Rajoy descoloca al PP y hace creer en una gran reestructuración de Gobierno

El anuncio de Mariano Rajoy de dejar la formación del Gobierno para el próximo jueves ha parado en seco las quinielas sobre su composición que se cruzaban entre los dirigentes del PP y algunos ministerios. De dar por hecho que los cambios serían mínimos (cubrir las tres bajas pendientes y una o dos jubilaciones), se ha pasado a la creencia de que el jefe del Ejecutivo se toma estos días para acometer una reestructuración general de su gabinete que afectará a buena parte de los departamentos, con baile de competencias, intercambios de secretarías de Estado y el nacimiento o reaparición de carteras como Administraciones Públicas, Portavoz o Asuntos Sociales.

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Ángel Collado

"Si se toma cuatro días para dar a conocer el Gobierno no es para darle continuidad, sino todo lo contrario", apuntan en fuentes populares. Crece la inquietud en la dirección del partido, donde algunos vicesecretarios se veían como ministrables, y también en el área económica del Ejecutivo por la falta de datos sobre cómo va ante Rajoy el pulso entre Cristóbal Montoro y Luis de Guindos por su presunta incompatibilidad mutua ante el próximo ejercicio.

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El desconcierto también es mayor desde el pasado viernes por la noche al extenderse en medios parlamentarios la teoría de que el recién investido jefe del Ejecutivo podía aprovechar el puente para volver a emplazar a Albert Rivera a integrarse en el gabinete, bien en persona o bien quien eligiera, para encabezar algún área de gestión, en primera línea o en los segundos escalones de la Administración. En fuentes de Ciudadanos aseguran que no tienen noticias de posibles ofertas de ese tipo, que, en cualquier caso, siempre dirán 'no' a compartir responsabilidades de gobierno con Rajoy, y que ya darán su opinión sobre el nuevo equipo cuando lo conozcan.

En medios gubernamentales sí reconocen que en La Moncloa estudian una nueva estructura del Ejecutivo. La propia vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha trabajado en el plan de recuperar el ministerio de Administraciones Públicas, que ahora es una secretaría de Estado dentro de Hacienda, para dedicarlo específicamente a las relaciones con las comunidades autónomas.

El nuevo gabinete también quiere reforzar y agrupar todas las funciones del área genérica de "servicios sociales" ahora repartidas entre Sanidad y Empleo

De hecho, el conflicto permanente con la Generalitat de Cataluña por su apuesta por la secesión se lleva ya desde Presidencia (Sáenz de Santamaría). Pero también está por medio el control presupuestario de los Ayuntamientos y las Diputaciones, más el de los funcionarios de la Administración general del Estado. Además, está el problema de la financiación de las Autonomías que siempre depende de Hacienda, y cuyo nuevo modelo se debe pactar en los próximos meses.

Otros cambios de competencias que manejan en el Gobierno son los que afectan a las carteras de Economía e Industria, de las que podrían escindirse las competencias de Comercio y/o Innovación. El nuevo gabinete también quiere reforzar y agrupar todas las funciones del área genérica de "servicios sociales" ahora repartidas entre Sanidad y Empleo. De igual forma, está sobre la mesa la creación de un 'mini ministerio' del portavoz del Ejecutivo para mejorar el capítulo de la comunicación general y las relaciones específicas con los medios.​

La nueva estructura del gabinete requerirá más cambios de nombres de los previstos hasta ahora. En el PP recuerdan la obsesión de Rajoy de colocar en cada departamento a expertos en cada materia por encima de las cuotas de representación de los sectores del partido habituales en los gabinetes socialistas.

De los nombres que se habían empezado a manejar en las primeras quinielas para completar el nuevo gabinete ya se han caído los más citados: Jorge Moragas y José Luis Ayllón. En fuentes gubernamentales apuntan que ambos ya saben que seguirán en sus actuales cometidos, el primero como jefe de gabinete (nada de ministro de Asuntos Exteriores) y el segundo como 'mano derecha' de Soraya Sáenz de Santamaría en Presidencia o en Relaciones con las Cortes, pero no como ministro. Ambos niegan haberse postulado para el ascenso.