Pablo Iglesias frena el poder de Errejón en la ejecutiva con un plebiscito para Vistalegre II

Pablo Iglesias ha cortado de raíz la capacidad del sector errejonista para determinar la metodología y diseño del congreso estatal de Vistalegre II en el Consejo Ciudadano Estatal (CCE), el órgano de poder en el que cuentan con mayoría de asientos frente al sector pablista y anticapitalista. El número dos y sus afines confiaban en poder decantar a su favor tanto el sistema de elección de los cargos orgánicos como la votación de las resoluciones políticas en la próxima reunión del CCE, convocada para el 17 de diciembre. Los números les daban en caso de que se tuviese que votar a mano alzada, pero el secretario general se ha adelantado asestando un golpe de efecto.

Refugiándose en el poder que le otorgan los estatutos para convocar una consulta entre las bases, Pablo Iglesias ha mandatado a los órganos competentes la organización de un referéndum sobre el sistema de votación de las listas que se presenten al congreso estatal, que se celebrará los días 10, 11 y 12 de febrero, haciéndolo coincidir de forma premeditada con el cónclave del Partido Popular. De esta manera, traslada a la militancia una decisión que estaría en manos de los errejonistas. Estos últimos propugnaban un sistema mucho más proporcional, con correcciones que permitiesen tener pesos similares a los diferentes sectores.

El secretario general también defiende una mayor proporcionalidad respecto al sistema actual, según el cual la lista ganadora, aun siendo por un voto de diferencia, ocupa el 100% de los puestos en juego, pero introduce un matiz importante: salvaguardar la representación de lo que ha denominado “las minorías”. Por tanto, la lista ganadora se asegurará la mayoría en los órganos de decisión. Además, la propuesta oficialista la realizará el secretario de Organización, Pablo Echenique, y contará con los recursos del partido y sus altavoces para hacer campaña a su favor. Se trata de lo que desde el sector crítico han denominado un “plebiscito”, pues se convertiría en un refrendo mediante el que poder imponer su modelo.

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La capacidad para determinar este sistema ha cambiado de manos con este giro de guion inesperado entre las filas errejonistas. El propio Íñigo Errejón respondía que defenderá un sistema de elección proporcional y separación de las discusiones. Es decir, que por un lado se voten las resoluciones políticas y por otro las listas: “Primero las ideas políticas y organizativas, y luego las caras”, en lugar de “retarnos a duelo”. Un sistema que ya se empleó en la asamblea autonómica de Madrid y que benefició a este sector. Lograron imponer su hoja de ruta organizativa en la votación de documentos, aunque su candidata, Rita Maestre, perdió en la votación de listas frente a Ramón Espinar.

La capacidad para determinar el sistema de votación en el congreso ha cambiado de manos con este giro de guion, inesperado entre las filas errejonistas

Para Iglesias, no cabe esta diferenciación en las votaciones como pretendían imponer los afines al secretario político en la reunión del CCE. “Yo buscaré un acuerdo”, ha asegurado este lunes, en referencia a los documentos políticos que marcarán la hoja de ruta de Podemos para los próximos tres años, pero si no se produce, “lo lógico” es que se elija a las personas que están vinculadas a unos planteamientos políticos y organizativos. Es decir, si no hay consenso, “los documentos y las listas se votarán al mismo tiempo”.

Si la militancia quiere votar a Pablo Iglesias para que siga al frente de la secretaría general, deberá aceptar asimismo su hoja de ruta política. Una lógica que pretendían evitar los errejonistas. “Las listas solo pueden estar vinculadas a proyectos políticos, por lo que a mi entender no tiene justificación votar por separado”, ha zanjado el secretario general en rueda de prensa tras reunir al consejo de coordinación del partido.

No es la primera vez que el secretario general recurre a su poder para convocar una consulta interna ante la evidencia de perder una votación importante en un CCE. Sucedió el pasado mes de febrero, cuando se discutió internamente si abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez o votar en contra. El sector vinculado a Errejón apostaba por la primera opción e Iglesias por la segunda. Ante la posibilidad de que en la ejecutiva se impusiese la abstención, minutos antes de celebrarse la reunión del consejo, Iglesias anunció que trasladaría esta decisión a las bases. En la pregunta del referéndum no se incluyó la posibilidad de abstenerse, simplemente se consultó si votar a favor o en contra. Las preguntas entonces fueron: "¿Quieres un Gobierno basado en un pacto Rivera-Sánchez?" y "¿Estás de acuerdo con la propuesta de un Gobierno de cambio que defienden Podemos, En Comú Podem y En Marea?".

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Otra de las pretensiones del sector crítico, con mayoría en este órgano, que Iglesias ha echado por tierra tiene que ver con el censo de votantes para Vistalegre II. Como ya explicó en una reciente entrevista con El Confidencial el número dos de Errejón, Jorge Moruno, uno de sus objetivos previos a Vistalegre II era “hacer una campaña de aumento de los inscritos”. El propio secretario político hacía este lunes referencia a esta propuesta, llamando a una “apertura del censo para que sigamos siendo una fuerza política abierta a los que faltan”. Tampoco será posible, pues según el secretario de Organización, está previsto cerrar el censo en los próximos días, y se descarta de plano realizar una campaña para atraer a nuevos inscritos que puedan ejercer su derecho a voto en el congreso estatal del partido.