La hoja de ruta de Podemos para establecer un 'cordón sanitario' ante el PSOE
Podemos endurecerá su papel como oposición al PSOE pasando a una "nueva fase" en la que enterrará los acuerdos autonómicos con los socialistas y forjará alianzas con la sociedad civil
El PSOE del “abstencionazo” ha dejado de ser un potencial aliado de Podemos para convertirse en un contrincante político al mismo nivel que el PP, a quien ha “entregado el Gobierno” practicando una “gran coalición”, como subrayó Pablo Iglesias durante sus intervenciones en la sesión de investidura de Mariano Rajoy. Las primeras consecuencias de esta nueva hoja de ruta se visibilizarán en las comunidades autónomas donde los socialistas gobiernan gracias a pactos de investidura con Podemos y la hoja de ruta la está marcando la formación en Aragón, donde prevé establecer un 'cordón sanitario' que marca la pauta al resto de los territorios.
El documento político redactado por el secretario de organización Pablo Echenique junto otros diputados regionales que lo acompañan también en la ejecutiva autonómica, y que se ratificará mediante votación de las bases la próxima semana, sienta las bases de “una nueva” fase en sus relaciones con el PSOE. Como análisis del contexto político que justifica el giro hacia una oposición más dura y rupturista, el texto asegura que “en los últimos meses, lo que hemos visto no es otra cosa que la parte final de la parábola, el tramo final de la trayectoria de la caída de las caretas y la apuesta decida y definitiva de Javier Lambán por un proyecto estratégico de futuro junto al PP”.
Como consecuencia, Podemos profundizará su brecha con los socialistas negándose a participar en “mesas, espacios o negociaciones pretendidamente 'progresistas' o 'aragonesistas' con aquellos que han colocado al Gobierno más anti-Aragón, más corrupto y más de derechas en Madrid”. Un mensaje que no deja de apuntar a la Chunta Aragonesista, como socia de Gobierno del PSOE en esta comunidad autónoma. Según concluyen, “el PSOE se encuentra más cómodo gestionando su falta de proyecto para Aragón con el PP que desarrollando un proyecto ambicioso y de futuro con Podemos”, por lo que esta realidad debe traducirse “por fuerza en la actividad parlamentaria de nuestros diputados y diputadas en las Cortes de Aragón en el período que se abre”.
La nueva línea política, por tanto, dice no rechazar ni el diálogo ni el intento de seguir alcanzando acuerdos, pero sí implica “no ceder a rebajar su ambición y su potencial transformador sin más motivo que el acuerdo”. Es decir, y como declaración de intenciones cuyo primero y mejor ejemplo será la negociación de los presupuestos: “En esta nueva fase lucharemos con ahínco contra la melancolía y la ineficacia que produce la lógica del mal menor… y que cada uno se retrate con su voto”.
La reiterada oferta electoral, resumida en la 'mano tendida al PSOE', ha quedado definitivamente enterrada tanto a nivel estatal como autonómico
La oposición de línea dura contra un PSOE “derechizado”, allí donde se le permitió gobernar tras acuerdos de investidura con Podemos que aseguran haberse incumplido, tiene como telón de fondo la misma máxima adelantada por Pablo Iglesias en la segunda votación de investidura: “Se han sentado las bases para que más temprano que tarde nosotros podamos ganar las elecciones”. En este sentido, el documento político encabezado por Echenique remarca que “si algo ha quedado demostrado en estos quince meses de Gobierno de PSOE-CHA es que sólo se podrá activar una mejora significativa de los derechos y las condiciones de vida de los aragoneses desde las instituciones autonómicas el día que haya un Gobierno de Podemos. Es por ello nuestra obligación prepararnos a conciencia para ello también en el día a día de nuestro trabajo: Aprovechar la actividad parlamentaria como la mejor escuela para preparar el futuro Gobierno de Podemos”.
La situación en Madrid
La reiterada oferta electoral, resumida en la “mano tendida al PSOE”, ha quedado definitivamente enterrada tanto a nivel estatal como autonómico. La amenaza de ruptura de los acuerdos de investidura tuvo un efecto dominó en Aragón, Valencia y Baleares después de consumarse en Castilla-La Mancha y en Extremadura.
En Madrid incluso se ha ido un paso más allá. En el documento político-estratégico aprobado en la primera fase del proceso de renovación de la hoja de ruta de Podemos Madrid y su ejecutiva, se pone negro sobre blanco que Podemos no debe ser la muleta del bipartidismo ni subalternizarse al PSOE. A la hora de abordar alianzas y pactos de gobierno, se apostará, según el documento más votado, y defendido por la candidatura Juntas Podemos, por un modelo que evite la constitución de gobiernos mixtos con el PSOE tanto a nivel municipal como autonómico.
La verdadera alianza de Podemos en esta “nueva fase” se forjará en la calle con los movimientos sociales, tal y como defiende el secretario general Pablo Iglesias y como se está plasmando en las hojas de ruta autonómicas que el partido está discutiendo. En el caso de Aragón, el citado texto encabezado por Pablo Echenique recoge que “la relación entre calle e institución debe ser estrecha y debe ir en las dos direcciones” y que “es muy positivo que los diputados y diputadas de Podemos Aragón acudan a las movilizaciones sociales así como a los espacios de conflicto”. Podemos está poniendo los pilares para construir un nuevo tipo de relación con la sociedad civil y el resto de organizaciones políticas, aunque la nueva hoja de ruta a nivel estatal no quedará apuntalada hasta la celebración del congreso extraordinario para el que todavía no hay fecha.
El PSOE del “abstencionazo” ha dejado de ser un potencial aliado de Podemos para convertirse en un contrincante político al mismo nivel que el PP, a quien ha “entregado el Gobierno” practicando una “gran coalición”, como subrayó Pablo Iglesias durante sus intervenciones en la sesión de investidura de Mariano Rajoy. Las primeras consecuencias de esta nueva hoja de ruta se visibilizarán en las comunidades autónomas donde los socialistas gobiernan gracias a pactos de investidura con Podemos y la hoja de ruta la está marcando la formación en Aragón, donde prevé establecer un 'cordón sanitario' que marca la pauta al resto de los territorios.