimientos o modificaciones del pacto antes de iniciarse la negociación de los Presupuestos Generales y tras un mes escaso de dar comienzo su mandato. De momento, y a falta de elaborar una nueva estrategia, los dirigentes de la formación naranja asisten entre atónitos y desorientados a la voladura de muchos de los puntos principales de ese acuerdo. Y, aunque oficialmente no lo hay, son muchos los dirigentes que reclaman ya un plan alternativo.

Hay varios ejemplos. Los de centro hicieron de la recuperación del dinero de la amnistía fiscal de Montoro su bandera —recogida como tal en el acuerdo de 150 medidas—, pero finalmente claudicaron ante la posición del ministro de Hacienda, que insistió en que el procedimiento no caducaba después del 30 de noviembre como en un principio parecía. El reclamo de que aquellos que se acogieron a la amnistía deben tributar al 10% en vez de al 3% como hicieron sigue vigente, pero los centristas asumieron la palabra del ministro, aparcando una de sus grandes prioridades.

El recorte de 1.150 millones en las inversiones pactadas para financiar las medidas recogidas en el acuerdo entre ambos se confirmó en la conversación de Rajoy y Rivera para cerrar el techo de gasto. El pacto de PP y Ciudadanos comprendía una inversión total de 28.000 millones para toda la legislatura y de 5.000 en 2017. Finalmente, serán 3.850 millones los destinados a ese cometido el próximo ejercicio. Todo ello antes de empezar las negociaciones específicas para los Presupuestos, sujetas a novedades aunque el partido de centro, eso sí, se reservó la posibilidad de que sus 32 diputados no apoyen el proyecto de cuentas públicas si el PP continúa dando pasos atrás y no cumple esta última cifra.

En materia fiscal, la línea roja de Ciudadanos pasaba por no subir el IRPF ni el IVA. Lo primero se cumplirá, pero sobre lo segundo quedan aspectos por aclarar. El Gobierno todavía no ha confirmado su compromiso para rebajarlo a los espectáculos en directo —como estaba previsto en el pacto, el cine en todo caso quedaría fuera—, motivo por el que el vicesecretario general de la formación, José Manuel Villegas, 'saltó' este miércoles en el Congreso pidiendo al Ejecutivo que cumpla. "Recordamos al Gobierno su compromiso y le instamos a que lo haga". La frase ha sido pronunciada en más de una ocasión por altos dirigentes del partido en las últimas semanas ante la inacción del Ejecutivo, que despierta muchos recelos y desconfianza en su socio de investidura.

Aunque los impuestos especiales quedaron fuera del pacto de 150 medidas, la subida de impuestos al tabaco, alcohol y bebidas azucaradas no se encontraba dentro del imaginario naranja como vía de ingresos. Prueba de ello es la postura por la que optará Ciudadanos la próxima semana en la votación sobre el decreto de impuestos, en la que se abstendrá, pese a incluir el aumento del Impuesto de Sociedades tan reclamado por los de centro. El mismo Albert Rivera reprocha al Ejecutivo popular optar por subir los impuestos a la clase media obviando otras vías de recaudación.

El propio hecho de que el Gobierno no haya designado un equipo negociador para confeccionar las cuentas públicas del próximo año descoloca a Ciudadanos, que desde hace semanas tiene preparado al suyo, constituido por los tres economistas de cabecera del partido —Luis Garicano, Toni Roldán y Francisco de la Torre—, Villegas y la diputada y portavoz adjunta, Melisa Rodríguez. Según los anuncios del presidente del partido tras conversar con Rajoy el pasado domingo, el Gobierno se habría comprometido a incluir en el próximo ejercicio algunas medidas esenciales del acuerdo, como la instauración de una tarifa plana para los autónomos, un incremento de dos semanas del permiso de paternidad, un complemento salarial especialmente dirigido a jóvenes, un cheque de formación, un incremento en la partida de dependencia y en el presupuesto de Justicia, que es prioritario, como ya publicó este diario.

Con todo, la dependencia de los votos socialistas para sacar adelante los Presupuestos y el resto de votaciones sitúa en un segundo plano las voluntades de Ciudadanos. Así lo manifiestan los dirigentes del PP públicamente, al reconocer que su prioridad pasa por entenderse con el PSOE, como hicieron en el acuerdo del techo de gasto. Además, el presidente del Gobierno reconoció que su partido mantiene contactos fluidos y constantes con el PNV, otro actor importante para el PP en las Cortes.

Miembros de Ciudadanos desmienten sentir celos ante el mejor entendimiento de los dos grandes partidos, e insisten en que ha sido su "reivindicación" en todo momento. Aun así, la mayor complicación para los de centro pasa por capitalizar los éxitos que de sus negociaciones se deriven. Sobre todo porque todas sus iniciativas saldrán adelante en última instancia gracias al apoyo de los socialistas, que terminan eclipsando cada desenlace. Prueba de ello son los avances en la constitución de subcomisiones sobre una ley de educación que sustituya la Lomce y derive en un pacto nacional y una nueva ley electoral, ambas claves del ideario naranja.

Los avances en el entendimiento de PP y PSOE plasmados en el primer gran acuerdo sobre el techo de gasto y el objetivo de déficit de las comunidades autónomas, y confirmados por el propio presidente del Gobierno el Día de la Constitución cuando reconoció sentirse "muy satisfecho", colocan a Ciudadanos en un escenario de sobra conocido, pero inédito para la formación de centro: la aritmética los hace irrelevantes si existe un acuerdo entre los grandes partidos. Mientras que el apoyo de los naranjas a Rajoy fue indispensable para que los socialistas consumaran su abstención en la investidura, las futuras votaciones dejan en el aire su papel, pese a haber firmado una hoja de ruta común con los populares.

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