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Rivera desecha entrar en el Gobierno pese al empeño de Rajoy por garantizarse estabilidad
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CIUDADANOS NO QUIERE METERSE EN LA GESTIÓN

Rivera desecha entrar en el Gobierno pese al empeño de Rajoy por garantizarse estabilidad

Los de centro apuestan por ganar visibilidad haciendo "oposición responsable" y apoyando al Gobierno en "asuntos importantes". Pero descartan formar parte de la gestión con Rajoy al frente

Foto: Mariano Rajoy y Albert Rivera se saludan tras ser investido el candidato popular el pasado sábado. (Reuters)
Mariano Rajoy y Albert Rivera se saludan tras ser investido el candidato popular el pasado sábado. (Reuters)

La investidura de Mariano Rajoy puso fin a diez meses de bloqueo e inaugurará a partir de la próxima semana una etapa, si cabe, todavía mas compleja. El que fuera reelegido presidente el pasado sábado está obcecado con garantizarse una mínima estabilidad que sin duda sería más efectiva con Ciudadanos dentro del Gobierno o, como mínimo, en cargos de gestión pública inferiores al gabinete de ministros. Aunque los centristas no son decisivos, sí son condición 'sine qua non' para que el PSOE extienda su abstención a asuntos fundamentales como los próximos presupuestos generales y la actividad legislativa de los próximos años. En términos aritméticos, no dejan de sumar 32 apoyos más a los 137 populares que, en todo caso, serán necesarios para conformar cualquier mayoría que no pase por los socialistas, escenario probable en muchas ocasiones.

De ahí el empeño del jefe de Génova por que los de centro formen parte de la gestión y entiendan que ocupar cargos públicos les dará mayor visibilidad y protagonismo en la legislatura. Como publicó este diario, el PP planea tantear a C's ofreciéndoles puestos de gestión de segundo nivel pero de relevancia como órganos reguladores e institucionales y empresas públicas. Las ofertas no han sido oficiales, pero podrían producirse conversaciones en los próximos días dado que Rajoy no anunciará su gabinete de ministros hasta el jueves por la tarde. Sin embargo, la visión de Albert Rivera es muy distinta. Ciudadanos insiste en que entrar a un Gobierno del PP presidido con Rajoy va en contra de sus principios y su estrategia y apuestan por apoyar al Ejecutivo en los asuntos de Estado por “responsabilidad” y ganar esa visibilidad y relevancia a costa de un papel de oposición.

La formación de centro reitera que el voto afirmativo en la investidura responde sólo a un objetivo de desbloqueo, de terminar con diez meses de Gobierno en funciones, acabar con el fantasma de las terceras elecciones que tanto temían y dar inicio a una nueva etapa política sin mayorías absolutas en la que jugarán un papel importante pese a ser la cuarta fuerza en el Congreso. El partido naranja rechaza de plano formar parte del Ejecutivo y todavía más desde el inicio de su configuración hasta ver cómo evoluciona la tarea legislativa en el Parlamento. Dirigentes del partido aseguran no ver ninguna ventaja en “mojarse” desde el primer momento y explican que mientras sea Rajoy quien lidere el Gobierno, y sin un horizonte de novedad en el corto plazo, no se moverán de la “oposición responsable”.

Fuentes de la cúpula naranja aseguran desconocer las opciones que el presidente recién reelegido contempla para su futuro gabinete y afirman que por su parte no habrá lineas rojas, ya que la decisión recae exclusivamente en el propio Rajoy. “Seguro que no lo sabe nadie más”, afirman algunos de los dirigentes. El propio líder de Ciudadanos aseguró no ver inconveniente en que se tome unos días “si es que lo necesita” para anunciar su gabinete -fue investido el sábado y no anunciará su nuevo equipo ministerial hasta el jueves por la tarde- aunque eso sí, reconoció tener la esperanza y la voluntad de que sea cual sea el escogido “sea dialogante”. Los centristas confían en que Rajoy tenga en cuenta la situación actual y incorpore nuevos miembros “con talante negociador” que sean capaces no sólo de entender con ellos sino de contentar al PSOE cuando sea necesario.

De momento, lo único que existen son quinielas sobre la mesa, ahora paralizadas ante la creencia de que el presidente prepara una gran reestructuración. Algunos nombres siguen sonando, como María Dolores de Cospedal que, con toda seguridad, ocupará una cartera. Todo apunta a que Rajoy sí dará continuidad a sus principales efectivos -Soraya Saénz de Santamaría, Fátima Báñez, Rafael Catalá e incluso Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, con los que el presidente querría volver a contar entendiendo que su gestión fue acertada en la pasada legislatura-. Cosa distinta es si procede a cambios internos entre ministerios -como la creación de una cartera de Administraciones Públicas- teniendo en cuenta además las bajas que necesariamente debe cubrir: Ana Pastor (Fomento), José Manuel Soria (Industria) y Alfonso Alonso (Sanidad). En realidad, los dirigentes que mejor se entienden con Ciudadanos son los llamados “jóvenes” del partido, es decir, Fernando Martínez-Maíllo, Pablo Casado y Javier Maroto. También el ‘hombre fuerte’ de la vicepresidenta y secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, responde a un perfil afable para los centristas.

Una vez superada la investidura y cuando se produzca la toma de posesión del próximo Gobierno -será el viernes- el Congreso deberá superar su primera prueba de fuego: los presupuestos de 2017. Dirigentes de Ciudadanos esperan que sea la próxima semana cuando comiencen mesas de trabajo para negociar la configuración de las próximas cuentas públicas y, en el caso de los centristas, acercar la recaudación por el Impuesto de Sociedades a la media europea será una prioridad. El objetivo pasará por cumplir los nuevos objetivos de déficit impuestos por Bruselas y trasladar un guiño a la clase media española exigiendo más esfuerzo a las grandes empresas.

En realidad, esta será prácticamente la única exigencia que Ciudadanos podrá incluir en los presupuestos del próximo año y por la que previsiblemente ‘sacarán pecho’. De las 150 reformas recogidas en el acuerdo de investidura pactado el pasado agosto con el PP, muy pocas tienen establecido un plazo concreto de cumplimiento. Son las seis condiciones de regeneración democrática establecidas como preacuerdo para comenzar a negociar el sí las que deberán cumplirse en un periodo máximo de tres meses, incluida la creación de una comisión de investigación sobre la supuesta financiación ilegal del PP en sede parlamentaria.

Por otro lado, algunas de las 150 reformas pactadas sí deben ponerse en marcha en un periodo de tiempo similar aunque no afectarían directamente a los presupuestos. Por ejemplo, la creación de una mesa para reformar la ley de financiación de las comunidades autónomas o impulsar el Pacto Nacional por la Educación. En la misma linea, otra de las medidas clave es el Pacto Nacional para la Conciliación Laboral y la Racionalización de Horarios, acuerdo que sí debería ser aprobado “en los tres primeros meses de Gobierno” y que busca racionalizar las jornadas laborales e igualar los permisos de maternidad y paternidad a lo largo de los próximos años.

La investidura de Mariano Rajoy puso fin a diez meses de bloqueo e inaugurará a partir de la próxima semana una etapa, si cabe, todavía mas compleja. El que fuera reelegido presidente el pasado sábado está obcecado con garantizarse una mínima estabilidad que sin duda sería más efectiva con Ciudadanos dentro del Gobierno o, como mínimo, en cargos de gestión pública inferiores al gabinete de ministros. Aunque los centristas no son decisivos, sí son condición 'sine qua non' para que el PSOE extienda su abstención a asuntos fundamentales como los próximos presupuestos generales y la actividad legislativa de los próximos años. En términos aritméticos, no dejan de sumar 32 apoyos más a los 137 populares que, en todo caso, serán necesarios para conformar cualquier mayoría que no pase por los socialistas, escenario probable en muchas ocasiones.

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