Prisión provisional para la mujer de León por falsa denuncia de secuestro y tortura

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Ponferrada ha decretado el ingreso en prisión provisional y sin fianza de V. G. G., la mujer de León que la pasada semana denunció que había sido secuestrada por su expareja y que ésta le había echado pegamento y líquido abrasivo en la vagina. V.G.G ha confesado los hechos y se enfrenta a los delitos de denuncia falsa, simulación de delito y abandono de familia. Su abogada, Emilia Esteban, ha renunciado a su defensa tras enterarse de lo ocurrido.

Según informaron este miércoles fuentes de la Subdelegación del Gobierno de León, la Guardia Civil ha descubierto que la mujer compró ella misma los productos con los que simuló el secuestro, por lo que fue detenida y su expareja, que permanecía en prisión desde el pasado jueves, puesta en libertad. Este jueves, el magistrado ha ordenado el registro de su domicilio y en las próximas horas continuará realizando diligencias de investigación.

El chico de 26 años que la ayudó a fingir la agresión, F. V. A, también ha confesado y será investigado por simulación de delito, aunque ha quedado en libertad con la obligación de comparecer en el Juzgado el día uno de cada mes.

La mujer denunció haber sido secuestrada y torturada cuando se encontraba con su hijo, razón que explica la acusación de abandono de familia. "Pido que me protejan, a mí y a mi hijo. Si no, me va a matar", declaró V.G.G. ante los medios cuando denunció lo ocurrido.

El falso secuestro

V. G. G. aseguró que fue secuestrada por dos personas la noche del pasado 18 de octubre en Fabero, León, y que fue capaz de darse cuenta de que una de ellas era su expareja. La mujer denunció que posteriormente la llevaron maniatada a una casa de Bembibre, donde la torturaron echándole pegamento en la vagina, y que la terminaron abandonando semidesnuda cerca de una casa en ruinas, desde donde llamó a la Guardia Civil.

En un primer momento el juez consideró que existían "indicios racionales bastantes para presumir la participación del detenido en los hechos investigados", ya que éste había pasado varios meses en prisión por quebrantar la orden de alejamiento y quedó en libertad el mismo lunes que V. G. G. denunció el secuestro. De hecho, el acusado llevaba una pulsera telemática, pero como V. G. G. afirmó que no llevaba activado el dispositivo de control aquella noche no sirvió para esclarecer lo ocurrido.